El próximo 8 de marzo se realizarán diversas marchas en distintas ciudades del mundo en las que mujeres, personas no binarias y de diversidad de género levantarán sus voces para denunciar problemáticas como violencia, desigualdad y precarización laboral.
Vanesa Silva, vocera de la colectiva feminista Coatlicue Siempre Viva, nos dijo que para su organización el feminismo es un proyecto político que trasciende a las mujeres y que, por tanto, es necesario que los hombres también se involucren en la lucha.
Silva nos explicó que aunque en ocasiones las estrategias y momentos no requieren de la presencia de hombres, en una movilización tan grande como la del 8M es importante que haya una participación activa de los compañeros, pero siempre en la retaguardia, de forma subalterna, y que entiendan que éste es un espacio para las mujeres y otras disidencias.
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“Para nosotras el feminismo es un proyecto político que es parte de las mujeres y por lo tanto parte de los pueblos. Un proyecto político no se puede referir sólo a un sector de la población, siempre abarca más porque estamos hablando de política”, resaltó la entrevistada.
Tania Naanous, fundadora de la colectiva feminista Lentes Púrpura, nos explicó que aunque hay diferentes perspectivas dentro los distintos movimientos feministas sobre la participación de los hombres en la marcha, la organización que ella dirige -que es interseccional y transincluyente- considera que es un espacio únicamente de mujeres.
“Pero si eres un hombre y quieres marchar que sepas que tienes que ir atrás del contingente, no es ideal que estés tomando protagonismo”, detalló la activista.
Tania Naanous destacó la importancia de reconocer que la movilización del 8M tiene la intención de que las mujeres recuperemos espacios públicos que todavía no tenemos en nuestras manos. Los altavoces, la organización y el acompañamiento está en manos de las mujeres precisamente para que al menos un día, las calles sean nuestras como un espacio seguro.
Vanesa Silva consideró que tenemos que hacer un esfuerzo por hacer entender que los movimientos feministas y sus expresiones no se tratan de una una guerra de sexos o de géneros sino que son espacios políticos dónde hay momentos en los que ciertas identidades y ciertas corporalidades tienen que ir adelante.
Te compartimos algunas sugerencias para que este 8M puedas apoyar el movimiento con acciones concretas que además puedes seguir realizando en otros aspectos de la vida cotidiana.
Pregunta a las mujeres en qué necesitan ayuda
La asistencia de los compañeros a la marcha del 8M tiene que ir cargada de autorreflexión y disposición para escuchar de qué manera pueden apoyar el movimiento. Quizás lo que se necesita es que realices tareas específicas que hegemónicamente son delegadas a las mujeres.
Por ejemplo, realizar compras de tela para las mantas, ayudar con la recolección de donativos e incluso donar dinero para que se adquieran los materiales que se requieren en la movilización puede ser de gran ayuda.
Hazte cargo de las tareas del hogar
Tomar toda la responsabilidad de las tareas de la casa y de la crianza o incrementar las que te corresponden este día para facilitarle la asistencia a la marcha a las mujeres de tu vida, es una manera práctica y efectiva de apoyar este 8M.
Dependiendo de la manera en cómo están divididas las responsabilidades de la familia -y en las posibilidades que tengas- puedes hacerte cargo de recoger a las y los hijos de la escuela, darles de comer, acompañarlos en sus tareas escolares, ordenar la casa. Es decir, quitar ese peso de encima de la mujer para que pueda poner su fuerza y atención en la movilización.
También si la familia piensa asistir a la movilización, puedes cuidar un poco más de las o los hijos para dar mayor movilidad a la mujer.
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Si está en tus manos, facilita la asistencia de las mujeres en tus espacios laborales o escolares
Puedes ayudar a tramitar permisos para que las mujeres de tu ambiente laboral puedan acudir a la marcha, darles el día libre si estás a cargo e incluso cubrir algunas actividades de tus compañeras para que puedan ir con mayor libertad a la marcha del 8M.
Lo mismo en ambiente escolares, si eres docente y está en tus manos facilitar que las estudiantes acudan a la marcha este día, hazlo.
“También lo que se puede hacer en sus espacios es que si alguien habla mal del movimiento, parar el comentario y desde su lugar hacer las recomendaciones pertinentes, compartir la información de movilizaciones con sus compañeras y compañeros de trabajo, de escuela, de casa”, nos dijo Vanesa Silva, vocera de la colectiva Coatlicue Siempre Viva.
Apoya económicamente a las mujeres para que puedan ir a la marcha si es necesario
Si hace falta y está en tus posibilidades, puedes apoyar con dinero a tu pareja, hermanas, hijas o amigas para que se puedan trasladar hacia la marcha, sobre todo si no tiene autosuficiencia económica.
También puedes llevarlas a algún punto cercano a la movilización si cuentas con un automóvil o ir por ellas a algún punto para asegurarles un regreso seguro.
El apoyo no termina en el 8M
Todas las personas tenemos comportamientos que siguen reproduciendo violencia de género que no tenemos visibilizados. Por ésto, la autocrítica es importante para ser un aliado real de los movimientos feministas, nos dijo Tania Naanous, fundadora de la colectiva Lentes Púrpura.
Hacerse a un lado para que lidere una mujer las prácticas de militancia feminista -o por la igualdad de género si no perteneces a nigún movimiento feminista- y renunciar a algunos de los privilegios que tienes como hombre es una manera eficiente de generar un espacio más equitativo, nos explicó la entrevistada.
Evitar reproducir prácticas machistas como interrumpir a las mujeres cuando están hablando, explicarles las cosas de manera condescendiente, tratar de liderar proyectos de y para mujeres y otras diversidades de género, son maneras de aportar activamente al movimiento.
El machismo y su violencia nos afecta a todas y todos. Si como ciudadanía podemos empezar hoy a cuestionar las conductas nocivas que permitimos en nuestros pares -y las nuestras- estaremos más cerca de construir una sociedad más equitativa, en la que la marcha del 8M deje de ser una denuncia y se convierta, por fin, en una celebración.
