Morena sí abrió las puertas a su militancia, pero se aferra a prácticas del PRI y el PAN del pasado

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La militancia morenista sin duda da un respaldo al movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador que se demostró en el arrastre que tuvo en las elecciones presidenciales de 2018, pero eso no significa que en el 2022 la participación y voz de quienes creen en el partido siga teniendo la fuerza que se presumía en ese entonces.

A decir del politólogo y rector del Instituto de Ciencia Política y Opinión Pública, Roberto Estrada, la iniciativa inicial de Morena sí abrió puertas para que la militancia morenista se involucrara y tuviera mayores oportunidades de participación política en los procesos del país, pero parece que el partido del presidente está retrocediendo hacia las prácticas tradicionales de los partidos dominantes: PRI o PAN de hace algunos años.

Esto significa que a pesar de que el discurso del partido involucra a todos los sectores de la población, cada vez se reduce más la toma de decisiones, quedando en manos de la cúpula política, lo que tampoco es nuevo para México.

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Mecanismos para la selección de candidatos -como las tómbolas que se realizaron en estados como Quintana Roo– abrieron puertas a la participación de ciudadanas o ciudadanos que si bien no estaban necesariamente preparados para los puestos -por ejemplo, de diputación- sí invitaban a ver la política como un quehacer de todos, no solo de quienes ya están en el poder, explicó Estrada.

Sin embargo, parece ser que esto está cambiando, que las decisiones dentro de Morena se toman desde los grupos de poder que sostienen a la figura de Andrés Manuel López Obrador y que cada vez se hace más difícil separarlo de su función como líder moral del partido, ya que es él quien marca la línea de lo que se tiene que hacer, nos dijo Roberto Estrada.

Además, el politólogo consideró que la diferencia con López Obrador y los ex presidentes de los últimos tres sexenios que le preceden es “la ola” que lo mantiene con un nivel de aprobación muy alto a nivel nacional y que esto le puede dar mayor grado de libertad.

“Hasta cierto punto ellos -la militancia- esperan que sea el presidente quien marque la línea y hay muchos de estos actores estratégicos, de esta oligarquía del partido, que no van a dar ‘paso sin huarache’ para no pisarle los callos al líder moral de su partido”, explicó Estrada.

Para Jorge Márquez, politólogo y catedrático de la UNAM, lejos de que la militancia morenista pueda tener voz en el partido, sirven como una herramienta del presidente para hacerle ver a la oposición la gran maquinaria electoral que tiene el partido en el poder para hacer frente a los comicios del 2024 en las que se disputará principalmente la presidencia del país.

“En México la gente no es dogmática, es pragmática. Ahorita es Morena y les da dinero cada dos meses -a ciertos beneficiarios de programas públicos- y los chantajea con los ‘Siervos de la Nación’, pero es un cascarón. Me da la impresión de que es como alguna vez fue el PRI como partido, una extensión del Ejecutivo para hacer lo que al Ejecutivo le da la gana”, acusó Márquez.

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“El partido se vuelve partido cuando deja de ser una extensión del ejecutivo. Y eso no hemos visto con Morena, no sabemos porque toda su vida está relacionada con el Ejecutivo y previamente con la poderosísima figura de López Obrador, que implicaba un montón de poder económico, político y público”, señaló el experto.

No hemos visto un Morena después de AMLO

Lo cierto es que Morena es un partido de reciente creación que lejos de lo que han sido otras instituciones políticas que han servido más como pivotes de otros partidos –como Fuerza Por México, Redes Sociales Progresistas, Partido Redes Solidarias, entre otros que nunca llegaron a influir realmente en la política nacional- sí logró colocarse no solo en el panorama, sino en el poder.

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Pero aún no podemos deducir qué es lo que va a suceder con Morena, tendríamos que verlo sin Andrés Manuel para saber la fuerza real del partido, nos dijo el politólogo Jorge Márquez.

“Lo más probable es que Morena, después de López Obrador, se convierta en sus tribus y va a ser inestable. Yo no creo que siga siendo esa fuerza que tiene ahora porque depende muchísimo del presidente. Ahora, si queda en el Ejecutivo de nuevo Morena, tendríamos que esperar otro sexenio para ver qué es lo que podría suceder, porque el nuevo Ejecutivo va a ser igual”, concluyó el entrevistado.

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