Millennials y centennials: su futuro en juego por el confinamiento

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Desempleo, aislamiento social y cambios en los modelos educativos provocados por el confinamiento de la COVID-19, repercutirán en las generaciones millennials (personas nacidas entre los años 1984 y 2000) y centennials (nacidas entre 2001 a 2010)

¿Generaciones perdidas? 

“Las consecuencias económicas negativas afectarán a las generaciones más jóvenes en los años venideros”, advirtió el Instituto de Investigación Swiss Re Institute en el texto New Emerging Risk Insights.

En el documento se expone que la caída de ingresos y desempleo en personas que nacieron entre 1984 y el año 2000 “han experimentado un desarrollo profesional precario, pasando de un trabajo temporal a otro”.

Se prevé que durante el post-confinamiento, los millennials corren “el riesgo de convertirse en una ‘generación perdida’, continúa, con tasas aún altas de desempleo juvenil en muchos mercados”.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destacó que durante el aislamiento social, el 12% de los jóvenes mexicanos perdieron su empleo.

Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía  dio a conocer que 1.5 millones de mexicanos se sumaron al mercado laboral en julio. Pese a la recuperación, 44.1% de personas entre los 25 y los 44 años y 34.7% de personas entre 15 y 24 años aún no tienen trabajo

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Aumenta la brecha de desigualdad

La Generación Z o centennials también se verán afectados. Para aquellos que nacieron entre el 2001 y 2016 se presentará la brecha de desigualdad en un futuro inmediato. 

“Nos enfrentamos a una catástrofe generacional (millennials y centennials) que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas”, expuso António Guterres, secretario general de la ONU en agosto. 

El Dr. Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de La Salle, nos explicó que en la parte educativa “la desigualdad se reflejará en el aprendizaje y en el desarrollo de capacidades y habilidades”.

¿Cómo podemos recuperarnos?

José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN- UNAM) considera que ante la alerta del Banco de México (Banxico) por el desplome del Producto Interno Bruto (PIB) en un -12.8% durante 2020, “el crecimiento de la riqueza nacional como tal se va a postergar dos o tres años”.

En el post-confinamiento se requiere de acciones, pero dependen de “la confianza que brinde el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque a la par de la inversión pública también se necesita inversión privada; una y otra se complementan, no se sustituyen”, nos explicó Martínez Cortés.

El experto dijo que el “T-MEC va a dinamizar la economía, pero se va a reflejar en el bienestar de la población en entidades manufactureras y automotrices… pero al pobre de Oaxaca y Guerrero, paradójicamente, profundizará más su extrema pobreza”. 

Esa desigualdad económica y social, consideró, repercutirá en lo educativo, en quienes están en nivel secundaria y que en breve competirán por un lugar a nivel bachillerato.

Martínez Cortés también nos explicó que antes de la pandemia, “ya había desigualdad… pero esta se profundizará”. No todos los estudiantes cuentan con internet, televisión o celular. Y la economía actual en estas familias de clase media baja se centra en cubrir las necesidades de alimentación, antes que en tecnología.   

“Esto, paradójicamente, lo vamos a ver cuando estos estudiantes aspiren a un lugar en el bachillerato… Y, si no logran entrar a la universidad, entonces, cuál va a ser su perspectiva de vida, es a lo que me refiero sobre esta generación de la desigualdad”, señaló el profesor del CRI-FCPyS.

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Apoyos para los más vulnerables

Gaytán Alcalá, investigador de La Salle, explicó que habrá “un impacto en todos los ámbitos sociales… Esta es una crisis económica global y con sus variantes nacionales”.

El panorama podría ocasionar la pérdida de un bono demográfico. Es decir, ante el desempleo, trabajos eventuales o mal pagados, millennials y centennials corren el riesgo de no poder ahorrar e invertir.

“Tendremos un horizonte disminuido de expectativas y anímicamente va a generar niveles de estrés y depresión en la sociedad”, detalló el especialista.

Además, dijo que urge una redistribución social, es decir una reasignación, en término de los impuestos y en los apoyos que se dan, no solo a los sectores vulnerables sino a todos los sectores.

“Es una reasignación y no dar estímulos o subsidios generalizados, porque eso es dinero perdido, tendría que ser estratégico en términos de reactivación económica. En términos sociales, es ser solidarios, es empezar y consumir la economía local para una reactivación”.

Aparte de las Becas de Bienestar, ¿qué otras medidas tomará el gobierno para apoyar a estas generaciones?

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