Salud mental es solo para quien pueda pagar por ella

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En México, de cada 20 personas, cinco han tenido un trastorno mental en algún momento de su vida pero solo una ha recibido atención médica de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente

Sumado a eso, casi nada del presupuesto de salud se destina a prevenir y atender los problemas mentales a tiempo.

Además, muchas personas no saben identificar síntomas de trastornos mentales al estar estigmatizados. Así, los mitigan con alcohol y otras drogas, y el resultado es una población en constante riesgo de adquirir un trastorno mental y una adicción, lo que se conoce como trastorno dual, que poco a poco y de manera silenciosa, va en aumento, explicó a Cuestione la presidenta de la organización civil Red Voz Pro Salud MentalDunia Pintado.

Para tratar un trastorno dual es necesario contar con especialistas en psicología y en adicciones. La realidad es que el sistema de salud público apenas se da abasto con la atención de enfermedades físicas pero la atención a la salud mental está desprotegida, añadió Pintado.

El camino para diagnosticar una enfermedad mental es complicado, dijo la presidenta de la organización; en primera, la familia y la persona que la padece deben aceptar el problema porque aún hay estigmas en torno a los padecimientos mentales. Pero luego comienza otro camino, el de encontrar ayuda médica. Las personas con un trastorno mental pueden tardar entre cinco y siete años en encontrarla.

“La salud mental está en crisis” y de no atenderla se correría el riesgo de que incremente el número de personas con algún trastorno y que padecimientos como la depresión se sitúen en el mismo lugar de peligrosidad en el que en la actualidad está la obesidad, dijo a Cuestione la exdirectora del Consejo Nacional de Salud Mental de la Secretaría de Salud, Virginia González.

La salud mental no está en la cabeza de las autoridades

En 2020 la depresión será la segunda causa de la discapacidad en el mundo, pero en países con menores niveles de desarrollo como México, será la primera, ello, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud

Si bien la depresión es la que más ha subido entre la población mexicana en los últimos años, también hay más personas con esquizofrenia y trastorno bipolar, dijo Pintado al mencionar que en el país. Tampoco hay avances en prevención, la depresión es la segunda causa de ausentismo laboral. 

Un trastorno mental puede generar pobreza y desintegración familiar, en primera, por el alto costo de tratamientos médicos, que por lo general se acompañan con terapias psicológicas; y en segunda, por la falta de acceso a atención médica con servicios de salud gratuitos. 

Las cifras de suicidio, que son una manera de observar la salud mental de una sociedad, tampoco han mejorado: seis mil 808 personas se quitaron la vida en 2018. Esto quiere decir que cada día se suicidaron 18 personas. En 2017, después de las agresiones, el suicidio fue la segunda causa de muerte en hombres de entre 15 a los 29 años. 

El valor de la salud mental

Aumenta el problema, pero lo que no aumenta es el presupuesto. De  2015 a 2017, los recursos que se destinan a la salud mental han bajado cada año. En 2017, el gasto en salud mental fue de dos mil 586 millones de pesos, solo 2% de los recursos totales que se destinan a la salud.

En países de ingresos medios y bajos el gasto público en salud mental es de menos de dos dólares por persona, es decir, unos 40 pesos mexicanos, mientras que las naciones con altos ingresos económicos destinan 58 dólares, lo que equivale a poco más de mil pesos por persona. 

Las consecuencias

En México viven 7.6 millones de personas con alguna discapacidad, pero más de dos millones, es decir 33.5% de esas personas, tiene discapacidad por trastornos mentales, neurológicos y debidos al consumo de sustancias según el informe La carga de los trastornos mentales en la Región de las Américas, 2018En Latinoamérica, una persona discapacitada por depresión pierde un promedio de 14 años de vida.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abordó el tema con representantes del gobierno mexicano del pasado sexenio; se llegó a la conclusión de que no existe una verdadera transformación a los servicios de salud mental, incluso se asumieron ciertos compromisos para mejorarlos, pero vino el cambio de administración y ya no se le ha dado seguimiento. 

En México es poco común que las personas atiendan su salud mental por considerar algunos síntomas como pasajeros o sin importancia, también por los estigmas que giran en torno a la misma. Además, el sistema de salud público no ayuda a la detección oportuna y tratamiento. 

En el país, el estado de la salud mental está de cabeza.

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