La pandemia de la COVID-19 y las medidas para combatir sus consecuencias económicas, hicieron que para muchos gobernadores de los estados en México, el Pacto Fiscal fuera obsoleto, nos dijeron especialistas fiscales.
Sin embargo, antes ya de la emergencia sanitaria, el Pacto Fiscal necesitaba una revisión y una modernización, explican Roberto Colín, integrante de la Comisión de Desarrollo 2 del Colegio de Contadores Públicos de México y Edilberto Castro, consultor y especialista en impuestos.
“Las condiciones de los estados, siempre en espera de los recursos federales, en algunos casos se ve hasta vergonzoso, porque deben de tender la mano esperando lo que le van a dar”, nos dijo Edilberto Castro.
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En abril de 2020, al inicio del confinamiento provocado por la COVID-19 en nuestro país, los gobernadores de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas acordaron que los secretarios de Finanzas de estos tres estados analizarían la posibilidad de que sus entidades tengan mayores atribuciones o que se modifique la fórmula del reparto en la Ley de Coordinación Fiscal.
En Coahuila, por ejemplo, los gobernantes informaron que se invirtieron 350 millones de pesos que no se tenían contemplados en gasto directo para la compra de insumos durante la contingencia de la COVID-19. En Tamaulipas, el gasto extra fue de 400 millones de pesos, con el fin de apoyar a las pequeñas empresas y al comercio informal ante el confinamiento.
De acuerdo con el periódico El Economista, en Nuevo León se invirtieron casi mil millones de pesos para hospitales, despensas y otros 2,000 millones en garantías para las pequeñas y medianas empresas.
¿Qué es el Pacto Fiscal?
Guillermo M. Cejudo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), lo explica como el arreglo con el que los estados y la federación -el gobierno central del país-, deciden repartir las facultades tributarias para recaudar impuestos y asignar el gasto.
El Pacto Fiscal está incluido en la Ley de Coordinación Fiscal , que según el abogado Luis Enrique Pereda Trejo tiene como objetivo coordinar el sistema fiscal de la Federación con las entidades federativas -los estados-, así como con los municipios, con el fin de establecer la participación que corresponda a sus haciendas públicas.
De acuerdo con Roberto Colín, el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal es el que pone las reglas para que los estados tengan participaciones de los impuestos federales que se recaudan a nivel nacional y de ahí viene que precisamente la federación se quede con un mayor monto de estos impuestos y reparta a los estados y municipios todo lo demás.
“Existen varias partidas de este fondo repartible a los estados. Estas se asignan dependiendo de distintos supuestos, por ejemplo, del desarrollo de los estados. Así, los que tengan mayor población tendrán algo de esta partida. Los gobernadores argumentan que lo que reparte la federación es insuficiente”, nos explicó el especialista en impuestos.
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¿Y cuál es el problema?
Para Edilberto Castro, todos los estados deberían de ser autosuficientes “y hay muchos que son tremendamente subsidiados. Es también necesario que se cambie el modelo de este pacto fiscal que tiene la federación. Cada año están en incertidumbre de si se les va a dar o no, o cuánto, entonces, sí es necesario”.
Una de las propuestas, de acuerdo con Castro, es que los estados tengan asegurado un mínimo de presupuesto. Es decir, que no sea una tendencia que cada año disminuya lo que reciben de la federación.
Después del confinamiento, el nivel de gastos que tuvieron que efectuar los estados aumentó, es por ello que Roberto Colín explicó que el propósito del Pacto Fiscal es cuando más se debe de cumplir, que es darles a los gobiernos locales más cantidad de recursos para atender las emergencias y necesidades de la población que vive en otros estados.
Y si lo revisan, ¿qué sería bueno agregarle?
“Por ahí se mencionan varios esquemas de este Pacto Fiscal. Recuerdo que uno de ellos era precisamente permitir que parte del Impuesto Sobre la Renta (ISR) que se cobrara a nivel federal, se quedara en los estados. En algunos casos, se mencionaba que los impuestos que se obtenían de las personas físicas y las retenciones a salarios se quedaran a nivel estatal”, nos explicó Colín.
Al respecto, Edilberto Castro señala que los estados también deben de buscar alternativas para ser menos dependientes de la federación, como implementar impuestos que no han sido utilizados en el país, como los “impuestos verdes”, que serían para las empresas que utilizan aún abundantes recursos en papel y otros materiales que contaminan el ambiente.
En el caso en particular de la Ciudad de México, los municipios no son los encargados de realizar la recaudación de impuestos, sino que el propio gobierno capitalino lo hace, esto le permite tener una de las fuentes de ingresos propios más grande del país, de acuerdo con Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas.
Ethos detalla que en 2019, a pesar de que la recaudación no fue la más alta en términos del PIB de la entidad, sí fue una de las más altas en comparación con otros estados de la república, ya que fue de 0.4% en términos absolutos, cinco veces mayor a la del estado de Nuevo León y tres veces mayor a la del Estado de México.
¿Lograrán reformar el Pacto Fiscal antes de que se rompa?
