El priista Hank González era el poder detrás del trono según Narcos: México. ¿Quién fue realmente?

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La tercera temporada de la serie de Netflix Narcos: México pone al ex gobernador priista del Estado de México Carlos Hank González –interpretado por el actor Manuel Uriza– como una pieza clave del auge del narcotráfico en nuestro país en los años 90.

“Hank representa el sistema entero”, dice el personaje de Andrea Núñez (Luisa Rubino), una periodista que comienza a desenredar la trama de corrupción entre Hank González, el narcotráfico, la élite empresarial y la clase política mexicana.

¿Quién es este personaje clave del priismo del siglo pasado a quien se le atribuye la frase “un político pobre es un pobre político”? ¿Qué tan cierto es que era el vínculo entre el poder político y los negocios legales e ilegales? ¿Quiénes son sus herederos políticos?

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¿Quién fue Carlos Hank González?

Hay una escena en Narcos: México en la que el personaje de Hank González comienza a hacer negocios con Amado Carrillo Fuentes –interpretado por José María Yazpik–, el líder del Cártel de Juárez conocido como El señor de los cielos.

“¿Usted sabe a qué me dedico yo, señor Carrillo?”, pregunta Hank. “Sí, señor. Usted decide a quién le toca ser presidente”, contesta el narcotraficante.

Hank González pasó de ser un maestro de escuela rural a ser uno de los políticos más poderosos del país en el siglo pasado. No fue candidato a la presidencia porque la Constitución se lo impedía por ser hijo de un ciudadano alemán.

Fue diputado federal entre 1958 y 1961 y director de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz entre 1964 y 1969.

Gobernó el Estado de México entre 1969 y 1975 y fue Regente de la Ciudad de México –entonces Distrito Federal– entre 1976 y 1982. Además fue secretario de Turismo y secretario de Agricultura en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. 

Todos estos cargos públicos le sirvieron para ir escalando en la clase política pero también para enriquecerse. En el libro Negocios de Familia de Francisco Cruz y Jorge Toribio Montiel se le describe como “maestro sutil del arte de la manipulación”.

“La sola mención del apellido Hank pone en el punto de mira el cacicazgo, el crimen organizado, el tráfico de influencias, el oportunismo, la triangulación de contratos gubernamentales, la sospecha de homicidio, la corrupción, el lavado de dinero, una espectacular fortuna forjada al amparo del poder”, se lee en Negocios de Familia.

Hace 20 años, cuando Hank González murió a consecuencia de cáncer de próstata, la entonces dirigente nacional del PRD, Amalia García, dijo que con su muerte se acababa una etapa del PRI caracterizada por el ejercicio caciquil del poder.  

De acuerdo con el semanario Proceso, sus negocios fueron desde la distribuidora de Mercedes Benz en México, “empresas de transporte, compañías eléctricas, de bienes raíces, financieras y de teléfonos” y su fortuna ascendió a 1,300 millones de dólares.

“Hábil para los negocios, Hank acrecentó su fortuna cada sexenio, hasta límites que resultaban cada vez menos claros (…) supo adaptarse a todos los modelos. Se ajustó bien al posrevolucionario, al milagro mexicano, a la etapa de la bonanza petrolera y hasta a la época de los tecnócratas. Era un auténtico camaleón”, se lee en la nota de Proceso.   

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La mano que mece la cuna

Otros productos televisivos, novelas y canciones nos han creado la imagen de El señor de los cielos como un narcotraficante poderoso e intocable.

Sin embargo, hay un momento en la serie Narcos: México en el que el personaje de Hank González prácticamente le da órdenes bajo la amenaza de influir para congelar sus cuentas del banco, lo cual muestra dónde podría haber estado el verdadero poder.

Cuando platicamos con el escritor Oswaldo Zavala, autor del libro Los cárteles no existen, nos explicó que se ha construido el mito de que el poder de los cárteles de la droga es tan grande que rebasa el poder del Estado. 

Para Zavala “el dinero de los cárteles es una parte bastante pequeña” en comparación con lo que ganan las redes de macrocriminalidad que han recibido el apoyo de sectores tanto de la clase política como de la élite empresarial.

En 1999 el periódico Washington Post publicó el artículo “Destacada familia mexicana vista como una amenaza para Estados Unidos” en la que señala a los Hank como participantes de una red de narcotráfico y lavado de dinero.

“La familia Hank, a menudo descrita como los Rockefellers de México, es conocida por su imperio multimillonario de transporte, construcción y finanzas y su gran influencia dentro del Partido Revolucionario Institucional”, señala el Washington Post. 

Este artículo se basó en un informe del Centro Nacional de Inteligencia sobre Drogas, con datos del FBI, Interpol, Servicio de Aduanas, la CIA y otras instancias gubernamentales de Estados Unidos.

Dicho informe acusó a la familia Hank de usar sus negocios para mover cocaína a Estados Unidos y lavar millones de dólares del narco, pero enfatiza que “la familia goza de impunidad en México debido a sus conexiones políticas de alto nivel”. 

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El legado de Hank

Cualquier político que tenga una red de negocios y piense que “un político pobre es un pobre político” podría considerarse como un heredero de la escuela del profesor Carlos Hank González, sin embargo sí hay un grupo que se puede ver como el de sus herederos. 

“Corruptor con la mirada y de trato suave, desde septiembre de 1975 y hasta su muerte fue identificado como cabeza de la organización política más longeva e influyente de México, la más negada y la más presente: el Grupo Atlacomulco”, se lee en el libro Negocios de Familia.

De este grupo se supone que provienen ex gobernadores del Estado de México como Isidro Fabela, el propio Hank, Alfredo del Mazo González, Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto –que fue presidente de México entre 2012 y 2018–, así como el actual gobernador Alfredo del Mazo Maza.

En cuanto a sus hijos, como vimos en esta nota, Jorge Hank Rhon ha creado un imperio en Tijuana gracias al casino que tiene y a otros negocios del Grupo Caliente en Tijuana, Baja California, y ha sido investigado por homicidio, corrupción, lavado de dinero y narcotráfico.

Por otro lado, su hijo mayor Carlos Hank Rhon heredó la dirección del Grupo Hermes y también la vena empresarial, con negocios de autopartes, de turismo y de transportes como FAMSA o la aerolínea Taesa en los 90; así como el Grupo Financiero Interacciones, el cual se fusionó con Banorte en 2018.

El hijo de Carlos Hank Rhon se llama exactamente igual que su abuelo, Carlos Hank González, y aparece como propietario y presidente en el Consejo de Administración de Banorte.

Según su página web, considera a su abuelo como un ejemplo a seguir: “desde muy joven quería ser empresario, aunque sin dudas, escuchaba mucho a mi abuelo. De él aprendí la importancia de la lealtad y el compromiso y el amor a México”. 

¿Existirá una figura similar a la de Hank Gonzalez actualmente, capaz de mover los hilos del crimen organizado, los negocios y la política? ¿O es una especie de político imposible de repetir actualmente?

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