Médicos internos y residentes, los olvidados del plan de vacunación contra la COVID-19

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Durante 40 minutos los compañeros de Jorge intentaron reanimar su corazón, que finalmente dejó de latir el 4 de enero, luego de 13 días luchando contra la COVID-19. Tenía 29 años y era médico interno en el Hospital General de Ecatepec “Dr. José María Rodríguez”

Jorge era apenas un estudiante, pero ya formó parte de una estadística cruel, la de los 2,580 personas trabajadoras de la salud en México que habían muerto hasta el 11 de enero pasado.

Aunque le había avisado a sus superiores en el hospital desde un inicio que sus síntomas podían significar COVID, no le hicieron caso, ni le hicieron pruebas y tampoco le dieron el debido seguimiento. El mismo día que falleció Jorge, sus compañeros en el hospital enviaron una carta a las autoridades para exigir ser considerados para la vacuna contra el coronavirus, y la hicieron pública en Facebook con los hashtags #VacunacionEquitativa #NoNosOlviden. 

Como Jorge y sus compañeros y compañeras, los médicos internos y residentes en la mayor parte del país están quedando fuera de las listas prioritarias de vacunación contra la COVID-19, pues no se consideran parte de la primera línea de batalla contra la pandemia. Sin embargo, ellos mismos nos cuentan que esto no es así.

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“Nos ha tocado que llegan niños infectados, nos tosían en la cara y nosotros no teníamos protección ni nada. Luego les hacíamos estudios y resultaba que tenían COVID”, nos relata Alejandro, médico interno del Hospital General de Zamora en Michoacán, asignado al área de Pediatría. “Varios de nosotros nos hemos infectado durante los seis meses que dura el internado. El no estar en áreas COVID no nos exime de que nos podamos contagiar”, menciona”.

Los médicos internos –quienes aún son estudiantes y realizan prácticas en hospitales, como parte la carrera de Medicina– han solicitado recibir la vacuna, ya que corren riesgo de ser contagiados de coronavirus, pues si bien no se encuentran trabajando directamente en áreas COVID, sí son quienes interactúan con los pacientes que llegan a los hospitales. 

Ser ignorados del plan de vacunación los ha llevado a manifestarse, como hicieron los médicos internos del Hospital General de Zamora de la Secretaría de Salud del Estado de Michoacán, el 18 de enero. “Nos parece injusto que a personas ajenas a la institución, que son recomendados, sí les pusieron la vacuna, pero a nosotros que somos quienes realmente conviven con los pacientes, nos la negaron”, nos comenta Alejandro. 

Gracias a sus denuncias, tres días después, se les aplicó la vacuna a los cerca de 150 médicos internos que trabajan en el lugar. Esta misma situación se presentó en otro hospital de Morelia. Sin embargo, los médicos internos que se manifestaron fueron amenazados con que se les aplicaría un castigo si continuaban con las protestas. 

Al igual que ellos, los médicos residentes (aquellos que están estudiando una especialidad) también se han manifestado a través de redes sociales para que se les tome en cuenta en la campaña de vacunación

“Los médicos en formación somos parte importante del equipo de salud y pedimos que se nos considere en tiempo y forma para la vacunación. Igual que cualquier otro profesional de salud”, se lee en la publicación de Facebook

El principal motivo por el cual no se les ha aplicado la vacuna a los médicos internos es porque se les considera estudiantes de medicina, por lo tanto no deben de estar en estos momentos en actividades en las que el riesgo de contagio sea alto, nos explicó el Dr. Jorge Baruch Díaz Ramírez, vocero de la Comisión de Expertos de la UNAM para la emergencia de COVID-19. 

También mencionó que “existe una Estrategia Nacional de Vacunación en México realizada mediante un Consejo Asesor de Vacunación y en él se determina que primero va al personal sanitario en la primera línea de atención a COVID y, en segundo lugar, el personal sanitario en áreas no COVID y después aquellas personas mayores de 80 y así sucesivamente y ya está aprobado”. 

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Dime dónde vives y te diré si te vacunan

La situación es desigual para los médicos internos en el país, mientras que en estados como Sinaloa, Michoacán y Estado de México se manifiestan para conseguir la vacuna, en algunos hospitales de Ciudad de México y Yucatán ya recibieron el antígeno, pero se les ha pedido discreción. 

“Nos pusieron la vacuna pero nos prohibieron subir imágenes respecto a eso, nos dijeron que a nosotros se nos dio la oportunidad de poder tener la vacuna y no todos contaban con la misma suerte”, nos cuenta Fátima, médica interna del Hospital General de la Ciudad de México, el cual depende del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Al inicio de la pandemia los médicos internos y residentes denunciaron que, debido a la falta de personal, trabajaban más de 24 horas seguidas y se les asignaban tareas fuera de su alcance o experiencia. Actualmente sus condiciones laborales han mejorado, pero depende del hospital.

Por ejemplo, Fátima asiste una vez a la semana a su centro de trabajo, mientras que Sharon, médica interna del Hospital de Gineco-Obstetricia 4, del IMSS, va cada tres días. 

¿Cómo se enfrentan a la COVID-19?

Uno de los primeros grupos que alzó la voz para denunciar la falta de equipo y protección del personal de salud fue el de los médicos internos, a quienes ni siquiera les proporcionaban goggles, careta, gel antibacterial o cubrebocas, aunque tuvieran que laborar en urgencias o cerca de pacientes positivos a COVID-19

En abril, las instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), entre otras, decidieron retirar a sus médicos internos de los hospitales por las pésimas condiciones laborales. A finales de ese mismo mes llegaron a un acuerdo con las autoridades sanitarias para que las y los estudiantes regresaran, pero sin correr riesgo de contagio en las áreas de mayor exposición al virus, por lo que regresaron el 1 de mayo. 

“Asistimos a los servicios de urgencias, pediatría, medicina interna, cirugía, medicina familiar y ginecología y obstetricia, pero por ningún motivo entramos a áreas asignadas a pacientes con COVID-19 (Urgencias COVID y hospitalización)”, nos comenta Ivonne, médica interna.

En los acuerdos también se establece que si un médico interno presenta síntomas relacionados a la COVID-19, deberán reportarlo al responsable de su Unidad de Salud, así como a la institución educativa a la que pertenece y seguir las indicaciones para su atención inmediata, pero esto no se respetó en el caso de Jorge Alejandro López Rivas, quien murió en el Hospital General de Ecatepec.

Al igual que Fátima, Ivonne, Alejandro y Sharon, todos las y los médicos que realizan su internado o residencia en hospitales y clínicas se arriesgan a contagiarse de COVID-19 o cualquier otra enfermedad, ya que reciben directamente a los pacientes. Sin embargo, muchos de ellos han tenido que pelear por ser vacunados contra el coronavirus.

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