De Proceso a Lord Molécula
El nombre de Julio Scherer García es un referente para Andrés Manuel López Obrador. Periodista. Crítico. Amigo. El presidente reconoce la aportación del periodista en su libro Hacia una economía moral, en cuyo epílogo cierra con un fragmento del fundador de la revista Proceso: “Una nación quebrantada por su corrupción interna, su analfabetismo masivo, su inequidad brutal, su miseria vergonzosa, como es el caso de México, sólo puede fortalecerse en los valores”.
Además de que López Obrador y Scherer eran buenos amigos, “para Andrés Manuel, sin duda, Julio Scherer es la referencia de lo que debiera ser un periodista; y yo creo que no encuentra un símil, porque no lo hay”, dice en entrevista Ulises Castellanos, exeditor de Fotografía (1993-2005) de Proceso y quien trabajó con el fundador de la revista por más de una década.
La amistad entre el político y el periodista ve sus ramificaciones hasta el día de hoy, pues Julio Scherer Ibarra (hijo de Scherer García) es una de las personas cercanas al presidente y consejero Jurídico de la Presidencia.
¿Por qué López Obrador nombra tanto a Scherer García?
Castellanos encuentra la respuesta en el trabajo periodístico del hombre que en 1998 rechazó el Premio Nacional de Periodismo, por tratarse un galardón que recibiría de manos del presidente de la República.
“(Scherer) representa el ícono más grande del periodismo de nuestro país, del periodismo independiente, del carácter inquebrantable; del periodista que enfrentó un sistema totalitario con valentía y, en su momento, incluso, arriesgando su vida. También, un periodista y una persona que era sumamente especial, humana y profesionalmente… un periodista fuera de serie”, nos cuenta el ahora director académico de la Fundación Elena Poniatowska.
AMLO y el periodismo de antaño
En el discurso del presidente no sólo está el lugar que da a Scherer, también reconoce a Manuel Buendía y a Manuel Becerra Acosta, éste último fundador del diario Unomásuno (1977), tras renunciar a la subdirección de Excélsior. Además del trabajo del periódico La Jornada.
Explica Ulises Castellanos que estos medios “representan lo mejor del periodismo de por lo menos las últimas tres décadas. De los años 70 hasta el 2000, y un tramo del 2000 al 2010”.
Además de que las historias de Unomásuno, La Jornada y Proceso están muy ligadas.
“Tanto Proceso como el Unomásuno derivaron del golpe a Excélsior. Obviamente cambiaron el rostro del periodismo en el país, como no se ha hecho hasta la fecha. Y la consolidación –puntualizó Castellanos–, se vio en La Jornada y en Proceso por los siguientes años”.
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Otro tiempo… periodismo crítico por méritos
El ejercicio periodístico se ha transformado. El contexto de hace 30 años era diferente al actual. La crítica, la prosa, las plumas, tenían un peso distinto.
“Entre el ‘68 y el 2000, hasta antes de la transición (cuando el PAN llegó a la presidencia), ser periodista crítico tenía mérito y relevancia, es decir, la sociedad realmente se informaba o acudía a un sector ilustrado de la sociedad y el sector político, realmente consultaba estos medios”, dice Castellanos.
Castellanos se centra en el trabajo de la revista Proceso y La Jornada: “Eran lo mejor del periodismo, sin duda, dirigidos por Julio Scherer García, por Carlos Payán, por Carmen Lira; por supuesto, la parte de Unomásuno que dirigió Becerra Acosta. Concentraban a los mejores periodistas del país. Eran medios críticos que confrontaban a un Estado totalitario”.
“Saquemos a Unomásuno de la ecuación, porque cambió de dueños y solo conservaron el nombre, pero realmente hacen un periodismo nefasto. Hoy sólo quedan La Jornada y Proceso, los únicos medios en los que los dueños son periodistas y mantienen la vieja escuela con un periodismo combativo e independiente”.
