Museos en México: en coma y sin médico que los rescate

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Mientras que los centros comerciales ya abrieron sus puertas y hay largas filas para entrar, los 1,117 museos del país están en agonía. En un coma inducido y sin un médico que los rescate, nos dice Cuauhtémoc Medina, curador y crítico de arte del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

Desde que comenzó la pandemia por el coronavirus, los museos han enfrentado recortes presupuestales, de personal y el cierre de sus espacios y por lo tanto, se ha ido acabando la fuente que sostenía sus ingresos. Además, no cuentan con un plan económico por parte del gobierno que los salve, nos dicen Paula Duarte, gestora cultural y coordinadora del Instituto de Liderazgo en Museos (ILM) y el curador Cuauhtémoc Medina.

Durante la crisis sanitaria en Ciudad de México, por ejemplo, la reapertura de museos duró apenas dos meses (de noviembre a diciembre), y con el regreso a semáforo rojo, las actividades fueron restringidas otra vez y no se han vuelto a considerar para su reactivación.

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“El gobierno mexicano ha sido negligente, si no es que abiertamente enemigo de la tarea de sostener las estructuras culturales, tanto institucionales como las actividades. El hecho de que no se considere en absoluto cómo hacer posible que se reactive la cultura en el futuro. Es lamentable”, nos dice el curador Cuauhtémoc Medina.

Pero los museos mexicanos no son los únicos afectados. Se calcula que en todo el mundo, una décima parte de los espacios culturales van a cerrar por la crisis económica y sanitaria, de acuerdo con el informe Museos, profesionales de los Museos y COVID-19, elaborado por el Consejo Internacional de los Museos. 

Y en México ya hubo las primeras bajas como el Foto Museo Cuatro Caminos, del fotógrafo Pedro Meyer, quien denunció que tuvieron que cerrar porque el crimen organizado les pedía cobro de piso y la pandemia terminó por afectar definitivamente la operación del recinto. 

Otro que cerró fue el Museo Histórico y Casa de Cultura Valle en Nuevo León, y a estos podrían sumarse son el Papalote Museo del Niño, en Ciudad de México, el Museo Fernando García Ponce, el Museo de la Canción Yucateca y el Museo de Arte Popular, estos tres últimos en Yucatán. Todos están en la cuerda floja por falta de recursos.

El Papalote Museo del Niño, por ejemplo, lanzó en su página web un llamado de auxilio, con la esperanza de recaudar 50 millones de pesos a través de donativos, para poder continuar con sus actividades, y anunciaron que están en peligro de extinción.

“No hay un plan de rescate ni una medida de apoyo gubernamental en el sector, cosa que sí ha sucedido en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, que han tenido programas particulares para apoyar a los espacios culturales y museísticos”, nos dice Paula Duarte.

Los museos privados, por ejemplo, están sobreviviendo con apenas el 35% de sus recursos, pues el resto era financiado con los recursos que obtenían a través de la taquilla y en el caso de los museos públicos, con el 50% de su presupuesto, de acuerdo con Paula Duarte.

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Trabajadores y trabajadoras los más afectados

La disminución del 75% del presupuesto a los Capítulos 2000 y 3000 a algunas dependencias públicas (como parte del plan de austeridad anunciado por el gobierno), se ha reflejado en un recorte prácticamente total de la operación de los museos federales, de acuerdo con Medina.

También puso en riesgo la contratación de las personas trabajadoras de instituciones culturales, quienes en su mayoría están contratadas a través del Capítulo 3000, es decir, como personal de honorarios.

Esto quiere decir que están contratados de forma ilegal, pues no cobran un salario sino un pago, como cualquier proveedor que vende o entrega un producto o servicio mediante un contrato, de acuerdo con Medina. No gozan de ninguna prestación laboral.

Por eso es que en diciembre de 2020, cientos de trabajadores y trabajadoras del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), contratados en el Capítulo 3000, iniciaron un paro laboral, pues acusaban que no habían recibido sus pagos a desde octubre del año pasado y estaba en riesgo su contratación para este 2021.

“Esto pone en riesgo la recuperación de sus empleos y la pérdida de profesionales especializados en cada una de las labores museísticas, que son bastante particulares y difícilmente pueden ser suplidas por otro tipo de profesionales en caso de que no se re contraten”, nos dice Paula Duarte.

Además, se verá reflejado en deterioros operativos en los museos públicos, en relación a su mantenimiento, a la continuidad de su trabajo hacia el futuro y a la condición de las condiciones laborales de su personal, de acuerdo con Medina.

La cultura, al igual que la educación, es un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, este sector ha sido abandonado en los planes económicos del gobierno federal, el cual hasta ahora ha quedado fuera de la agenda. 


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