Las radios comunitarias en México, un testimonio de resistencia

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San Juan Copala es un pequeño municipio autónomo en Oaxaca que por años ha sido disputado por los diferentes grupos políticos de la región. Esta lucha por el control del territorio ha dejado sin hogar y sin vida a cientos de personas del pueblo indígena Triqui.

Entre las víctimas de la violencia letal que caracteriza a esta comunidad destacan María Teresa Bautista y Felícitas Martínez Sánchez, ganadoras post mortem del Premio Nacional de Periodismo en 2008. 

Bautista y Sánchez fueron dos comunicadoras indígenas de 24 y 22 años asesinadas por su labor como conductoras del programa “La voz que rompe el silencio” en la radio comunitaria Radio Copala. 

Estas dos mujeres jóvenes desafiaron los estereotipos de género y alzaron la voz en un contexto donde hacerlo les costó la vida, y son el punto de partida de la segunda temporada del podcast Voces Silenciadas, lanzada el pasado 12 de mayo por la organización Defensores de la Democracia, que está dedicada a difundir el trabajo de periodistas asesinados. 

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La historia de María Teresa y Felicitas “muestra el extremo tanto de lo bueno como de lo malo” de las radios comunitarias y el rol de las mujeres en estas, nos explica Alejandra Ibarra Chaoul, periodista y directora ejecutiva de Defensores de la Democracia. 

Por una parte es una historia admirable de dos mujeres que se convirtieron en la voz de muchas otras en su comunidad, pero por otro lado termina como la de muchos comunicadores locales en México: en su asesinato, nos comenta Alejandra Ibarra.

Un medio que llega a casi todos 

En México hay cientos de comunidades, como San Juan Copala, olvidadas por los medios de comunicación tradicionales. En estos lugares remotos la radio se ha convertido en una herramienta fundamental para crear comunidad e informar. 

La radio, a diferencia de una televisión, no necesita estar conectada a la luz -servicio al que muchas comunidades en México no tienen acceso-, ya que solo un par de pilas bastan para que cientos de personas puedan sintonizar a las radios que transmiten y operan en su comunidad. 

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En muchas comunidades indígenas las radios comunitarias son el único medio en su idioma y también son una forma de acceder a información para personas analfabetas, nos comenta Alejandra Ibarra. 

Saliendo de la clandestinidad

En México hay una larga tradición de control de los medios de comunicación. El acceso a las ondas radiofónicas ha estado históricamente en las manos de unos pocos, mientras que las radios comunitarias se han visto obligadas a operar en la clandestinidad. 

La represión y criminalización por parte del Estado a las radios comunitarias ha sido, junto con la falta de recursos, uno de los problemas principales para estos medios locales. Si bien desde la Reforma de Telecomunicaciones de 2013 existe la posibilidad de conseguir una concesión social, la historia de resistencia de estos proyectos ha hecho que la mayoría se mantengan ocultas. 

Actualmente no se sabe exactamente cuántas radios comunitarias existen, pero Defensores de la Democracia estima que en México hay cientos. 

Violeta Radio: una radio feminista en la Ciudad de México 

Los proyectos de radios comunitarias no son exclusivos de comunidades indígenas o rurales, en muchas ciudades existen proyectos importantes de comunicación social que traen a la mesa aquellas discusiones que los medios tradicionales evitan. 

Violeta Radio es una radio comunitaria feminista que opera en la Ciudad de México

En 1991 desde la asociación civil Salud Integral para la Mujer (SIPAM), un grupo de mujeres comenzaron a hacer radio con perspectiva de género. Este proyecto transmitía en Radio Educación y eventualmente se convirtió en lo que hoy es Violeta Radio, explicó en Voces Silenciadas Maru Chávez, coordinadora de la línea estratégica Derechos de las Mujeres y Libertad de Expresión en SIPAM y fundadora de este medio. 

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Para la también integrante del Consejo Directivo de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) es fundamental que las mujeres participen de manera activa en la comunicación. Ya sea detrás de un micrófono, desde la cabina o en la toma de decisiones, las mujeres deben ocupar espacios en los medios para que sus narrativas también sean compartidas. 

Si bien en las ciudades y zonas urbanas no hacen falta medios de comunicación, las radios comunitarias vienen con “la garantía de que vas a escuchar algo relevante a tu comunidad”, nos explicó Alejandra Ibarra.

Las radios comunitarias están más cerca de lo que pasa a los miembros de la comunidad en la vida cotidiana y atienden a los intereses de la propia población o grupo al que se dirigen, dijo la periodista. 

Las radios comunitarias son más que solo medios de comunicación, son espacios donde se crea y organiza la comunidad. Son actores políticos y sociales fundamentales para muchos lugares. En tiempos de desastres naturales se convierten en centros de acopio o refugios, son centros culturales con espacios para que niñas y niños puedan crecer, y también son el hogar de muchas mujeres que han dedicado su vida a alzar la voz. 

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