El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) enfrenta una crisis interna desde que Andrés Manuel López Obrador dejó su dirigencia para buscar la presidencia de la República, en 2018. Sin embargo, desde el año pasado, esta crisis comenzó a agudizarse.
“Es preocupante ver cómo Morena en sus primeros años (se fundó en 2014) ya está en un nivel de rompimiento como lo tuvo el PRD, sólo que a éste le tomó 20 años”, comenta el politólogo Pablo González Ulloa, académico de la UNAM.
Pero ¿cómo es que el partido político con más presupuesto y más posiciones de poder llegó a este punto? A continuación te explicamos cuáles han sido los conflictos que lo han fragmentado:
Para saber más: Ellas y ellos aspiran a la presidencia de Morena
Luchas por la dirigencia
Al dejar López Obrador la dirigencia de su partido, en su lugar –como marcan los estatutos del mismo– quedó la secretaria general, que era Yeidckol Polevnsky, quien debía llamar a elecciones en menos de un año; cosa que no hizo.
Polevnsky alegó que no se contaba con un padrón de militantes confiable y pidió una prórroga, la cual provocó molestias al interior del partido. Fue hasta el 26 de enero de 2020 –dos años después de haber asumido de manera interina la dirigencia– que el Congreso Nacional Extraordinario de Morena la destituyó y nombró a un nuevo presidente interino: Alfonso Ramírez Cuéllar.
Pero el cambio de dirigente tampoco trajo paz ni logró un acuerdo sobre cómo realizar las elecciones internas. El problema llegó a tal punto que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) intervino y estableció que la renovación de la dirigencia sería elegida a través de una encuesta ciudadana, método que ya había sido sugerido por Andrés Manuel López Obrador el 30 de agosto de 2020.
A la convocatoria respondieron 105 aspirantes (51 para la presidencia y 54 para la secretaría general). Entre ellos estaban los diputados Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo, así como Yeidckol Polevnsky.
“Los candidatos a los que más conoce la gente son Muñoz Ledo y, en segundo lugar, Mario Delgado para la presidencia, gracias a los puestos que actualmente ocupan”, nos comenta Marina Reyes Roldán, consultora de Integralia.
La importancia de esta elección radica en que en las elecciones de 2021 será la más grande de la historia: se elegirán a 500 diputados federales que serán parte de la LXV Legislatura de 2021 a 2024, además, 15 entidades renovarán sus gubernaturas, junto con congresos locales. Y quienes dirijan al partido podrán incidir en la selección de los candidatos y candidatas a estos puestos y, con esto, favorecer a sus propios grupos.
La elección interna de Morena definirá su futuro durante los próximos años y es una de las causas de la división del partido, “la decisión de sucesión del partido es con vistas a las elecciones de 2024, los distintos grupos se están acomodando alrededor de ciertas figuras políticas, y nosotros vemos que las alusiones no son simplemente hacia el candidato que está postulando, sino también al líder de esa corriente”, expone González Ulloa.
Reyes Roldán también comenta que se ha mencionado que Muñoz Lerdo tiene el apoyo de la jefa de Gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum, mientras que Mario Delgado cuenta con el del canciller Marcelo Ebrard. Así, la elección de la dirigencia actual podría ir definiendo al candidato a la presidencia en 2024.
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Los dimes y diretes
Ramírez Cuellar, como presidente interino de Morena, responsabilizó a Yeidckol por haber pagado 395 millones de pesos por servicios inexistentes, a dos empresas inmobiliarias del grupo EBOR, de Enrique Borbolla García, amigo de Polevnsky.
Por otro lado, Polevnsky acusó a sus contrincantes Ramírez Cuéllar, Mario Delgado, Muñoz Ledo, Ricardo Monreal y Citlalli Hernández de “pisotear los documentos básicos de Morena”, al apoyar la encuesta abierta que organizaría el Instituto Nacional Electoral (INE).
También cuestionó a Delgado por haber gastado mucho dinero en publicidad y no haberlo transparentado.
Muñoz Ledo, por su parte, denunció al TEPJF de recibir sobornos millonarios para votar en contra de la propuesta de extender el mandato de Ramírez Cuéllar, ante la pandemia por la COVID-19. También recrimino a Mario Delgado su falta de apoyo al actual presidente de Morena.
Sin embargo, el TEPJF negó las acusaciones en su contra.
Mario Delgado denunció que el proceso de renovación del partido se ha visto obstaculizado por la actual dirigencia, “muy importante nuestro actuar, en #Morena no se lucha por cargos sino por la transformación del país”, dijo.
Disputa del Senado
En 2019, los senadores Martí Batres y Ricardo Monreal tuvieron conflictos por la elección de la Mesa Directiva del Senado, otro frente de batalla abierto dentro de los grupos del partido.
El problema comenzó después de que Batres impugnó los resultados que favorecían a Mónica Fernández Balboa, lo cual sucedió porque Monreal habría permitido que legisladores del Partido Encuentro Social (PES) votaran. La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (CNHJ) declaró inválida la elección.
Bartres denunció que mientras que Monreal se encontrara al frente del grupo parlamentario de Morena, los procesos no podían ser imparciales. En respuesta, Monreal dijo que “la resolución emitida es desmedida, arbitraria y viola mi derecho de audiencia, por algún propósito que no voy a investigar. No vamos a abonar a la división”.
La disputa aún continúa. El 13 de junio de este año, Batres dijo que él y otros tres compañeros fueron perseguidos por un senador para sacarlos de la Mesa Directiva del Senado.
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Falta de institucionalidad, su mayor problema
“A Morena le falta institucionalizarse, es decir, que el partido no gire solamente alrededor de un dirigente político, que las reglas sean claras, que haya un diálogo constante entre los grupos, evitar lo más posible la polarización en el partido y profesionalizar a sus integrantes”, comentó el politólogo Pablo González Ulloa, académico de la UNAM.
Morena debe aprender a definirse sin López Obrador, y comenzar a desprenderse de sus inicios como movimiento para convertirse en un partido político, de acuerdo con expertos.
“Hay posturas encontradas y hay una lucha interna por el poder que no es para menos, es un partido que ganó elecciones presidenciales en muy poco tiempo, con una posición muy jerárquica gracias a que es el partido del actual presidente de la República”, dijo Carlos Brown a Cuestione.
En la medida en la que Morena llegue con más divisiones al interior del partido va a afectar sus desempeño en las próximas elecciones de 2021, porque ahí también va a marcar la separación, explicó González Ulloa.
Este 9 de octubre se dieron a conocer los resultados de la elección interna de Morena, Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo empataron en la encuesta abierta, por este motivo se realizará una segunda encuesta para ocupar el cargo, de acuerdo con el INE.
Las diferencias al interior de Morena, podrían pasar la factura en las elecciones del próximo año, ¿podrán resolverlas?
