La salud materna no es una prioridad del gobierno mexicano

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Entre 2000 y 2020, una mujer murió cada dos minutos por problemas con el embarazo o el parto, según el informe Tendencias en la mortalidad materna del Grupo Inter-Agencial para la Estimación de la Mortalidad Materna de las Naciones Unidas (MMEIG, por sus siglas en inglés) publicado el 23 de febrero de 2023. 

Latinoamérica y el Caribe es la única región de todo el mundo cuya tasa de mortalidad materna no se redujo claramente en las últimas dos décadas y de 2016 a 2020 aumentó en un 15%. 

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En México la mortalidad materna venía a la baja de 2016 a 2019, sin embargo, en 2020 la tendencia cambió en parte debido a la pandemia de Covid-19. 

Dos factores contribuyeron a este aumento en muertes maternas: complicaciones en el embarazo exacerbadas por el virus que causa el COVID-19, y/o la saturación de los servicios de salud. 

Prioridades, prioridades, prioridades…

Sofía del Refugio Reynoso, experta en temas de salud materna y derechos sexuales y reproductivos, nos explicó que la mortalidad materna no solo es “un indicador sustancial de los derechos humanos”, también es un reflejo de las prioridades del estado. 

En los últimos años, nos dijo la también colaboradora para la Organización Mundial de la Salud, la región ha experimentado cambios políticos importantes, y con nuevos gobiernos vienen nuevos proyectos, presupuestos y sobre todo nuevas prioridades. 

“Lo primero que se afecta” con los cambios de gobierno “es la parte de los presupuestos” y a menos que llegué un gobierno particularmente comprometido con la salud, este es uno de los rubros que generalmente recibe recortes importantes lo cual afecta directamente la salud de las mujeres, nos comentó.

“La organización Mundial de la Salud recomienda que mínimo el 6% del PIB se destine a salud y México anda apenas rascando al 2%”, nos dijo Sofía del Refugio Reynoso, quien pertenece al Comité Promotor por una Maternidad Segura (CPMS), sobre la situación presupuestal del sector salud en México.

Un problema de pobreza y responsabilidad familiar

Sofía Reynoso trabajó 32 años en la Secretaría de Salud Federal en el área de Salud Materna y Perinatal, desde dónde tuvo la oportunidad de entender las causas de fondo de la mortalidad materna. “El problema afecta más a las mujeres pobres”, nos mencionó. 

La experta compartió sobre una práctica que realizó por muchos años para comprender el fenómeno: las autopsias verbales. Estas consistían en tener una conversación detallada con quien fuera el o la acompañante de la mujer que murió durante el proceso. 

En su experiencia la mayoría de las mujeres tienen “una situación complicada económicamente”. Sin embargo, lo que propicia la muerte es en gran parte la “responsabilidad familiar”. 

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Las mujeres mexicanas, nos explica, tienen muchas tareas. Son madres, trabajadoras, esposas y amas de casa, por lo que su propia salud, incluso durante el embarazo, queda en segundo plano. 

En temas de salud materna el tiempo es clave, nos comentó, por lo que las mujeres que no pueden dejarlo todo para atenderse son quienes más mueren. 

Los niños, el quehacer, la comida, el esposo, los adultos mayores… de todo se encargan las mujeres en la sociedad mexicana. Y el peso de estas labores lleva a demoras en la atención médica. 

Los retrasos “deciden la vida de la mujer” reflexiona la experta. 

“Yo como mujer me hago a un lado por atender a los demás, la prioridad son los demás” es la mentalidad que, nos explica, tienen muchas mujeres, la cual les puede costar la vida. 

Falta de recursos

“Observamos que, sobre todo en este gobierno, estos presupuestos han ido a la baja” nos cuenta Sofía Reynoso. 

El Centro de Análisis e Investigación Fundar, la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar y el Comité Promotor por una Maternidad Segura realizaron recomendaciones sobre la distribución del presupuesto para 2023 dirigida a derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. 

Estas organizaciones encontraron que actualmente hay tres problemas que impiden que todas las mexicanas tengan acceso a este derecho.

En primer lugar, “Por cualquiera de las vías que se analice, los recursos” para el programa presupuestario que cubre este tema “son insuficientes para satisfacer las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres” explica el documento proporcionado por Sofia Reynoso que emitieron las organizaciones para proponer un aumento. 

En términos reales lo asignado para 2023 es 28% menos que lo que se dió en 2019. Esta disminución, explican, afecta “los derechos de las mujeres, pues menos recursos significan menos atenciones, menos insumos y medicamentos, menos muertes maternas evitables, menos acciones de prevención, etc.” 

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Las organizaciones proponen aumentar el presupuesto de $2,235 millones de pesos a $3,116 millones de pesos. 

El segundo problema que encuentran es que el ejecutivo recorta el ya precario presupuesto que asigna la Cámara de Diputados a salud sexual y reproductiva de las mujeres. Por lo que piden al poder legislativo que no permita dichos cortes y que pida al poder ejecutivo rendición de cuentas sobre estos recursos. 

Finalmente, encuentran que no hay transparencia sobre los recursos destinados por medio del INSABI a salud sexual y reproductiva de las mujeres “a pesar de ser la fuente presupuestaria más cuantiosa” por lo que proponen al legislativo que se asegure de que estos realmente financian para lo que fueron destinados. 

Sofía Reynoso nos explica que lo que se necesita para evitar la muerte de cientos de mujeres es  “voluntad política, pero en este momento la voluntad política está en otro lado”. “La muerte materna es el mejor indicador de cómo una sociedad valora a sus mujeres, de la real importancia que les confiere, de cómo respeta sus derechos humanos y de la congruencia, o no, entre los discursos políticos y  la movilización de los recursos necesarios para que los eventos reproductivos lleguen a satisfactorios desenlaces” concluyó Reynoso recordando la frase de la Dra. Mary Carmen Elú, fundadora del CPMS.

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