Los recursos de 2020 para la atención de enfermedades graves, como el cáncer de mama y el cérvico uterino, a través del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) “se han colapsado” y están en sus peores niveles desde 2012, de acuerdo con la organización México Evalúa.
Según el reporte titulado Desatención del cáncer: una bomba de tiempo, el monto del Fonsabi para atender el cáncer de mama fue de $1,166 millones, 40% menos que en 2018, cuando fue de $1,955 millones, “el monto más bajo registrado” desde el año 2015 ($2,946 millones).
De igual forma, el monto para atender el cáncer cérvico uterino durante el 2020 fue de $65,800,000, esto es 39% menos que el gasto de 2018 ($108,600,000), y también representa el monto más bajo registrado desde el año 2014, cuando se destinaron $142,200,000, de acuerdo con el análisis de México Evalúa de los datos de la Secretaría de Salud.
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El cáncer de mama es la principal causa de muerte en el país por tumor maligno para las mujeres. En el año 2020, 7,821 mujeres fallecieron por tumores malignos de mama de acuerdo con el INEGI.
El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres en México. En el año 2017, la mortalidad en el grupo específico de mujeres de 25 años y más años de edad fue de 4,031 defunciones, según el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.
Presupuesto del Fonsabi
El Fonsabi fue creado con la reforma a la Ley General de Salud de 2019 y sustituyó al Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud que operó desde el año 2004.
Es una herramienta del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que financia principalmente la atención de 66 padecimientos altamente costosos como algunos tipos de cáncer, trasplantes, el VIH, entre otras, de personas que no tienen seguridad social.
Jorge Cano, investigador de México Evalúa, nos explicó que el gasto general del Fonsabi ha disminuido desde el 2020 cuando se creó el Insabi.
El monto total de este fondo en 2020 fue de $5,900 millones de pesos, que es 32% menos que en 2018, el último año del sexenio pasado cuando todavía existía el Seguro Popular.
Además, la atención a estas 66 enfermedades más costosas se ha reducido año tras año.
En el 2013, con el entonces fideicomiso, se pagaron 167,000 atenciones y para 2019, el primer año del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador se atendieron alrededor de 107,000 casos, indicó el investigador.
El Fonsabi es necesario. Sin esta atención, cuando una persona sin seguridad social tiene que enfrentar este tipo de enfermedades puede verse obligada a tomar decisiones financieras que la condenen a la pobreza para pagar un tratamiento.
Por ejemplo, vender su patrimonio o sacar a sus hijos e hijas de la escuela. Decisiones que impactan inmediatamente y el futuro de su familia, señala México Evalúa.
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¿Limitar el acceso a la información?
Además de los recortes en el gasto del Fonsabi, en 2020 comenzó un retroceso en la transparencia de sus recursos, pues no se publicó el número de casos atendidos. Y en 2021 ya no se publicó nada, ni siquiera el gasto en la atención de estas enfermedades.
Por tanto, no es posible conocer cómo se utilizaron los recursos del fondo en la atención a estas enfermedades mortales, alertó Jorge Cano.
Aunque en el informe 2021 del Insabi sí se precisa el uso de los recursos del Fonsabi destinados a la compra de otros insumos: $964,000,000, por lo menos, para medicamentos, casi lo mismo que se destinó a infraestructura; $20,600,000 para servicios logísticos, $183,000,000 para equipo médico y $103,000,000 para ambulancias, detalla México Evalúa en este reporte.
Si bien estos gastos son positivos para el sistema de salud, México Evalúa también considera “gravísimo que la opacidad restrinja el monitoreo de indicadores clave para el cumplimiento de un derecho humano elemental” como el acceso a la salud.
Adicionalmente, indica la organización, el Fonsabi permite regresar recursos a la Tesorería de la Federación, lo que crea “la posibilidad de redirigir el gasto supuestamente destinado a la salud hacia otros fines –como obras de infraestructura emblemáticas– sin que podamos rastrear los recursos”.
“Las funciones básicas del Fonsabi eran atender enfermedades de alto costo y generar infraestructura en los lugares más rezagados, pero se han perdido estas dos misiones. Al parecer se ha vuelto la caja chica del gobierno. Habrá que hacer presión para que se respete lo que señala la ley de cómo se deben usar sus recursos”, nos dijo Jorge Cano.
México Evalúa destaca la necesidad de blindar el gasto de las instituciones de salud, replantear la gobernanza del Fonsabi y crear un Fondo Nacional del Cáncer que garantice recursos para la investigación, las acciones de prevención, diagnóstico y atención oportunos.
Transición al IMSS-Bienestar
El 15 de marzo de 2022, Zoe Robledo, director del IMSS, anunció el fortalecimiento del programa IMSS-Bienestar. Con esta medida el gobierno federal busca garantizar el derecho a la salud para la población que no tiene seguridad social, que es “alrededor de la mitad de los mexicanos y la gente más pobre”, dijo el presidente López Obrador.
Así, en el primer trimestre de 2022, las erogaciones hacia el IMSS-Bienestar aumentaron a $5,700 millones de pesos, 21% más frente al mismo periodo de 2021. Sin embargo, el Insabi recortó su subsidio en 30% o $3,800 millones de pesos. “El recorte del Insabi fue casi cuatro veces mayor que el aumento del IMSS-Bienestar”, según el estudio de México Evalúa.
“La transición hacia el IMSS-Bienestar no está explicando el menor gasto del Insabi. Si bien el IMSS-Bienestar incrementó su gasto frente al año pasado, no es suficiente para compensar las reducciones del Insabi”, puntualizó Jorge Cano.
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Prevención y atención del cáncer
Daniela (quien solicitó usar un nombre ficticio para proteger su privacidad) tiene 41 años y se realizó su primera mastografía. A su edad, nos dijo, es recomendable hacerse este estudio médico para detectar anormalidades en las mamas. Durante la pandemia consiguió un trabajo, pero no cuenta con seguridad social. Por lo que acudió a una asociación civil orientada a la atención del cáncer de mama en la Ciudad de México.
Daniela nos dijo que en febrero pasado su tía murió por un cáncer cérvico uterino que no fue detectado a tiempo. La señora tenía 59 años de edad y tampoco contaba con seguridad social. Debido al aumento de contagios por la pandemia por COVID-19 sus primeras quimioterapias se retrasaron. Después de permanecer hospitalizada tres meses murió.
En 2019, comenzó a operar la plataforma Cero Desabasto, impulsada por un colectivo de pacientes, familiares de pacientes, médicos, académicos y organizaciones, para lograr el acceso a medicamentos e insumos médicos. En diciembre de 2021, la plataforma llegó a 7,674 reportes de desabasto de medicinas. Las principales enfermedades registradas en la plataforma sin cobertura de medicamentos fueron cáncer y diabetes.
¿No hay recortes en el presupuesto de salud?
Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, afirmó que no ha habido recortes presupuestales en el sector salud, sino que se redujeron y quitaron gastos suntuarios y programas con “espacios de corrupción”.
El funcionario aseveró que “la suma total del gasto en salud no se recortó, de hecho, se amplió”. Explicó que el gobierno federal hizo dos cambios fundamentales: “redujo gasto suntuario, ocioso, superfluo” y quitó “algunos programas que estaban orientados específicamente como espacios de corrupción”. Además, calificó los señalamientos sobre los recortes presupuestarios en salud como parte de “olas de desinformación por parte de la oposición política”.
Sobre estas afirmaciones de López-Gatell, Jorge Cano nos dijo que “el hecho de los recortes es innegable, pues son cifras oficiales que publica la Secretaría de Hacienda”.
