Militarización aumentó homicidio y feminicidio con armas de fuego en México

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“Hoy encuentras mujeres que dicen: ‘es que no lo dejo porque él tiene un arma debajo de la cama. No lo dejo porque él anda trabajando para la mafia y tiene armas en la casa, armas grandes’… Entonces, por supuesto que ha incidido en el índice de violencia el acceso a las armas, porque es fácil apropiarse de una”.

Es el testimonio de Susana, quien apoya a mujeres que han vivido violencia y que forma parte de la investigación “Violencia de género con armas de fuego en México”, elaborada por las asociaciones civiles Intersecta Organización para la Igualdad, Data Cívica, EQUIS Justicia para las Mujeres y el Centro de Estudios Ecuménicos, para IM Swedish Development Partner.

De acuerdo con este análisis publicado el pasado 19 de octubre, a principios de la década del 2000 sólo tres de cada 10 mujeres eran asesinadas con el uso de armas de fuego. En una década, 2010, pasaron a representar el 54.3%. Y para 2019, casi seis de cada 10 mujeres fueron asesinadas de esa forma

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Además de 2007 a 2019 aumentaron 357% los asesinatos de mujeres de este tipo y 318% en el caso de los hombres.

La militarización, mayor disponibilidad y uso de armas de fuego

En entrevista para Cuestione, Nancy Carmona, coordinadora de políticas públicas de EQUIS, sostuvo que el estudio refleja que la militarización, implementada por Felipe Calderón Hinojosa, y que se mantuvo con Enrique Peña Nieto y con el actual gobierno (aunque se llame de otra forma) ha significado un aumento de la violencia, homicidio y feminicidio en el país con uso de armas de fuego.

Con lo anterior coincide la ONU Mujeres al señalar que en México los asesinatos con arma de fuego están asociados con la disponibilidad de las armas y con su uso en los momentos más brutales de la violencia relacionada con el crimen organizado

Más riesgo que seguridad

Para Daira Arana Aguilar, directora de Global Thought Mx, ​las armas no son un factor de seguridad, sino un factor de riesgo. Un factor que aumenta las probabilidades de una mujer o una persona LGBTIQ+ de ser violada, desaparecida, asesinada, de ser obligada a realizar trabajo sexual forzado, permanecer en relaciones violentas, cometer delitos graves u olvidar su dignidad, afirmó durante la presentación virtual del estudio.

Según el documento, de las 10 mujeres que en promedio son asesinadas cada día en México, seis mueren a causa de un arma de fuego.

El espacio donde suceden estos asesinatos también cambió. En comparación con 2008, la incidencia de homicidios de mujeres a mano armada en la vía pública creció 4.5 veces en diez años, entre 2008 y 2018

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La violencia armada contra las mujeres también aumentó en casa, pues la tasa de incidencia se triplicó de 2007 a 2018, según este estudio.

ONU Mujeres también destacó que a partir de 2015 se registró un aumento de asesinatos de mujeres con arma de fuego, hasta que en 2019 llegó al crecimiento máximo de 57.1%, mientras que la cifra correspondiente a los hombres fue de 73.2%. 

Según la base de datos de la organización Letra S de 2017 a 2019, el 56.6% de las personas trans fueron asesinadas con armas de fuego, mientras que sólo el 23.4% de las personas homosexuales fueron asesinadas de la misma forma.​​

En 2015, 24,469 mujeres reportaron haber sido lastimadas con un arma de fuego, y más de un millón dijeron haber sido agredidas con un arma blanca o de fuego en su comunidad, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) de 2016.

La misma encuesta muestra que 102,424 mujeres reportaron agresiones con armas blancas o de fuego dentro de su familia, violencia ejercida por padres, hermanos, hermanas, familia extendida y política. 

¿De dónde vienen las armas?

De acuerdo con los testimonios recabados en la investigación, se detectó una circulación y fácil acceso a las armas de fuego sobre todo desde un mercado negro, por el desvío de armas legales para las instituciones de seguridad pública.

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Omisiones y fallas en la impartición de justicia

Según ONU Mujeres estas muertes “no debieron ocurrir, porque la mayoría podía haberse evitado: cuando, frente a actos de violencia previa a su muerte, las mujeres pidieron ayuda y no hubo una respuesta; lejos de ser escuchadas fueron revictimizadas”.

Como ocurrió con Erika, quien la mañana del viernes 12 de marzo de este año fue asesinada por su ex pareja Raymundo, quien la citó en un lugar público para entregarle dinero para sus hijos. De acuerdo con La Jornada, los primeros reportes policiales indicaron que cuatro meses atrás la pareja se separó y que Erika presentó una denuncia en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por el delito de violencia familiar.

Las autoridades deben detectar y dar seguimiento a “estos factores de riesgo cuando ya se ha alertado sobre algún tipo de violencia contra las mujeres”, indicó Daira Arana.

Además de verificar si los agresores se encuentran en el registro de portadores de armas de fuego.

Pero esta violencia no sólo afecta a las víctimas directas, sino también a otras mujeres, quienes ven interrumpidas sus vidas. Al final son las abuelas, principalmente, las que asumen los cuidados de las niñas y los niños huérfanos, y no hay políticas públicas que las atiendan, nos explicó la especialista Nancy Carmona.

Mientras tanto, en México existen alrededor de 50 mil huérfanas y huérfanos como consecuencia de una violencia que aumentó con la estrategia de militarización, que la actual administración todavía mantiene. 

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