La pandemia por la COVID-19 golpeó a la democracia en México y en todo el mundo

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En 2020 México dio pasos hacia atrás en términos de democracia, pero lo hizo igual que la mayoría de los países del mundo debido a la contingencia por la COVID-19, de acuerdo con la revista The Economist.

De acuerdo con la publicación británica, los tres países latinoamericanos que viven democracias plenas después de 2020 son Uruguay, Chile y Costa Rica, mientras que los menos democráticos con Nicaragua, Cuba y Venezuela.

¿Pero en qué se basa The Economist para sostener estas afirmaciones? ¿De qué manera la pandemia afectó a las democracias del mundo? ¿Cómo vamos en términos democráticos en Latinoamérica?

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La pandemia afectó la democracia

En 2020, el puntaje promedio de todo el mundo alcanzó un mínimo histórico, bajó de 5.44 en 2019 a 5.37. Es decir que los indicadores de democracia sufrieron una baja durante el primer año de la pandemia de COVID-19.

La revista británica considera que esta enfermedad puso a prueba a la democracia en todo el mundo porque las y los ciudadanos experimentaron el mayor retroceso de las libertades individuales de la historia –en tiempos de paz-, pero además hubo regímenes que aprovecharon el contexto para retroceder en términos democráticos.

Pero no solo se suspendieron libertades civiles, hubo ataques a la libertad de expresión y serios retrocesos en la rendición de cuentas. 

“Que la gente aceptara a regañadientes el distanciamiento social y los encierros como la mejor forma de combatir el coronavirus y salvar vidas, no significa que los gobiernos no deban ser criticados por su fallas democráticas”, dice The Economist.

Se señala en el informe que la pandemia resaltó la naturaleza de las democracias en el siglo XXI y, en particular, sobre la relación entre los gobiernos y los pueblos. 

Es cierto que los gobiernos debieron tomar decisiones basadas en ciencia y la ciudadanía debió actuar en consecuencia, sin embargo, el reporte de The Economist deja la reflexión de qué tanto las decisiones fueron tomadas solo de arriba hacia abajo, y qué tanto importa la participación de la población en las decisiones de cada país.

“La forma en que muchos gobernantes eligieron responder a la pandemia y gestionar la emergencia de salud pública dice mucho acerca de dónde reside y cómo se ejerce el poder en las democracias de hoy”, indica el informe.

Y concluye: “La cuestión de cómo se ejerce el poder en una democracia es crucial para nuestro tiempo. Lo cual ya ha sido evidenciado por el auge populista de los últimos cinco años. La pandemia simplemente la ha puesto de relieve”.

Por lo tanto, algunas medidas que se tomaron por la contingencia se deben revertir para no vivir retrocesos democráticos.

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¿Pero cómo demonios se mide la democracia?

La unidad de inteligencia de The Economist elabora cada año, desde 2006, el Índice de Democracia, una escala del 0 al 10 que se basa en 60 indicadores de cada país, los cuales se dividen en cinco grupos de análisis.

Estas cinco categorías son: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento de gobierno, participación política y cultura política. Cada una tiene una calificación del 0 al 10, y su promedio es el Índice de Democracia del país en cuestión.

Una vez que se promedian los puntos de las cinco categorías, la calificación que saca cada nación sirve para ubicarlo en el espectro democrático del mundo.

O sea que los países que sacan más de 8 son consideradas democracias plenas, los que sacan entre 6 y 8, democracias defectuosas, los que sacan entre 4 y 6, regímenes híbridos y si un país saca menos de 4 es valorado un régimen autoritario.

Para The Economist una democracia plena es un país en el que existen libertades políticas básicas y civiles, respaldadas por una cultura política que busca el florecimiento de la democracia. El gobierno funciona, los medios de comunicación son independientes y diversos, cuentan con un sistema eficaz de contrapesos y el poder judicial es autónomo. 

Los países con una mejor calificación de este ranking se pueden considerar entonces como las democracias en mayor plenitud, países europeos como Noruega, Islandia y Suecia, pero también algunos asiáticos como Japón y latinoamericanos como Uruguay.

