Recorte de salarios a funcionarios públicos no ha generado los ahorros prometidos

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Desde que arrancó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador la “austeridad republicana” se instauró como el eje rector de las finanzas públicas. Con ello se inició una cruzada por “eliminar” los derroches en el gasto público con la promesa de generar ahorros importantes para el gobierno.

Una de las acciones más polémicas de esta estrategia fue bajar los salarios de los altos funcionarios de la administración pública federal, la disminución de beneficios laborales superiores a la ley -como contar con un seguro médico privado-, y el establecimiento de un límite al sueldo más alto que puede recibir un funcionario: que nadie gane más que el presidente.

Sin embargo, aún no queda del todo claro que los ahorros sean tan altos como ha prometido el mandatario. Y es que, a pesar de que en 2019 se presentó una reducción de 6.2% en el gasto en Servicios Personales -capítulo del gasto público que comprende el pago de sueldos, salarios y aportaciones-, para 2020 y 2021 todo parece indicar que la promesa no se cumplirá.

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Con la información más actualizada de la SHCP se observa que el presupuesto para el pago de sueldos y salarios en 2020 aumentó 8.3% respecto a los recursos ejercidos en 2019 y llegó a 915,760 millones de pesos

Para este año, si no se realizan modificaciones a lo aprobado por la Cámara de Diputados, el gobierno federal gastará 961,150 millones de pesos para pagar la nómina, lo que representa 5% más que el presupuesto de 2020 y 6.7% más que lo gastado en 2018, último año de gobierno de Enrique Peña Nieto.

Por lo tanto, parece ser que la promesa que sustenta la estrategia de “apretarse el cinturón” por parte del gobierno federal podría no cumplirse, y sólo estaría fomentando la precarización del empleo público.

Una medida sin sentido

Platicamos con Carlos Brown, economista especialista en justicia fiscal y codirector del Instituto del Sur Urbano (SUR), quien nos explicó que en una recesión como la que atraviesa el país, recortar salarios no ayuda a la recuperación económica.

“Después de la recesión económica de 2008 fue muy evidente que las posturas de austeridad tomadas por diferentes países trajeron consecuencias terribles para sus sociedades”, detalla Brown, y añade que esta postura no coincide con el discurso que se espera de “un gobierno que se dice ‘de izquierda’”.

El especialista añade que los ahorros observados en 2019 por estas acciones no son tantos y considera que es ilusorio “creer que esta es una fuente de ahorro que es suficiente para obtener recursos para todas las batallas que el país necesitaba”, como lo busca promover el discurso oficial.

“Por supuesto que hay que revisar las asimetrías que había, donde había servidores públicos que ganaban mucho más que el presidente. Pero más allá de eso, el precarizar el trabajo de los servidores públicos dice mucho de la prioridad que tienen para el mandatario”.

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El entrevistado también señaló que la pandemia le mostró a las autoridades “que no se pueden reducir las asignaciones a los sueldos y salarios del sector público”. 

Prueba de ello, asegura Brown, son las modificaciones presupuestarias que se realizaron en dependencias, como la Secretaría de Salud, el IMSS o el ISSSTE, donde se incrementaron los recursos de esta partida con el objetivo de dar bonos a los trabajadores de salud y contratar  nuevas plazas que ayuden a atender la crisis sanitaria.

Pero también los propios mega proyectos del gobierno actual están mostrando la necesidad de destinar recursos para la contratación de nuevas plazas. De acuerdo con el experto, tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la de Marina presentan incrementos en los recursos que destinan a esta partida. Esto ante las nuevas tareas que realizan.

Finalmente, Carlos Brown advierte que esta precarización del empleo público que se impulsa desde el gobierno federal “tiene consecuencias no solo en la vida de las familias, también en la incidencia de la corrupción”. Y explica que “ante los recortes puede surgir la tentación de involucrarse en actos corruptos para compensar la pérdida en ingresos”.

¿La austeridad terminará provocando más daños que beneficios?

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