Desde este 10 de abril, La Secretaría de Educación Pública (SEP) dejará de proporcionar información educativa al Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) y con ello será más difícil para México encontrar indicadores educativos. Esto bajo el argumento de que la SEP considera que sus datos no cumplen con la periodicidad necesaria para que se les considere de interés nacional.
“Que los datos no estén en el Inegi no quiere decir que desaparezcan”, aclara Gonzalo Suárez Prado, ex subsecretario de Educación de la Ciudad de México y catedrático del ITAM, “sino que van a complicar mucho más su búsqueda y va ser bastante más complicado por la facilidad que tiene el Inegi de poder comparar distintas series de datos como por ejemplo pobreza frente educación. Ahora lo tendríamos que hacer, explica el economista, “con bases de datos por separado que no son estrictamente comparables y que solo las tendrán la SEP y ya no el Inegi”.
En el Diario Oficial de la Federación DOF:10/04/2023 queda por sentado cómo la SEP promovió desde el 2022 que se revocara la determinación como “Información de Interés Nacional” al Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG). De esta manera, El SNIEG dejará de proporcionarle al Inegi datos sobre nóminas magisteriales, resultados de evaluaciones, características de la infraestructura educativa, entre otros rubros.
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“Su alegato es que no tienen la periodicidad trimestral que estaría pidiendo el Inegi para mantenerla en sus bases de datos porque la información que tiene la SEP es de forma anual y con casi dos años de desfase”, nos explica Suárez Prado.
La Secretaría de Educación Pública – a cargo de Leticia Ramírez Amaya desde el 2022 -, argumenta que el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica a su cargo no cuenta con los atributos necesarios para que sus indicadores sean clasificados bajo el rubro de Información de Interés Nacional y en lugar de hacer lo que corresponde para actualizar sus cifras y así cumplir con los tiempos establecidos por el Inegi, prefiere mejor dejar de informarle.
La decisión tomada “es pésima porque aleja al gobierno de la sociedad, aleja la ambición educativa que tienen los jóvenes de la oportunidad de conocerlos y no nos permite como sociedad evaluar de manera confiable lo que pueda suceder en el futuro educativo del país”, afirma Carlos Fernando Abascal Sherwell, Presidente de la Organización Nacional de Apoyo Interuniversitario A.C. en entrevista para Cuestione.
El SNIEG, creado en el 2008 durante el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa del Partido Acción Nacional (PAN), tiene como finalidad suministrar a la sociedad y al Estado Información de calidad, pertinente, veraz y oportuna, a efecto de coadyuvar al desarrollo nacional. Este objetivo ya no se le cumplirá a México a través del Inegi, sino desde la SEP y a su manera, explican los especialistas.
En un documento llamado Principios y Buenas Prácticas para las Actividades Estadísticas y Geográficas del SNIEG que aparece en su página de Internet, al pie de la letra se lee la importancia de su función informativa “para que se tomen en cuenta las mejores prácticas, tanto nacionales como internacionales, de conformidad con lo que establece la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica”.
Implicaciones de dejar de informar sobre la calidad educativa
Pero ¿Qué implica para México, la educación y la sociedad que el Inegi ya no revele información educativa? “Un gran retroceso y una opacidad muy clara, parece que es lo que la presente administración pretende impulsar como una nueva reforma educativa”, afirma el especialista en educación Abascal Sherwell.
“Es preocupante”, señala también Gonzalo Suárez, porque desde su creación a mediados de los años 70 en su origen El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, compila de manera ordenada, sistemática, en una de las bases de datos más importantes del país, todas las estadísticas nacionales. Y el hecho de que el Inegi deje de coordinar estas estadísticas educativas “va complicar el trabajo de evaluación, medición y planeación que muchas personas realizan a partir de ellas”.
El sistema educativo mexicano, recuerda Abascal, ya viene arrastrando un rezago desde hace 40 años, mucho antes de la Reforma Educativa promovida por el ex presidente Enrique Peña Nieto. “De ahí la intención de que se hiciera una evaluación constante, programas educativos que hoy permiten generar cifras al Estado para evaluar, analizar, proponer, pero si no se dan a conocer por los canales adecuados como el Inegi, preocupa por la opacidad que se genera”, reitera Carlos Abascal.
Para el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), la determinación de la SEP de no compartir más información con el Inegi, pone en riesgo la calidad de la información educativa. “Esta decisión es otro golpe para la generación de información pública periódica, oportuna y de calidad en materia educativa”, manifiesta el Instituto.
Adicionalmente, México suspendió en el 2021 por instrucciones del gobierno en turno la aplicación de las pruebas PISA para estudiantes de secundaria, alegando que no hay condiciones para comparar a México con países ricos y con ello se perdió la fuente más importante de información detallada sobre los conocimientos y habilidades que alcanzan los alumnos mexicanos, informó IMCO.
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“¡Al diablo con sus instituciones!”
Además de la SEP, existe un prontuario de instituciones públicas y organizaciones internacionales a las que el presidente López Obrador considera como “organismos incómodos” a su gestión.
Era el 2006 y Andrés Manuel perdía las elecciones contra Felipe Calderón en una controversial elección donde su partido exigió el conteo “de voto por voto, casilla por casilla” para demostrar que había un supuesto fraude electoral en los resultados. Sin embargo el triunfo de Calderón con el 0.56% sobre su contrincante, fue ratificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el candidato de izquierda soltó la frase: “¡Al diablo con sus instituciones!”.
Hoy como presidente de México, Andrés Manuel sostiene una serie de ataques contra varias instituciones y organismos como Artículo 19, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, (INAI), cada vez que no le favorecen.
En marzo pasado, Artículo 19 – una organización que defiende la libertad de expresión y el derecho a la información – documentó en su último informe que el año 2022 era el más letal contra la prensa en México al acumular doce periodistas asesinados, 696 atentados, polarización del debate, censura, manipulación y espionaje por parte de las fuerzas militares.
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Entonces el presidente de México acusó a la organización de hacer parte de un grupo conservador que está en contra de su proyecto político. Para la prensa extranjera, la soberanía nacional es una de las líneas “rojas” de López Obrador “y todo aquél movimiento que sea interpretado desde Palacio Nacional como una injerencia exterior, ya sea en materia energética o de seguridad, se expone a recibir un embate del presidente”, se lee en diario español El País.
Otra institución víctima del mismo cometido presidencial, es el Instituto Nacional Electoral (INE). Andrés Manuel presentó el año pasado una reforma constitucional para reducir el presupuesto y el personal de la institución encargada de las elecciones en México. Medio millón de personas – según los organizadores – salieron a marchar en el Zócalo capitalino y en distintas plazas al interior del país para decirle al presidente que “El INE no se toca”. Sin embargo; el gobierno dijo que no se manifestaron más de 90,000 personas.
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Ayer un nuevo golpe desde Palacio Nacional se le asestó al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, (INAI), creado durante la administración del presidente Vicente Fox Quesada (2000–2006) como un organismo autónomo que garantiza el acceso a la información pública y la protección de datos personales.
En su conferencia matutina, el presidente de México afirmó que “El INAI no sirve para nada”, “Es un cero a la izquierda” y “No ha ayudado a combatir la corrupción”.
Sin embargo, gracias al INAI, se han revelado en México investigaciones periodísticas como la de La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto que mostró la mancuerna entre el gobierno y Grupo Higa, una empresa que construyó la vivienda de la entonces pareja presidencial y apareció en varias licitaciones del gobierno. El acceso a la información, también dio a relucir el caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de América Latina del cual México también hizo parte.
