Solo 3 de cada 10 personas que nacen en pobreza logran salir de esa situación en México

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En nuestro país, 7 de cada 10 personas que nacen pobres, jamás conseguirán salir de la pobreza, de acuerdo con el informe Movilidad Social en México 2019 del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). 

Es decir que el destino de las personas sí está determinado por su origen, un factor sobre el que no tenemos ningún control, de acuerdo con el doctor Roberto Vélez, director general del CEEY y especialista en movilidad social.

La perspectiva es aún peor si naciste en el sur del país, donde 86 de cada 100 pobres no conseguirá salir de esa condición. O si naciste mujer, ya que 75 de cada 100 que nacen en dicha posición no logran superar la pobreza.

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Para Roberto Vélez, esto revela la desigualdad de oportunidades en este país, ya que la manera en cómo nos va en la vida depende de las circunstancias en las que hemos nacido como ubicación, orígenes familiares, sexo o raza.

¿Qué es la movilidad social?

De acuerdo con el maestro en Economía y doctor en Historia, la movilidad social es el cambio de posición de una persona en la escalera económica del país, respecto a la posición que tuvieron sus padres.

“Piensa en un edificio de cinco pisos. De cada 100 que nacen en el piso más bajo, 49 se quedan ahí, otros 25 suben al segundo piso y 26 suben hasta el tercer o cuarto piso”, explicó el experto.

Y agregó que “si naces en el primer piso, tu probabilidad de quedarte en condición de pobreza es del 74%, puedes ser de los 49 que se quedaron en el primer piso o de los 25 que subieron al segundo, y esos 74 en total siguen estando en condición de pobreza”.

Así las cosas, en México no hay movilidad social en la medida en que las condiciones o circunstancias de origen –sobre todo las que están fuera de nuestro control–, resultan determinantes en los logros de una vida

“Es decir: origen es destino. Donde arrancas, terminas. Y entonces tu futuro depende del accidente de cuna. Si caes de lado correcto, o del lado conveniente, o de lado aventajado, pues ya la hiciste. Y si no, pues ya te amolaste”, explicó el experto.

Por lo tanto, México y cualquier país debe aspirar a tener movilidad social, es decir que los factores de origen no sean determinantes.

Los y las ciudadanas “deben tener la posibilidad de, a muy grandes rasgos, alcanzar sus metas con base en su esfuerzo y el desarrollo de su potencial” y no por la familia en la que nacieron, dijo Roberto Vélez.

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¿México debe buscar movilidad social o está bien así?

Obviamente la falta de movilidad social es una injusticia para las personas que nacen en circunstancias de pobreza, ya que de entrada y sin que sea su decisión, arrancan en posición de desventaja y con varios obstáculos que enfrentar para desarrollarse plenamente.

“La retribución que recibe cada persona, o el premio que recibe cada persona, se debe corresponder con el grado de esfuerzo que realiza”, dijo Vélez.

Así las cosas, “el grado de esfuerzo debe estar supeditado a garantizar igualdad de oportunidades, porque sin esta, entonces tu esfuerzo no necesariamente está asociado a un piso de arranque parejo para todos”.

Sin embargo, a pesar de que esta injusticia social es razón suficiente para buscar movilidad social en el país, el experto nos asegura que hay otros dos argumentos de peso.

El primero tiene que ver con el tejido social de México, el cual se encuentra fracturado e impide que haya una mayor cohesión y solidaridad entre la población, y por lo tanto una misma idea de país.

“Si tú tienes situaciones donde existen barreras a la movilidad y los resultados de vida son asimétricos, entonces tienes una sociedad muy heterogénea, a la que le resulta muy complicado encontrar identidad entre unos estratos y otros”, dijo Vélez.

¿Por qué es importante esto? Porque “en una sociedad así, tan estratificada y con tan poca cohesión social, resulta muy complicado ponerse de acuerdo sobre lo que deberíamos hacer en términos colectivos”.

Otra razón es que la movilidad social generaría crecimiento económico. “Como hay barreras, la población no es capaz de desarrollar todo su potencial, y si no es capaz de desarrollar todo su potencial, estás desperdiciando recursos humanos”. 

Por lo tanto, de acuerdo con el experto, “si desperdicias recursos humanos, estás pegándole a la productividad y, si le estás pegando a la productividad, limitas las opciones de crecimiento económico”.

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El pobre no es pobre porque quiere

En México, las personas pobres lo son porque nacieron en un país de desigualdades. Mientras 74 de cada 100 pobres seguirán así toda su vida, 57 de cada 100 personas que nacieron hasta arriba de la escalera social, se mantendrán ahí el resto de su vida.

Para el director general del CEEY, uno de los factores de esta desigualdad ha sido la ausencia del Estado mexicano en ciertos factores que son importantes en el arranque de vida y en el desarrollo de las personas.

Se deben perfeccionar nuestros sistemas de educación y salud, de manera que las diferencias de origen se diluyan, pero también de manera que los accidentes de vida no sean una condena –como cuando una persona padece una enfermedad y resulta catastrófica para el sustento familiar.

Hablando en términos educativos, según el experto ha habido avances significativos, “ahora somos una población más educada en promedio. El problema es que no se está viendo reflejado en términos de mercado laboral y con los pagos que recibe la gente”. 

“Todo eso te lleva a discusiones sobre cómo deberías establecer sistemas tanto de arranque como de avance. En particular el sistema de protección social que incorpora el sistema de seguridad social”, dijo Vélez.

Y añadió que se debe avanzar más allá de la manera en que nos insertamos en el mercado laboral, ya que México es un país con una población muy grande en la informalidad y donde las mujeres trabajan en el hogar sin recibir protección por parte del Estado, ya que solo se brinda a través de los empleos remunerados y formales.

“Todo eso tiene implicaciones de largo plazo en crecimiento salarial, pero también en pensión. Completas el ciclo de vida en una situación de desventaja que luego transmites a la siguiente generación”.

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La libertad efectiva

Si el Estado debe garantizar que haya pisos parejos para que exista movilidad, ¿esto atenta contra la libertad económica

Para responder esta pregunta, el doctor Roberto Vélez nos explicó la libertad efectiva, que es cuando “las capacidades determinan las posibilidades de elección en tu vida. Entonces, en la medida en que tengas posibilidades de elección efectivas, tendrás más libertad”.

“Si tú tienes un paquete de capacidades limitado, por más que la ley diga que hay libertad, ¿cómo la vas a ejercer? No es posible ejercerla porque no cuentas con esas capacidades para poder ejercerla”, dijo el experto.

Por lo tanto, una cosa es establecer libertad sin garantizar las condiciones de participación, y otra cosa es establecer una libertad que efectivamente pueda ser utilizada por los individuos y por la población para mejorar su condición.

El experto concluyó que si bien el Estado no necesariamente puede garantizar igualdad de oportunidades porque es muy complicado en términos de política pública, “sí puede asegurar ciertos pisos mínimos y eliminar ciertas barreras o trabas en el ciclo de la vida de las personas”.

¿Sientes que es justo que no haya movilidad social en México? ¿Crees que debería de ser una de las prioridades de este país?

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