Serán los tacos al pastor, los remedios de la abuela o la contaminación ambiental que nos han dotado de unas superdefensas… O que simplemente hay un subregistro de casos del coronavirus (COVID-19) en México. Y es que en 15 días, desde que se confirmó el primer paciente con esta enfermedad, el número de contagios de coronavirus se ha elevado apenas a 12. Un nivel de contagio sorprendentemente bajo.
Esto, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al COVID-19 como una pandemia, lo que significa la propagación mundial de una enfermedad. Como antecedente, la última pandemia fue la ocurrida en 2009, con la aparición de la influenza AH1N1.
El COVID-19 tiene una tasa de transmisión de 2 a 2.5 de acuerdo con estimaciones de la OMS, lo que quiere decir que cada persona infectada por el virus puede contagiar a otras dos. En México, la tendencia parece ser mucho menor.
Por ejemplo, en Italia, el país europeo con más personas con COVID-19, los primeros casos se detectaron a finales de enero, pero el aumento en el número de casos ocurrió a partir del 21 de febrero y para el 11 de marzo (18 días después) ya sumaban más de nueve mil y unos 500 fallecimientos, de acuerdo con con información de BBC News. Mientras que en México, donde el primer contagio se confirmó el 27 de febrero, los casos de infección apenas superan la decena.
“No vemos tantos casos de infección por coronavirus porque podrían estar dispersos y pasar desapercibidos”, indicó Malaquías López, profesor de salud pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con Cuestione.
El periódo máximo en el que una persona puede registrar signos y síntomas es de 14 días, por lo que todavía no hay certezas en el país sobre los alcances de este virus, precisó López.
¿Y qué pasa en México?
En México podría haber varios escenarios. En uno de ellos, la contención sanitaria ha sido efectiva con medidas de control de las personas infectadas y de sus contactos, lo que limitaría el número de casos; sin embargo, no se sabe qué ha pasado con las personas cercanas a las infectadas, dijo López Cervantes.
En su opinión, una de las preocupaciones consiste en que las medidas de contención sanitarias se aplican solo en casos sospechosos en aeropuertos, terminales portuarias y vía terrestre; sin embargo, la frontera con Estados Unidos registra cada día una gran afluencia de personas entre ambos países. En ese país ya hay más de 700 casos según datos de la OMS, explicó el especialista.
El secreto está en la forma de transmisión. En México, no es atípico el registro de los casos de COVID-19 porque las transmisiones son importadas, es decir, las personas infectadas venían de otros países y no se contagiaron en México, explicó Víctor Arias, médico epidemiólogo de la Unidad de Medicina Familiar 58 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Mientras la transmisión no sea comunitaria, es decir, que el contagio se dé en el país, el nivel de dispersión es menor, porque los casos son detectados y aislados. “El problema vendrá cuando la transmisión sea local; cuando eso pase, ya se cuentan con protocolos médicos para incrementar la búsqueda y detección de casos para así contener el virus”, añadió Arias.
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La detección de contagios de coronavirus
En México, cinco de los casos confirmados de COVID-19 están en la Ciudad de México, en tanto que los demás están en Querétaro, Nuevo León, Torreón, Tuxtla Gutiérrez, Estado de México, Puebla y Culiacán, en donde ya se dio de alta a la persona infectada con el virus.
Por el momento, la detección de los posibles casos se hace en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre), que depende de la Secretaría de Salud
Además de los pocos lugares donde se puede detectar a alguien con COVID-19, la prueba es cara, cuesta alrededor de 150 dólares (más de tres mil pesos) por lo que solo se aplican a casos sospechosos, explicó Malaquías López.
La cantidad y control de pruebas que se hacen en cada país determinan el número de casos detectados, “el número de casos no necesariamente nos dice qué país tiene más infecciones. Solo nos dice qué país está haciendo más pruebas. Cuantas más pruebas se realicen, más casos se encontrarán”, explicó el profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling para BBC News.
¿Qué hacer?
“Este virus es nuevo y toda la humanidad es susceptible de contagio (…) no se trata de alarmar, sino de alertar a las personas y a no bajar la guardia con las medidas de prevención”, abundó Malaquías López al puntualizar en la seriedad con la que se debe tomar este virus.
En China, donde se descubrió el virus, 70% de los 80 mil casos reportados ya se recuperaron, de acuerdo con Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud. Las tasas de letalidad varían de país en país. La OMS señaló que la tasa de mortalidad para este virus es de 3.4%. Sin embargo, en países como Italia alcanzaron proporciones de 6.2%.
En el mundo van más de 126 mil casos, y más de 68 mil se han recuperado, de acuerdo con el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE, por sus siglas en inglés), de la universidad Johns Hopkins. El mayor número de casos están en China, Italia, Irán y Corea.
En México, por ahora, todo es risa y diversión con la dispersión de memes de burla ante la llegada del COVID-19.
La realidad es que, entre la burla y el miedo, las personas continúan sin seguir las recomendaciones sanitarias que son, hasta el momento, y en lo que se encuentra una cura para este virus, las mayores herramientas de protección.
