Fundado en 1917, el periódico El Informador fue en algún momento el de mayor circulación en Jalisco con 47 mil ejemplares impresos diariamente. Sin embargo, desde 2014 ha registrado una caída en su tiraje, sumada a una crisis financiera interna que lo ha puesto al borde de la quiebra.
En ese contexto, ha aprovechado su plataforma en la que presume contar con 25 mil suscriptores para lanzar una campaña contra el gobierno que encabeza Enrique Alfaro para presionarlo y obtener más recursos.
Con la entrada al gobierno de Alfaro en diciembre de 2018, el medio de comunicación -propiedad de Juan Carlos Álvarez del Castillo y Carlos Álvarez del Castillo, quien también es el director editorial-, dejó de recibir el abultado presupuesto estatal al que estaba acostumbrado en los gobiernos anteriores del PRI y del PAN, por lo que mediante chantajes busca obtener recursos, aseguran personas con conocimiento del caso.
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“Durante lo que va del gobierno de @EnriqueAlfaroR, el @informador omitió el nombre del gobernador en sus portadas, solo se refería a él como ‘El Gobernador de Jalisco’ esto porque no querían darle publicidad a su nombre ya que no les había querido dar contratos”, afirmó el usuario Libro Negro, quien en su cuenta de Twitter ha detallado el caso, presentando documentos oficiales.
Según estos documentos, meses antes de la entrada de Alfaro El Informador recibió -nada más en 2018- $197 millones de pesos del gobierno.
En las administraciones anteriores, particularmente en la del priista Aristóteles Sandoval, se ha documentado que medios de comunicación de Jalisco recibieron al menos $442 millones de pesos en solo dos años para tratar de mejorar la imagen del gobernador y de su administración.
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En un artículo del 8 de junio de 2014, la Revista Proceso expuso que en los primeros 14 meses de su administración, Aristóteles Sandoval gastó un total de $360 millones de pesos en publicidad para promover su gobierno y difundir su agenda de que trabajaba para el bienestar de la población.
Ahora, sin recursos del gobierno, el medio de comunicación jalisciense atraviesa por una crisis y para tratar de subsanarla ha optado por el home office, una modalidad de trabajo que se popularizó durante la pandemia de la COVID-19 y que permitió a empresas de todo tipo flexibilizar sus gastos y ahorrarse millones en rubros que van desde la renta de una oficina hasta el pago de la luz, pues en la mayoría de los casos los empleados asumen estos costos.
En El Informador, las oficinas ya no están en Independencia 300, en el Centro de Guadalajara, donde sus instalaciones ocupaban media manzana. Ahora, en lugar de sala de redacción, se convertirá en estacionamiento.
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De igual manera, han prescindido de columnistas y mantiene salarios bajos que van de entre $6,000 y $10,000 pesos para redactores, editores y reporteros, según se ha informado.
De acuerdo con Artículo 19, en México hasta el 60% de los ingresos económicos que tienen los medios de comunicación corporativos provienen de la publicidad oficial, por lo que al cancelarles el flujo de recursos muchos cayeron en crisis.
¿Son esas las 197 millones de razones de El Informador para el golpeteo político contra el gobernador Alfaro?
