El pasado 24 de mayo de 2023 el Congreso de Hidalgo aprobó otorgar a las trabajadoras del estado una licencia menstrual “como parte de reconocimiento a sus derechos sexuales y reproductivos” con la intención de resarcir “una deuda histórica que tiene el Estado con los derechos laborales de las mujeres”.
Esta iniciativa propuesta por el diputado Osiris Leines consiste en dar hasta dos días con goce de sueldo a las trabajadoras diagnosticadas con dismenorrea primaria o secundaria durante su periodo menstrual.
La dismenorrea es una afección menstrual que se manifiesta como calambres menstruales severos, puede incapacitar a las mujeres que la padecen. La dismenorrea secundaria puede estar relacionada con otras condiciones como endometriosis
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Aunque serán muy pocas las mujeres que se beneficiarán de lo aprobado en Pachuca, es un primer paso en la dirección correcta para garantizar una menstruación digna para las mujeres mexicanas.
Licencias menstruales
Las licencias menstruales no son algo nuevo: desde los años 20’s la Unión Soviética otorgaba a las mujeres unos días de descanso al mes con motivo de la menstruación y más recientemente varios países asiáticos han impulsado estas licencias como parte de los derechos laborales de sus trabajadoras.
En México todavía falta mucho en términos de legislación y aplicación. Por lo pronto solo las trabajadoras del estado en Colima e Hidalgo tienen acceso a ellas y los requisitos para hacerlas válidas no garantizan que todas estas puedan solicitarlas, nos explica Melisa Guerra, cofundadora e integrante del colectivo Menstruación Digna México.
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Para comenzar, es fundamental que este derecho se le pueda garantizar a todas las mujeres trabajadoras, no solo a las que trabajan para el Estado. Pero para esto se requiere una reforma a nivel nacional a la Ley Federal del Trabajo.
Igualmente es importante entender que las licencias, hasta ahora, han estado condicionadas al diagnóstico de un especialista en ginecología en alguna institución de salud pública. Esto puede representar una barrera importante para las mujeres que quieran acceder a ellas ya que en primer lugar las instituciones de salud pública en México tardan mucho en atender pacientes y en segundo lugar este tipo de padecimientos son comúnmente ignorados por parte de los profesionales de salud, comenta la politóloga.
Un mundo laboral por y para hombres
Al igual que con las licencias de maternidad, existen preocupaciones de que las licencias menstruales pongan en desventaja a las mujeres frente a los hombres en el mundo laboral.
Se estima que el 50% de las mujeres en algún momento de su vida han presentado dismenorrea. Si las licencias menstruales fueran un derecho generalizado, esta cifra podría ocasionar que las mujeres sean candidatas menos atractivas ya que a la mitad de ellas tendrían derecho a dos días al mes de descanso.
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Melissa Guerra nos comenta que es importante dejar de ver a la menstruación como algo negativo y comenzar a verla como una herramienta que puede ayudar a las mujeres a ser más productivas.
El ciclo hormonal de una mujer no solo está relacionado con su estado de ánimo, también afecta los niveles de energía y de fuerza que tienen. Conocer de esto puede resultar muy benéfico para su vida laboral ya que si bien el dolor físico incapacita a muchas por algunos días, la energía que tienen en otros momentos del mes compensa los días que podrían llegar a faltar, nos cuenta Melissa Guerra.
Sin embargo, la falta de educación sobre la menstruación y los tabús que hay alrededor del tema hacen muy difícil que esto se practique en los centros de trabajo. Por el contrario, muchas veces las mujeres no tienen acceso a baños limpios que cuenten con todos los servicios en su lugar de trabajo, según la encuesta realizada por Essity, Menstruación Digna México y Unicef. Esto también dificulta la gestión más básica de su menstruación en el ámbito laboral.
Por otra parte, brindar estos beneficios, explica la cofundadora de Menstruación Digna México, tendría como resultado empleadas más felices y por lo tanto, más productivas.
Pobreza menstrual
En México, un país con más de 29,000,000 de mujeres en situación de pobreza, la menstruación digna es un privilegio. La gestión de la menstruación ha sido un tema históricamente invisible y tabú.
Alrededor del 42% de las mujeres que menstrúan no cuentan con los recursos económicos para comprar los productos de higiene que requieren.
Según una encuesta realizada por Essity, Menstruación Digna México y Unicef, el 30% de las mujeres encuestadas a nivel nacional han tenido dificultades económicas para comprar toallas sanitarias.
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En 2022 se logró quitar el IVA a productos para la gestión menstrual y se han aprobado leyes en 11 estados para proveer a las niñas con estos en las escuelas, sin embargo sigue siendo un reto importante y una de las causas de deserción escolar entre mujeres.
En Colima, las licencias menstruales para trabajadoras del estado vinieron acompañadas de permisos para que las niñas y jóvenes que padecen dismenorrea puedan faltar a clases.
Las licencias menstruales son tan solo uno de los derechos que deberían gozar las mujeres para que se les pueda garantizar una menstruación digna. Pero incluso si todas las trabajadoras formales gozaran de este derecho, hay millones de mujeres que trabajan en la informalidad o realizan trabajos no remunerados que ni en los peores días de su ciclo pueden parar.
El cambio alrededor del tema no puede ser tan solo legislativo, tiene que ser cultural, solo así podrán las mujeres mexicanas tener una verdadera equidad.