¿Qué tanto podemos confiar en cómo se mide la inseguridad en México?

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Hace casi un mes, en la conferencia matutina del 20 de octubre de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la caída en la percepción de inseguridad entre la población. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, este índice había pasado de 76.8% en 2018 a 64.4% en septiembre de este año.

En esa misma conferencia, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, presumió que los delitos del fuero federal y del fuero común disminuyeron. En el caso de los delitos del fuero federal, la caída fue de 23.3% entre diciembre de 2018 y agosto de 2022.

Sin embargo, la medición de la percepción de inseguridad en México es incompleta, nos comentó el especialista en seguridad pública y coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, Ernesto López Portillo.

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“Cuando el Estado mexicano decide hablar solamente de la incidencia está invisibilizando la inmensa mayoría del problema porque no habla de las víctimas, que son infinitamente más que las denuncias, que las carpetas de investigación”, nos dijo en entrevista.

Para el experto, es necesario considerar otros indicadores como la percepción de seguridad, la confianza institucional, la victimización, las sub denuncias -que son todas aquellas que no se llegan a presentar formalmente- y la  impunidad para tener un registro más claro y acertado sobre la inseguridad en una población. 

La incidencia, como le conocemos en México, es el registro de las carpetas de investigación. Este es el primer indicador que se usa en cualquier país para contar los delitos. Algunos países cuentan denuncias. Nosotros contamos las carpetas de investigación abiertas, pero ese es solamente un indicador. Para saber cuál es la situación de seguridad en un país, se necesitan más indicadores”, nos explicó.

Ernesto López Portillo nos señaló que medir la inseguridad con base en las denuncias es un concepto conocido como seguridad objetiva, pero deja de lado la complejidad de un problema que afecta a la ciudadanía de distintas formas y en distintos niveles.

Y es que aunque el Estado rinda cuentas con base en las carpetas de investigación, incluso hay subjetividad en la determinación de qué y cómo se mide, considera Francesc Guillén Lasierra, investigador de criminología de la Universitat Autònoma de Barcelona y responsable de proyectos y organización en el Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya.

En este estudio, el experto señala que la seguridad objetiva, que es la que se basa en el conteo de carpetas de investigación, depende totalmente de voluntades y valores subjetivos de diversos operadores, de los riesgos que se consideran tolerables y los que no, de los bienes que se decide proteger, de las circunstancias que condicionan la actuación de los actores del sistema de justicia penal, de las condiciones de las compañías aseguradoras, de la cantidad y horario de las oficinas de recepción de denuncias o de la coincidencia temporal de eventos que requieren la intervención de la policía. 

“La seguridad objetiva es muy subjetiva también”, concluye.

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Fallas y falta de contexto 

Para otro especialista en seguridad, Alejandro Hope, la reducción en la percepción de inseguridad aplaudida por el gobierno no es como para echar campanas al vuelo.

En este artículo, Hope expone algunas fallas metodológicas en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), levantada por el INEGI en septiembre, y que sirvió para sustentar las afirmaciones del gobierno.

La primera de las fallas sobre las que llama la atención Hope es la representatividad de la encuesta. Para el experto, solamente se alcanza a medir la percepción de 44.5 millones de personas, equivalente a la mitad de la población adulta en México.

Otra falla es que no se está considerando el impacto que tuvo la pandemia de COVID-19 y el aislamiento de la ciudadanía, que cuando tuvo posibilidades se resguardó en sus hogares.

“Ha habido en efecto una disminución de inseguridad de 12.4 puntos porcentuales desde el pico, pero la caída desde la última medición del sexenio de Enrique Peña Nieto (septiembre de 2018) ha sido de 10.5 puntos porcentuales. Esa caída, además, viene en buena medida de la mano de la pandemia”, afirmó.  

Según el experto en seguridad, el descenso se registra después de tres trimestres consecutivos en los que se reportó un aumento en la percepción de inseguridad, por lo que en comparación con septiembre de 2021 se puede advertir que las cifras son prácticamente las mismas.

Para Hope otro de los aspectos que deben destacarse es que si bien el indicador registra uno de sus puntos más bajos desde 2013, cuando se empezó a medir la percepción de inseguridad en México, los datos no pueden compararse, pues se han ido añadiendo más ciudades a la ENSU. 

“El dato más destacable es la estabilidad de los números. Hace casi una década, dos terceras partes de la población urbana adulta de México se sentía insegura en su ciudad. Hoy se puede decir lo mismo”, apuntó.

“Me parece entonces que no hay mucho que festejar en la ENSU y que, más que palmaditas autocelebratorias por la evolución de un trimestre, necesitamos una reflexión colectiva sobre la persistencia del miedo en nuestras ciudades”.

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Una realidad fuera de la encuesta

Elias Rivas no cree en la ENSU 2022. Justo en septiembre, dos sujetos se le aproximaron cuando salía de su casa en la colonia Lindavista, en la Ciudad de México, y le apuntaron con una pistola. Eran las 8 de la mañana y por la calle de Callao ya había una larga fila de automóviles de padres y madres que llevaban a sus hijos a las escuelas cercanas, cuando a Elias le robaron su cartera y su celular

Nos cuenta que uno de los asaltantes caminó tranquilamente rumbo a la avenida Montevideo y el otro en la dirección contraria. Los padres que llevaban a sus niños a la escuela y  vieron el asalto no hicieron nada, nos dijo. “Yo no creo que esté mejorando. Al contrario, cada día hay más asaltos y robos de autopartes aquí en la colonia”, nos comentó.

La colonia Lindavista se ubica en la alcaldía Gustavo A. Madero, una de las 90 localidades en las que se aplica el cuestionario para elaborar la ENSU. 

Ahí, de acuerdo con datos de la encuesta, de junio de 2022 (63.5%) a septiembre de 2022 (60.4%) se registró un descenso en la percepción de inseguridad de 4.9 por ciento.  Esa alcaldía fue una de las 21 en la que se reportó una caída, mientras que en otros 66 municipios no se registraron cambios y en 3 más hubo un aumento. 

Ese mes, según cifras oficiales, se registraron 4,413 casos de robos violentos a transeúnte en la vía pública, 662 de los cuales se cometieron en la Ciudad de México. 

La cifra contrasta con los 744 reportados en agosto de 2022 en la capital.

Sin embargo, Ernesto López Portillo nos alerta de lo engañosas que pueden resultar estas cifras, sobre todo si se sigue sin poner en el centro del debate a la víctima.

“Si el Estado me dice: tu seguridad mejora porque tengo menos incidencia, pero yo no experimento una percepción de mejora, entonces el Estado termina construyendo un mensaje erróneo porque el mensaje que no es explícito, pero es implícito, es que para el Estado el problema tiene menos relevancia del que tiene para ti”, nos dijo.

“Claro que necesitamos una interpretación compleja”, insistió.

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