La despenalización de las drogas es una tarea que ha avanzado lentamente en la legislación mexicana a pesar de que hay evidencia de que es una alternativa viable a la persecución y castigo de los consumidores de sustancias psicoactivas. En México existe una orden de la Suprema Corte de Justicia que invalida la prohibición del uso recreativo de la marihuana.
El tema no ha podido avanzar en parte porque aún hay temores por parte de grupos conservadores, pero principalmente porque la agenda legislativa, por ahora, está enfocada en la militarización de la seguridad pública o reformas como la eléctrica y la electoral, nos dijo Frida Ibarra, directora de incidencia de Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia (MUCD)- una asociación en favor de la seguridad, la justicia y la paz en México.
Esto a pesar de que es una medida menos agresiva en comparación con los resultados que ha tenido la llamada guerra contra las drogas que ha dejado a su paso numerosas violaciones a los derechos humanos, miles de personas muertas, desaparecidas y desplazadas por la violencia.
“La evidencia internacional y nacional que existe sobre la legalización de las drogas, definitivamente nos ha probado la hipótesis de que sí resta al ejercicio de la violencia por el crimen organizado y al impacto colateral en la ciudadanía, es decir la que se junta con el narcotráfico”, nos explicó el abogado y catedrático de la UNAM, José Antonio Álvarez de León.
Te puede interesar: La regulación de la marihuana creará un mercado millonario pero debe reparar los daños de la guerra contra las drogas
El también especialista en seguridad resaltó que legalizar las drogas también abre posibilidades comerciales, como te contamos en esta nota.
“La evidencia más probada que tenemos fue cuando el alcohol era una droga no permitida en los años 20 en Estados Unidos y acabó siendo el gran nicho de negocio. Su legalización erradicó los enfrentamientos entre las autoridades estadounidenses y las bandas italianas, irlandesas, entre otras”, nos dijo el entrevistado.
Frida Ibarra nos explicó que la oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito identifica por lo menos ocho actividades principales del crimen organizado.
El tráfico de drogas es la actividad principal de los grupos criminales, pero también se relacionan con trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, tráfico ilícito de armas de fuego, tráfico ilícito de recursos naturales, comercio ilegal de flora y fauna, venta de medicamentos adulterados y delincuencia cibernética.
“Es un mercado muy lucrativo para el crimen organizado porque les permite tener armas, poder de negociación en las zonas donde operan. La regulación sería una manera no solo de reducir su campo de operación sino incluso de hacer que las autoridades tengan recursos que en lugar de ser utilizados en la persecución de usuarios, de pequeños cultivadores, fueran utilizados para atender delitos como homicidios, secuestros, extorsiones”, nos dijo Frida Ibarra.
Te puede gustar: ¿Legalización de drogas será un factor para controlar a los cárteles en México?
Para la especialista el costo-beneficio de despenalizar las drogas en México es bastante grande. Además nos explicó que la información que arroja la base de datos abiertos de MUCD indica que actualmente hay menos decomisos de cannabis, “pues están cobrando mayor relevancia la heroína y el fentanilo que tiene que ver con lo que está pasando en Estados Unidos con la crisis de opioides”.
“En Uruguay se tiene un estimado de que se le han quitado $25,000,000 de dólares a los narcotraficantes que tenía este mercado. La regulación sería una manera no solo de reducir su campo de operación sino también incluso de hacer que las autoridades tengan recursos que en lugar de ser utilizados en la persecución de usuarios y de pequeños cultivadores se usen para atender delitos como homicidios, secuestros, extorsiones”, nos dijo Ibarra.
Criminalización del consumo de drogas tiende a la discriminación
La directora de incidencia de Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia, Frida Ibarra, nos explicó que un problema importante es que la mayoría de las personas que son detenidas por posesión simple de drogas comparten ciertas características sociales, físicas y económicas.
“La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) en 2021 nos demuestra que 70% tenían educación secundaria o menos, 57% ganaban menos de $7,500 y 61% tenía entre 18 y 39 años. Son jóvenes en situaciones marginalizadas, de ciertas colonias, con cierta apariencia, este delito se presta a mucho clasismo, discriminación y abusos de las autoridades”, acusó la entrevistada.
Frida Ibarra comentó que aunque no hay datos certeros sobre cuántas personas se encuentran privadas de la libertad por posesión simple, los datos que existen indican que una parte de las carpetas de investigación por posesión ilegal de drogas tienen que ver con la cannabis.
“Por ejemplo, el Censo Nacional de Procuración de Justicia estatal de 2019 que clasificó las carpetas de investigación de posesión simple según la droga encontró que 75,373 eran por presuntos delitos de narcomenudeo en adultos y adolescentes; de esos 61,505 eran por posesión simple y de estos 13,654 por cannabis”, nos dijo.
La ENPOL también revela que las personas que son detenidas son golpeadas, pateadas, asfixiadas, incluso han recibido descargas eléctricas o heridas en los órganos sexuales. “Es un delito que se utiliza más como una excusa para detener”, acusó la especialista
“Lo que nosotros estamos evidenciando es que se está utilizando el derecho penal, que es la herramienta más extrema y punitiva que tiene el Estado, para una conducta que no afecta a terceros, que no tiene siquiera implicaciones en la salud pública”, acusó Ibarra.
Incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció que el consumo de cannabis está protegido por el libre desarrollo de la personalidad. Pero para consumir primero tienes que poder tener la sustancia.
Sin embargo, el abogado y catedrático de la UNAM, José Antonio Álvarez de León, resaltó que el problema de la despenalización de las drogas para México es que somos abastecedores de Estados Unidos, donde se ha visto que la demanda no solo va aumentando, sino que también va cambiando sus preferencias.
También puedes leer: Prohibir drogas también ha impedido desarrollar terapias
“No podemos legalizar todas las drogas. Entonces los narcotraficantes se adueñan de la comercialización de la droga que pasa a la regulación, pero van brincando a otra que le sigue manteniendo su mercado, le sigue dando ganancia y eso lleva a las mismas lógicas de la violencia”, consideró el abogado.
Sin embargo, no deberíamos quitar el dedo del renglón y darle la oportunidad a una alternativa que ha demostrado ayudar a disminuir los índices de violencia a causa del narcotráfico, ya que, evidentemente las estrategias que los gobiernos mexicanos han tomado hasta ahora, no están teniendo resultados.