Por su parte, en una democracia defectuosa hay elecciones libres y justas y se respetan las libertades civiles básicas, pero existen fallas en la manera en que interviene el Estado, una cultura política subdesarrollada y bajos niveles de participación política.

En esta franja del espectro democrático se encuentra México, específicamente en el puesto 72 del ranking, entre Albania y Tailandia, pero también se ubican otros países que tienen algunos de los sistemas democráticos más antiguos del mundo y que se pensaría que son democracias ejemplares, como Estados Unidos y Francia.

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Regímenes híbridos y autoritarios

Los regímenes híbridos son países que tienen elecciones regulares, donde los gobiernos presionan a los partidos y candidatos de oposición, la corrupción es generalizada y casi no hay Estado de Derecho. Además, la sociedad civil es débil, la prensa sufre hostigamiento y el Poder Judicial no es independiente.

Según The Economist, en esta situación se ubican países asiáticos y africanos con problemas económicos, algunas potencias militares como Turquía, ex países soviéticos como Ucrania, y países latinoamericanos como El Salvador, Bolivia y Haití.

Por último están los regímenes autoritarios, países sin pluralismo político, con partidos únicos que tienden hacia la dictadura. Tienen algunos instrumentos democráticos pero sin sustancia. Hay elecciones pero no son libres ni justas. Los medios de comunicación son propiedad del estado o controlados por grupos afines al régimen. No hay libertad de expresión, se reprime a la crítica y no existe un Poder Judicial independiente.

En este salón de la infamia hay países comunistas como Corea del Norte, pero también capitalistas como Arabia Saudita. Países donde gobierna la religión como Irán, y países militaristas como Cuba

Según este índice solo la mitad de la población mundial vive en algún tipo de democracia y solo el 8.4% vive en una democracia plena. Más de un tercio de la gente vive bajo un gobierno autoritario, tomando en cuenta que The Economist pone en este espectro a China.

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La democracia en Latinoamérica

Si nos enfocamos solo en Latinoamérica, el puntaje promedio disminuyó en 0.04 en 2020, con lo cual, de acuerdo con el reporte de The Economist, se marca el quinto año consecutivo de la región a la baja.

“Como en otros lugares, la pandemia de coronavirus interrumpió todos los aspectos de la vida política y económica en América. La región registró más de una cuarta parte de todas las muertes relacionadas con el coronavirus en 2020, a pesar de representar una proporción mucho menor de la población mundial”, según The Economist.

La revista británica señala que algunos gobiernos utilizaron la crisis para eludir los controles y contrapesos tradicionales sobre el ejercicio del poder. Los regímenes “autoritarios” e “híbridos”, en particular, aprovecharon la emergencia de salud pública para mejorar sus poderes y fortalecer sus posiciones.

Por ejemplo, según The Economist en Nicaragua se aprovechó la crisis para fortalecer el gobierno de Daniel Ortega, reducir a la oposición y estigmatizar a las ONG como “agentes extranjeros” que se deben sancionar por “desinformar”. Igual que en Venezuela, donde se utilizó la crisis para tomar medidas enérgicas contra la oposición.

De los 24 países analizados en la región, tres son democracias plenas, Uruguay, Chile, Costa Rica; tres son regímenes autoritarios, Nicaragua, Cuba y Venezuela; y cinco son regímenes híbridos: El Salvador, Honduras, Bolivia, Guatemala y Haití.

Los 13 restantes son democracias imperfectas o defectuosas, entre las cuales se encuentra México, específicamente en el lugar 72 del mundo y en el lugar 15 de Latinoamérica, entre Ecuador y Guyana.

Según The Economist, México sacó 7.83 de calificación en elecciones y pluralismo durante el 2020, 7.78 en participación política de la ciudadanía y reprobó en el funcionamiento del gobierno, con 5.71 de calificación.

En el rubro en el que México estuvo más que reprobado en 2020 fue en cultura política, donde sacamos 3.13.

¿Crees que la democracia en México se debilitó con la crisis de COVID-19? ¿Hay medidas que se tomaron por la contingencia pero que deben revertirse para no vivir retrocesos democráticos?

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