Maestras y maestros dudan que alargar el ciclo escolar sirva de algo sin proyectos claros

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Tras los dos años de rezago educativo que produjo la pandemia, Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), señaló que el reto principal es buscar al estudiantado que salió del sistema educativo durante la pandemia para que regresen a clases presenciales y recuperen los aprendizajes perdidos.

El pasado 23 de junio, la secretaria informó que el Sistema Educativo Nacional registró una disminución de la matrícula en el ciclo escolar 2021-2022, respecto al año anterior, de 512,000 estudiantes, es decir, 1.5% del total. Principalmente son estudiantes de educación básica y media superior.

La funcionaria dijo que el próximo año escolar -que comenzará el 29 de agosto- se implementará el Sistema de Alerta Temprana para Evitar el Abandono Escolar. Así, pidió a docentes trabajar más intensamente para identificar a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que desertaron para que regresen a las escuelas y para que todo el alumnado recupere los aprendizajes perdidos.

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Durante el primer año de la pandemia, el ciclo escolar 2020-2021, la deserción escolar afectó a 9.6% de estudiantes entre los tres y los 29 años de edad debido a la pandemia en todo el país, como lo señala la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) del INEGI

Según el informeEducación pospandemia ¿Cómo va el regreso a clases?” de la organización México Evalúa, con el cierre de las escuelas, se perdió “más de un año de aprendizajes”

Maestras contra el rezago

“La pandemia vino a acentuar mucho más el rezago de la educación pública que ya traíamos. Pero no hay un proyecto claro de cómo subsanar el rezago. El maestro hace lo que puede con lo que tiene”, nos dijo Luisa Corona, quien trabaja como psicóloga escolar en el Estado de México, en un programa de atención a población escolar con discapacidades y que enfrenta barreras para el aprendizaje.

Desde su experiencia, alargar el actual ciclo escolar hasta el 29 de julio, cuando desde el viernes 24 de junio las y los maestros tienen que entregar las evaluaciones, no tiene mucho caso, pues teme que los y las estudiantes dejen de asistir una vez que tengan sus calificaciones.

Señaló que si el objetivo es atender a niñas y niños con rezago durante el mes que falta para concluir el ciclo escolar 2021-2022, la planta docente no tiene un plan qué implementar para cumplir con dicho objetivo, “no hay una propuesta específica a nivel institucional, sería mejor que llegará un proyecto más claro”.

Aunque, consideró que es una buena oportunidad para hacer una recapitulación o dar atención psicoemocional a las niñas y los niños que así lo requieran, pero “nos enfrentamos al hecho de que cuando sean evaluados dejen de asistir a la escuela, entonces ¿cuál será el objetivo de tener a los maestros un mes más en las escuelas, agotarnos?”, se preguntó.

Por su parte, Karla Amozurrutia Nava, profesora de educación secundaria privada, coincidió en que si no hay un plan educativo institucional post pandemia claro la planta docente no podrá trabajar puntualmente en resolver el rezago, porque este requiere un proyecto de atención a mediano y largo plazo. 

Para la profesora Amozurrutia es necesario adecuar los aprendizajes, las habilidades y los contenidos al rezago acumulado, con el fin de atender “las nuevas necesidades de nuestro estudiantado” y para ello hace falta que las autoridades escuchen al profesorado.

Pero, indicó, en lugar de construir una propuesta con la planta docente y de tomar en cuenta que el magisterio y el estudiantado están sobrecargados y con desgaste emocional, la respuesta de la autoridad educativa fue ‘alarguemos el ciclo escolar’ a 200 días. “El rezago educativo no se resuelve en un mes”, añadió. 

No obstante, la profesora también ve este tiempo previo a las vacaciones escolares como una oportunidad para trabajar psicoemocionalmente con el estudiantado o para hacer talleres enfocados a la lectoescritura, dos de las áreas donde identifica problemas. 

Pero Amozurrutia insistió “ese no es el plan institucional, necesitamos tener y crear un plan colectivo y colegiado”. Y cuestionó “¿para qué tenernos un mes más sin las aulas llenas? Los estudiantes no van a ir, pues ahorita se están contagiando (de COVID-19)”, debido a la quinta ola de la pandemia.

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Desafíos educativos

La profesora Patricia Esteva es directora de una escuela secundaria pública al oriente del Estado de México, donde tienen muchas carencias y no hay internet. 

Nos contó que durante los primeros dos años de la pandemia enfrentaron un contexto educativo difícil “porque los maestros no teníamos el soporte adecuado del uso de las TIC’s (tecnologías de la información y la comunicación) y fuimos aprendiendo con los muchachos”. 

En 2020, ella junto con 17 maestras y maestros que dan clases en el turno matutino recorrieron las calles con sus autos para entregar y recoger las tareas a sus 230 estudiantes.

“Nos llegaban estudiantes a primer año de secundaria sin saber leer bien. En 2021, me tocó hacer visitas domiciliarias para buscar a un chico que no regresó a la escuela y lo encontramos”, relató. 

En 2021 y 2022, implementaron el programa de aprendizajes fundamentales, el cual permitió a la planta docente elegir cuáles son los aprendizajes que a partir de tu experiencia necesitan las y los estudiantes. 

La profesora Luisa Corona también recuerda que hubo estudiantes que no se conectaron durante los casi dos años que duraron las clases virtuales, “quedaron desprotegidos académica y emocionalmente”.

“Pero hay estudiantes a quienes les ha costado mucho trabajo adaptarse. Hubo retrocesos de aprendizaje importantes, pareciera que se les olvidó todo. ​​Y niños que se quedaron sin ambos papás, lo que afectó mucho en su aprendizaje también”, compartió Luisa Corona.

Según el informe “Educación pospandemia de México Evalúa, el gobierno no destinó partidas presupuestales “específicas para sostener las clases a distancia por medios tecnológicos” para el año 2022.

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Jornadas agotadoras

Karla Amozurrutia destacó que las y los docentes “hemos hecho lo humanamente posible para construir estrategias, mecanismos, ser creativas y creativos para lograr que el estudiantado desarrolle habilidades y aprendizajes. Y para generar el diálogo pedagógico que necesitamos con nuestro estudiantado a través de las plataformas virtuales”.

De acuerdo con Luisa Corona, quien también atiende psicológicamente a maestras y maestros, la sobrecarga de trabajo les generó ansiedad y mucho estrés. Enfatizó que​​ “hay profesores que están recibiendo tratamiento psiquiátrico”.

Para la profesora Amozurrutia, el sistema educativo y la sociedad están a tiempo de detener el rezago y de colocar a la educación como prioridad. Para esto, dijo, es importante la crítica y las propuestas para el gobierno, un gobierno del que se dice convencida.

Escuchar a profesores y profesoras

Actualmente, sólo se invierte el 7% de los recursos del presupuesto de egresos de la federación que se erogaban en 2018 para la capacitación docente. En lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay un recorte acumulado en este rubro de 89%, de acuerdo con México Evalúa.

En el área de educación especial donde trabaja Luisa Corona, las maestras y maestros “tienen que cubrir sus cursos de capacitación con su propio dinero”.

Las autoridades deben analizar el problema de manera global para abatir el rezago educativo y escuchar al magisterio, consideró Luisa Corona, pues “toman decisiones, sin consultar qué necesita el docente. ¿Por qué no voltean a mirar al personal docente para conocer cuáles son sus necesidades para tratar de mejor forma el rezago educativo?”.

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