La delincuencia no es el único desafío que enfrenta la policía

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Por Raquel Prior y Gabriela Gutiérrez

Si en algún momento eres víctima de algún delito, tienes muchas probabilidades de que tu caso nunca salga del cajón del ministerio público. Solo la mitad (49.6%) de las denuncias que son investigadas llegan a una determinación, y de esa mitad 60.5% quedan en un limbo burocrático llamado “archivo temporal”, una congeladora en el que queda “detenida cualquier actividad investigadora”, señala el reporte Hallazgos 2018, de la organización civil México Evalúa. 

Las fallas en la procuración de justicia son muchas y van más allá de la corrupción de las instituciones y las personas funcionarias públicas. Falta de equipo, falta de personal, falta de capacitación de elementos de investigación, así como malas condiciones laborales para desarrollar el trabajo de manera adecuada, son los grandes retos para que la policía investigadora pueda hacer correctamente su trabajo, señalan especialistas e informes de organizaciones sociales, consultados por Cuestione.

“En todo el proceso penal vemos problemas, pero sí podríamos decir que el talón de aquiles está en las fiscalías”, advierte Chrístel Rosales Vargas, investigadora del Programa de Justicia de México Evalúa, en entrevista.

Siete de cada 10 mexicanos cree que las fiscalías de justicia (66%), los ministerios públicos (66%) y los policías preventivos (68%) son corruptos; y seis de cada 10 en el caso de los policías judiciales o de investigación (62%), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe, 2019)

La procuración de justicia inicia en la investigación criminal, la cual recae en los policías –ya sea de investigación o preventivos–, por eso es importante comprender en qué condiciones laboran y qué carencias tienen para hacer bien su trabajo. 

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Falta de capacitación

Mauricio, policía de investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, asegura que recibe, al menos, un curso de capacitación cada año, que puede abarcar desde nuevas herramientas para detectar y prevenir ciberdelitos, hasta preparación en el sistema de justicia penal acusatorio. Pero no es la misma suerte de todas y todos. 

Mariana, con cuatro años de servicio en la misma fiscalía, solo ha recibido dos cursos. “El último fue el año pasado. Son muy rápidas y si llega a haber una capacitación muy buena sólo se la dan a gente selecta. No nos toca a todos”, dice la policía, en entrevista con Cuestione

Mauricio reconoce la importancia del rol como policía en los casos, sobre todo, con el sistema de justicia penal acusatorio. “Me gustaría tener más preparación para enfrentarme a los jueces. Al principio, dejaban pasar cosas o detalles que se te iban, ahora no, si se te va algo te pueden tumbar el caso”.

La situación no es distinta para los policías preventivos, cuyo informe policial homologado es considerado como evidencia en juicio y quienes deben recibir tres distintos tipos de talleres: 1) La función del primer respondiente; 2) La función policial y su eficacia en los primeros actos de investigación, y 3) Taller de Investigación criminal conjunta. Sin embargo, 40% de los elementos solo había tomado uno de ellos, de acuerdo con el SESNSP

Esto a pesar de que el Código Nacional de Procedimientos Penales establece que las instituciones federales, estatales y municipales están obligadas a brindar a las y los policías las competencias y habilidades necesarias para realizar su trabajo.

“Cuando un policía, que es el primer respondiente cuando se cometió de un delito, desconoce o no está totalmente familiarizado con su rol con jueces y ministerios públicos, se pueden generar fallas en el proceso que dificulten que los casos en cuestión se lleven por la vía legal y se emita una resolución o sentencia”, explica Daira Arana Aguilar, consultora en Seguridad. 

¿Qué fallas genera la falta de capacitación? En primer lugar, es más facil que haya una violación a la  cadena de custodia (la preservación de la evidencia, sin contaminación física ni humana). Además, hay diligencias que no cumplen con los estándares, como cateos que no cuentan con orden judicial, señala Rosales Várgas. 

“Esto es aprovechado por las personas imputadas (presuntos responsables o relacionados en la comisión de un delito). Sus abogados defensores, lo primero que buscan son las fallas al debido proceso para lograr su exoneración”, agrega Rosales Vargas. 

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Falta de personal 

Mauricio labora 12 horas (de nueve de la mañana a nueve de la noche), de lunes a viernes. “Trabajar 12 horas diarias no me pesa. Ya me acostumbré. Lo que sí es pesado es tener 12 casos sobre tu cabeza, a veces 20. Nos falta mucho personal”, dice. 

Mauricio señala que en las fiscalías con más casos, como la de Homicidios o Secuestros, hay alrededor de 100 policías de investigación, cada uno con 20 casos o más. “¿Cuánto tiempo le pueden destinar a cada uno? Es imposible verlos todos”, asegura. 

