“Este gobierno no afecta a la población civil. Las fuerzas de seguridad no se usarán contra el pueblo, ni caeremos en el imperdonable error de culpar a las víctimas de su propia muerte. La política de abrazos, no balazos, es sinónimo del uso de la inteligencia. Abrazos, no balazos, nos ha permitido que no haya más decesos de personas inocentes”.
Durante su comparecencia ante diputadas y diputados, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, Rosa Icela Rodríguez, dijo que la estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos” ha permitido que no haya más muertes de personas inocentes.
La declaración de la secretaria es problemática por varias razones: en primer lugar, porque implica que las personas que han muerto en enfrentamientos violentos eran culpables o que lo merecían, ya que no se trataba de gente inocente.
En realidad, lo que hizo Rosa Icela Rodríguez fue revictimizar a las personas que fueron asesinadas. Y esa revictimización se hizo aún más evidente porque segundos antes dice que no caerán en el “imperdonable error de culpar a las víctimas de su propia muerte”. Y dos frases después presume que no han permitido la muerte de personas inocentes.
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En segundo lugar, esa declaración es contraria al artículo 5o. de la Ley General de Víctimas que advierte que las autoridades no deben tratar a las víctimas como sospechosas y que no podrán “especular públicamente sobre la pertenencia de las víctimas al crimen organizado o su vinculación con alguna actividad delictiva”.
En tercer lugar, es imposible saber si las más de 85,000 personas que han sido asesinadas durante los primeros tres años de este gobierno estaban involucradas en actividades ilegales.
Según la organización de la sociedad civil Impunidad Cero, la cual se dedica a investigar y analizar la impunidad para combatirla, en 9 de cada 10 homicidios dolosos que se cometieron durante 2019 no hubo una sentencia condenatoria.
Si solo sabemos lo que pasó en uno de cada 10 asesinatos que se cometen en el país, es imposible afirmar que quienes estaban involucrados en esos homicidios eran culpables o inocentes.
Las declaraciones de la secretaria de Seguridad recuerdan lo que dijo Felipe Calderón en 2010, tras la masacre de Salvárcar donde un comando armado mató a 15 personas que estaban en una fiesta. El presidente dijo entonces que “si los mataron fue porque andaban en algo” y tuvo que pedir disculpas cuando la madre de dos jóvenes asesinados le reclamó sus palabras en un evento público en Ciudad Juárez.
Más allá de la gravedad de lo que dijo la secretaria Rodríguez, el problema que persiste en este sexenio es que la estrategia de prevención no ha sido suficiente para disminuir el número de homicidios con la velocidad que lo requieren las cifras alarmantes que tiene el país.
De acuerdo con los últimos datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública desde que empezó el sexenio en diciembre de 2018 y hasta octubre de 2021, 84,639 personas fueron víctimas de homicidio doloso. Mientras que en 2019 fueron 29,482, en 2020 asesinaron a 28,834 personas y hasta octubre de 2021 iban 23,845, por lo que este año acabará con cifras muy similares a los anteriores.
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Por todo lo anterior, lo que dijo Rosa Icela Rodríguez es “increíble”.