Evocando a Madero y Flores Magón
Andrés Manuel López Obrador fue claro durante el 107 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez. “El gobierno actual ha retomado ideales democráticos de Madero, con el agregado de poner el mismo énfasis en el bienestar del pueblo”.
Ese recurrir a la historia por parte del mandatario tiene un referente, de acuerdo con Castellanos: “Por su evocación, su apego a la historia y a los mejores tramos de historia de nuestro país. Cuando Andrés Manuel habla de la Cuarta Transformación y refiere repetidamente cuál fue la primera, segunda y tercera, se sitúa en esos momentos como las mejores personas de aquellos momentos”.
Señala el director académico de la Fundación Elena Poniatowska: “Me da la impresión de que Andrés Manuel, de alguna manera, añora a esos personajes y le gustaría que esos personajes que lo acompañaran en su cruzada personal en esta Cuarta Transformación, pero no los encuentra”.
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El presente y las redes sociales
Ulises Castellanos menciona que actualmente las audiencias están fragmentadas y compiten con redes sociales y también con la independencia de los tuiteros, de los blogueros y otros personajes en el ambiente.
“Ya no concentran la atención como antes, cuando la portada de Proceso se esperaba con ansiedad desde el sábado en la noche o el domingo, para marcar agenda en los medios informativos de hace décadas. Hoy en día no existe ese periodismo”.
Como profesor de Fotoperiodismo en la Universidad Panamericana distingue perfectamente en las nuevas generaciones, a algunos devotos de youtubers que consultan los medios tradicionales a través de sus celulares y, en muchas de las ocasiones, no reparan en ver quién firma ni quién está detrás de la nota.
“Para ellos es tan impersonal la información que no buscan plumas, no buscan un rostro, no buscan nada, solo te saben identificar a youtubers, y la verdad que no encuentras personalidades con altura intelectual”.
Precisa Castellanos que en este entorno se encuentra gente que entretiene, no gente que informe o que tenga una calidad intelectual alta.
“En el periodo de Scherer y compañía estaban rodeados de personajes intelectuales, como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Emilio Pacheco, una cantidad de personajes. La conversación era otra, tenía otro nivel. Hoy la conversación es con (Carlos Pozo Soto) Lord Molécula”.
El periodismo y las fake news
Para Castellanos, las fake news se encuentran en un punto cumbre dentro de la conversación a nivel mundial: “Siempre han existido mentiras, siempre ha habido la tentación de la mentira, desde que el periodismo es periodismo, digamos desde principios del Siglo XX hasta la fecha, pero nunca tuvo la potencia que hoy tiene”.
“Hoy en día se mezclan las noticias falsas con las verdaderas. Las nuevas generaciones y las generaciones contemporáneas, no saben distinguir una nota seria de The Washington Post, El Universal o de Milenio, frente a una de un portal inexistente y le dan validez porque la manda, la tía, el sobrino…”, comenta Castellanos.
Sobre la mañanera nos menciona: “En principio es una buena estrategia, por supuesto tiene muchas fallas y muchos errores, pero ante este tipo de noticias falsas, rápidamente se ataja una mentira, se contrasta la información con datos”.
Con este ejercicio de las mañaneras, “el presidente todos los días, se enfrenta a una prensa crítica, a fake news y a reporteros y periodistas que están aprendiendo a cuestionar a un presidente, porque hasta hace un año y medio, nunca se había hecho este ejercicio”.
“En los años 70, los presidentes mexicanos ni siquiera daban entrevistas. No hay alguna que haya dado (Gustavo) Díaz Ordaz ni mucho menos una conferencia de (Luis) Echeverría, sólo hablaban una vez al año con los periodistas escogidos por la presidencia, realmente éste (las conferencias mañaneras) es un ejercicio casi inédito que tiene ventajas y desventajas, como todo, pero creo que el presidente hace bien en plantarse frente a los periodistas”, finaliza Ulises Castellanos.
¿Verá Andrés Manuel una prensa como la que tanto añora en este sexenio? ¿O será que la nostalgia no le permitirá entender que esa crítica que admita ahora cuestiona sus decisiones?