Como Mauricio y Mariana, en México hay  27,346 policías de investigación en el país, encargados de resolver muchos de los 1.5 millones de delitos que se cometen, en promedio, al año, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública Nacional (SESNSP)

Pero la falta de recursos humanos no solo es de policías, también de personal dedicado a la atención a víctimas, como peritos y especialistas en psicología, medicina legista, atención especializada a niños, entre otros. 

“Me toca ver cómo llegan víctimas de violación u otros delitos. Las hacen esperar dos o tres horas, porque el especialista no está. Las mandan a otras oficinas para que las puedan atender y ahí esperan otras dos o tres horas. Desisten. Se cansan. Se van”, revela Mauricio.

Lo mismo pasa con los peritos. “Hay personal de las fiscalías que su orden de trabajo del día incluye ocho reconstrucciones de hechos. Es imposible hacerlas todas. No terminan. Y al día siguiente tienen otras ocho”, dice Gustavo Fondevila, investigador jurídico del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), a Cuestione.

Modelo de investigación olvidado

Aunque el sistema de justicia penal acusatorio faculta a los policías de investigación para solicitar los dictámenes periciales y análisis científicos que requieran, en la práctica esto no sucede así. 

Las investigaciones se siguen haciendo bajo el modelo viejo, que señalaba que el ministerio público es el encargado de ordenar todos los dictámenes periciales o análisis científicos (muestras de ADN, identificación de sospechosos, etc.), aún sin encontrarse en el campo de operación, como los policías. 

Estas instrucciones del ministerio público se convierten en una especie de “checklist, en lugar de un elemento vivo que se desarrolla con base en la información que se va encontrando”, advierte Rosales Vargas. 

Mauricio confirma esta situación, pero agrega que el problema va, incluso más allá del alcance de la Fiscalía: “Si voy a una compañía telefónica y pido por escrito, con un oficio, como debe ser, la sábana de información de un número celular, no me la dan, porque soy policía, y me piden que lo lleve firmado por un ministerio público”. 

Sin duda, esto tiene un impacto mayor en delitos complejos, en donde tendrían que realizar análisis complejos, como de “patrones, para entonces no perseguir criminales individuales, sino hacer una persecución estratégica, a través de redes”, señala Rosales.

Falta de salarios dignos

Karla tiene jornadas de 12 horas por 24 de descanso. Es madre de tres niños y jefa de familia, pero también es una de las 274 mil elementos de las policías preventivas de los estados.

El salario que percibe es de 5,800 pesos quincenales y no le alcanza para cubrir sus gastos. Por eso cubre turnos dobles, en ocasiones de hasta 72 horas.

No basta sólo con capacitaciones para que los policías puedan garantizar el desarrollo de las aptitudes y habilidades necesarias, también se les debe asegurar condiciones laborales dignas y estables, de acuerdo con el centro de análisis México Evalúa

A nivel nacional, 36% del cuerpo policiaco gana menos de 10,000 pesos al mes; 46% entre 10,001 y 15,000 pesos; y sólo 18% gana más de 15 mil pesos al mes, de acuerdo con Causa en Común

Mariana y Mauricio ganan poco más que Karla, entre 12 mil y 15 mil pesos al mes. Sobre sus manos descansa la responsabilidad de las investigaciones criminales y la seguridad de la cadena de custodia. 

Los salarios de los policías son, en algunas ocasiones, “deplorables”, pues algunos apenas perciben 3,000 pesos al mesexplicó Sara López Cerón, investigadora de Causa en Común. Ellas y ellos “pagan sus herramientas de trabajo, el uniforme, cartucho, chalecos antibalas, gasolina para las patrullas”, dice la experta.

Además, los bajos salarios van de la mano con otra de las carencias que sufren las y los policías, quienes muchas ocasiones tienen que pagar sus uniformes y herramientas de trabajo

En 2017, 86% de las y los policías pagó, al menos, un accesorio o material de protección para desempeñar sus funciones; 34% consiguió por su cuenta una prenda de su uniforme; y 4.9% adquirió, de la misma manera, armas, municiones o accesorios para armamento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (ENECAP), del INEGI.

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Para que los y las policías puedan cumplir correctamente con sus funciones es necesario que cuenten con la capacitación para saber cómo desempeñarlas, un salario digno y que las jornadas laborales les permitan descansar. Además, las instituciones deben asegurarles que se les otorgarán las herramientas necesarias, sin que ellos se vean obligados comprarlas con su propio dinero. 

Así, otra de las deudas del sistema de justicia es con los propios policías.

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