El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, propuso modificar la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), garantizar que no haya apagones y evitar una crisis de energía eléctrica en el país. Sin embargo, no es algo que se pueda garantizar con su aprobación, de acuerdo con los expertos.
Oscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), nos dijo que hay dos razones principales por las que no se podrían garantizar los objetivos del presidente:
- Aprobar las modificaciones a la LIE implicaría una menor inversión en generación eléctrica. Y CFE no tiene los recursos financieros para expandir su capacidad reemplazando privados y considerando el crecimiento de la demanda.
- La reasignación del presupuesto de inversión hacia la generación (necesario en caso de aprobarse en estos términos) implicaría seguir con la subinversión en transmisión de energía.
Entonces, si se aprueba la iniciativa del presidente, “representaría un retroceso histórico para la construcción de un México más competitivo y cancela la posibilidad de llevar mejores precios de electricidad a los hogares y al sector productivo”, señaló el IMCO.
De acuerdo con dicho Instituto, hay cuatro puntos preocupantes en la iniciativa:
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1. Prioridad a la energía de CFE
“La iniciativa pretende destruir el mecanismo de despacho de energía de las centrales eléctricas operadas por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) de manera independiente, para dar prioridad a las plantas de CFE”.
El orden de prioridad quedaría así:
- Hidroeléctricas.
- Las demás centrales de la CFE.
- Energía eólica y solar de los particulares.
- Centrales de ciclo combinado (centrales que operan a partir de un ciclo de gas y otro de vapor) de particulares.
¿Cuál es el problema?
“Que las hidroeléctricas solo generan 8.8% de la energía eléctrica porque no tienen mayor capacidad de producción. No siempre están en condiciones de generar, pues depende de un insumo indispensable: el agua. Y el principal uso del agua no es la generación eléctrica”, nos dijo Oscar Ocampo, coordinador de Energía del IMCO.
Eso significa que la CFE sería la gran beneficiaria, sin importar que sea más contaminante (por producir con combustóleo y carbón) y que sus costos sean más altos que otros tipos de generadores de energía.
Evolución de la Energía producida (MWh) 2017 – 2020 (enero-septiembre) por tipo de tecnología, aplicando su factor de acreditación de Energía Limpia a las Centrales Eléctricas de Cogeneración eficiente
¿Cómo nos afecta?
Costos más altos en la generación de energía implicarían mayores tarifas para los usuarios y mayores subsidios a los consumidores. También afectarían las finanzas de la CFE, ya que se elimina el estímulo para que el sistema compre primero la electricidad más barata.
Actualmente no hay un criterio asentado para determinar qué despachador de energía eléctrica se considera primero. Sin embargo, “el CENACE da prioridad a los generadores con menores costos”, señaló Ocampo.
2. Subastas no obligatorias
“La iniciativa presidencial elimina la obligación de la subsidiaria de suministro básico de la CFE de comprar energía por medio de subastas”.
Actualmente, la CFE Suministrador de Servicios Básicos compra energía eléctrica para satisfacer la demanda de los pequeños consumidores a través de subastas. Eso ayuda a reducir los costos de compra.
¿Cuál es el problema?
Si las subastas de compra no son obligatorias no se pueden garantizar los menores precios del mercado y se abre la puerta a la discrecionalidad en la compra de energía eléctrica por criterios distintos a la eficiencia.
Además, habrían compromisos de gasto insostenibles para la Federación y fragilidad en las finanzas de CFE, de acuerdo con el IMCO.
En la siguiente gráfica se observa cómo el costo promedio de generación de energía eléctrica de la CFE fue 252% mayor al precio obtenido a través de subastas de largo plazo, en 2020.
¿Cómo nos afecta?
Los consumidores finales podríamos pagar más por la luz. O, de lo contrario, el gobierno tendría que incrementar los subsidios.
Al final, “la CFE también pierde (con el subsidio) porque el gobierno compensa las pérdidas sólo parcialmente, Por ejemplo, para 2021 se programaron más de 70,000 millones de pesos para el subsidio de energía eléctrica.”, señaló Oscar Ocampo.
3. Desincentivan inversiones en fuentes limpias
“La iniciativa establece que la entrega de los Certificados de Energías Limpias (CEL) no dependerá de la fecha de entrada en operación de las centrales eléctricas”.
Los CEL se crearon para incentivar la expansión de generación de energía eléctrica limpia. Los certificados se entregan por cada megawatt-hora de energía generada con centrales limpias que iniciaron operaciones después de agosto 2014.
¿Cuál es el problema?
La modificación es contraria al objetivo de los CEL.
De aprobarse esta parte de la iniciativa, la CFE obtendría certificados CEL por la energía producida en sus centrales eléctricas que existen desde antes de 2014. Con ello, la CFE no tendría incentivo para instalar nuevas centrales renovables en energías limpias.
Esto se sumaría a una “trampa” realizada durante la administración de Enrique Peña Nieto. En 2012 se comenzó a considerar “energías limpias” a las que, durante su producción, no generan emisiones contaminantes, sin importar si generan otros daños al medio ambiente a través de sus residuos, de acuerdo con Greenpeace.
¿Cómo nos afecta?
Estaríamos consumiendo energía de fuentes más contaminantes.
4. Anulación de contratos de autoabasto
“La iniciativa anula los permisos de autoabasto”.
Este tipo de permisos permitió que varias empresas se asociaran para producir electricidad para sus establecimientos. Con la iniciativa se pretende revocar esos permisos de autoabasto amparados por la LIE.
¿Cuál es el problema?
Cancelar los permisos sería “algo innecesario porque a la CFE ni le ayuda ni le perjudica. Si se eliminan, no irían a comprarle energía a CFE Suministrador de Servicios Básicos porque son grandes consumidores. Así que CFE no ganaría más clientes”, nos explicó el experto en energía.
En todo caso, bien podrían dejar que expire el permiso. Sin embargo, “acelerar la ´muerte´ de esos contratos implicaría hablar de una ley retroactiva que provocaría desconfianza en los inversionistas”, señaló Ocampo.
¿Cómo nos afecta?
Si se aprueba, se estaría violando el T-MEC, acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá, al modificar las condiciones regulatorias.
Eso implicaría “un rechazo explícito a la inversión en nuestro país”. Y si hay algo que hace falta en México, en medio de una crisis económica y sanitaria, es incentivar todo tipo de inversión para generar empleos.
La iniciativa con la que se reforman y adicionan diversas Disposiciones de LIE ya fue aprobada, con cambios mínimos, por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados. Y también en lo general por el pleno de la Cámara de Diputados.
Hubo 304 votos a favor (por integrantes de Morena, PES y PT), 179 en contra (por diputados de PAN, PRI, PRD, MC y Partido Verde, a pesar de ser aliado de Morena) y cuatro abstenciones.
Hasta el cierre de esta publicación continuaba la discusión de 412 reservas para aprobarlo en lo particular, para después turnarlo a la Cámara de Senadores.
