Paquete contra la inflación es “una curita” que no mejora la economía mexicana

Compartir:

El pasado 4 de mayo el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) que comprende 16 medidas económicas divididas en cuatro rubros para hacer frente al incremento de precios de los productos de la canasta básica que está afectando a las familias mexicanas. 

El plan contempla la estabilización del precio de la gasolina y el diésel, precios de referencia del gas LP y electricidad que representan un esfuerzo del gobierno por 330,000 millones de pesos; el aumento de la producción de tres granos estratégicos: maíz, frijol y arroz; extensión del programa de Fertilizantes para el Bienestar de 5 a 9 estados y la suspensión por un año de la cuota compensatoria del sulfato de amonio.

Esta iniciativa que tendrá una vigencia inicial de seis meses -aunque podría alargarse hasta un año- se diseñó en coordinación con la iniciativa privada e incluye medidas de apoyo como la congelación de los precios de 24 productos de la canasta básica así como del peaje en carreteras en todo 2022 y el refuerzo de la seguridad de carreteras federales con el patrullaje de más de 12,000 elementos de policía y Guardia Nacional.

También se exenta el uso de la carta porte hasta el 1 de octubre de 2022 -documento fiscal digital que se emite para amparar el traslado de mercancías en territorio nacional- y se mantendrán las tarifas ferroviarias y de contraprestación por interconexión para transporte de alimentos, fertilizantes e hidrocarburos.

Te puede gustar: Economía de guerra: el impacto del conflicto Rusia-Ucrania en las finanzas de México y el mundo

Para aumentar el volumen de las operaciones en las aduanas se reducirán los costos y tiempo de despacho aduanal y se agilizarán los procesos de carga en puertos, con extensión de horario e incremento del personal, además de que se eliminarán los aranceles a las importaciones de 21 productos de la canasta básica.

También busca crear una reserva de maíz como medida de emergencia, así como la compra de 800,000 a 1,000,000 de toneladas de maíz con recursos de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) y establece un precio mínimo para la compra de maíz, frijol, arroz y leche a pequeños productores.

Los programas de abasto de alimentos Liconsa y Diconsa serán fortalecidos y se abrirá la participación de las empresas en espacios de diálogo. Sumado a esto, los precios de los servicios de Telmex y Telcel no aumentarán en lo que resta de 2022, según un acuerdo con el empresario Carlos Slim.

¿Qué es la inflación y cómo afecta a las familias?

Se llama inflación al proceso económico causado por el desequilibrio entre la producción y la demanda; este desequilibrio causa una subida de precios en la mayor parte de los productos y servicios y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos.

Es decir, la inflación hace que el dinero pierda su capacidad de comprar con la misma cantidad, las mismas cosas a través del tiempo.

El profesor de Economía Internacional y Finanzas Públicas de la UNAM, Raúl Ignacio Morales Chávez, nos dijo que en México tenemos dos tipos: inflación de oferta y de demanda.

También puedes leer: Guerra entre Rusia y Ucrania amenaza la economía de México y el mundo

La inflación de la demanda, explicó el experto, se da cuando se demandan más bienes de los que hay disponibles, por lo tanto se hacen escasos y los vendedores cobran más por ellos.

El académico de la UNAM aclaró que México está viviendo una inflación de oferta, en la que el costo de producir una unidad de un bien o producto aumenta a causa de factores externos. 

Como ahora la pandemia por la COVID-19, la guerra entre Rusia y Ucrania; y el cierre del puerto de Shangai, en China -uno de los más grandes del mundo-, pero también por factores internos como el control de carreteras y de zonas productoras agrícolas por parte de grupos del crimen organizado.

El plan contra la inflación y la carestía no resuelve el problema estructural

La propuesta del Ejecutivo para enfrentar la inflación se divide en acciones de corto plazo, otras de mediano y largo plazo, señaló el maestro Raúl Ignacio Morales.

“En el corto plazo la medida se centra en satisfacer el abasto que se necesita, proveer de alimentos e insumos necesarios para México que comprende abrir cupos de importación, o sea, traer productos con aranceles con tasa cero de cualquier país”, nos dijo Morales.

El economista Carlos Brown nos explicó que esta medida implica el establecimiento de precios máximos de los productos, que es una forma de política de control de precios que en el mediano plazo tiene consecuencias, pues está dirigida a beneficiar a los grandes consorcios, pero no a las Pequeñas y Medianas empresas (Pymes).

“El proceso inflacionario no es un proceso que se da de manera natural, es una decisión sobre el aumento de los precios, es importante decirlo. Responde al aumento de los costos, pero con esto alguien se está beneficiando. La inflación tiene ganadores y perdedores”, acotó Brown.

A mediano y largo plazo, explicó el académico Raúl Ignacio Morales, se busca el incremento de la producción interna al impulsar la producción de alimentos e insumos, mediante el fortalecimiento programas que ya se tienen establecidos como Sembrando vida y Producción para el Bienestar.

“Para disminuir la dependencia del exterior se tiene que establecer una política agrícola que no existe desde hace más de 30 años en México. Lo único que hay es un conjunto de programas, a veces sin mucha conexión entre ellos, porque el planteamiento neoliberal no reconoce la necesidad de ese tipo de políticas que significarían una mayor participación del gobierno a través del gasto público. Y esto no se ha querido hacer”, acusó Morales.

El Pacto de Solidaridad Económica trajo mayor pobreza

En 1989, el expresidente Carlos Salinas de Gortari reforzó el proyecto de su antecesor, Miguel de la Madrid, al firmar el Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE) conocido como Pacto de Solidaridad Económica que buscaba detener el incremento de los intereses, la inflación, la devaluación del peso mexicano y el bajo crecimiento económico.

Algunas de las medidas que se tomaron fueron no incrementar impuestos, costo de luz, combustibles, agua, teléfono; el compromiso de los productores para mantener las cotizaciones de sus bienes y servicios; el mantenimiento de los precios para los consumidores y que los trabajadores no demandaran incrementos salariales.

A pesar de que el Pacto logró parcialmente algunos de sus objetivos -como detener la inflación- las consecuencias negativas del proyecto fueron amplias: decrecimiento económico a partir de 1992, altas tasas de interés a partir de 1988, bajo poder adquisitivo de la población a causa del bajo nivel salarial y de empleo, entre otras.

A pesar de la comparación que se está realizando en la opinión pública del Plan presentado por el presidente López Obrador con el Pacto de Solidaridad Económica, para el economista Raúl Ignacio Morales “no tienen nada que ver”.

“Lo que se hizo en la década de los 80 fue aumentar los precios y después congelarlos para ‘borrar’ la memoria inflacionaria de los agentes económicos y eso se estableció a través de un acuerdo con los trabajadores, los patrones y las áreas campesinas donde decidieron congelar los precios y los salarios. Para las y los mexicanos, esto último significó un aumento de la pobreza”, explicó Morales.

En este mismo sentido, el economista Carlos Brown consideró que no existe un riesgo con el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) del actual gobierno sobre tener las mismas consecuencias que con el Pacto de Solidaridad Económica a menos que nuevamente se utilizara a los salarios como ancla.

Sin embargo, si no se adoptan otras políticas de incentivo y de incorporación para la inversión “vamos a seguir con un status quo en donde la concentración de mercado determina quién gana y quién pierde con el asunto de la inflación”, finalizó Brown.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.