En el Servicio Médico Forense de Mexicali cada año llegan entre 9,000 y 10,000 cuerpos, pero últimamente un número cada vez mayor de los cadáveres que terminan ahí tienen las mismas características: son personas que murieron debido a paros cardiorrespiratorios; todos tienen el cuerpo azul y en muchas casos todavía tienen jeringas colgadas de sus brazos o piernas. Son personas que murieron a causa del abuso de fentanilo, revela información de Insight Crime.
En una entrevista con el diario El Universal, el director del Servicio Médico Forense de Baja California, César González Vaca, señaló que desde de 2017 han detectado un incremento sostenido en muertes por sobredosis, aunque no pueden determinar la droga que las ocasionó.
“En 2017 fue donde se elevó en Tijuana. De 2017 para atrás, en promedio eran 400 a 500 (muertes por sobredosis), por ahí oscilaba. A partir de 2017 fue el doble. Casi 900 y de ahí para adelante 900, 1,000, 1,200 y ya no ha bajado”, dijo.
Este cambio lo comenzó a ver Said Slim, cofundador de Integración Social Verter, una organización de la sociedad civil que ante el aumento del consumo de fentanilo en la frontera noroeste de México está introduciendo políticas de reducción de daños para atender a la población afectada.
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“El fentanilo llegó escondido en la heroína”
En entrevista, Slim nos contó que entre 2017 y 2018 el fentanilo llegó a Mexicali de manera clandestina, es decir, mezclado con la heroína que consumían los usuarios de drogas en esa ciudad del estado de Baja California.
“Se empezó a mezclar la sustancia sin avisar a los usuarios. Pensaban que estaban consumiendo heroína, pero estaba contaminada con fentanilo”, nos dijo. “Los mercados ilegales de drogas empezaron a adulterar, principalmente porque abarataban el costo de producción de los opioides. Es más fácil importar precursor para fentanilo que sembrar un campo de amapola y después producir heroína”.
Los números oficiales, nos comenta, no dan cuenta de lo que está ocurriendo en la frontera. Para las fechas en las que Said Slim comenzó a detectar este cambio en los patrones de consumo de drogas, el gobierno federal realizó la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 en México. El fentanilo ni siquiera aparecía mencionado.
En EU, desde 2017 el expresidente Barack Obama lanzó una alerta por el abuso en el consumo de este opioide sintético que es hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Reportan aumento en sobredosis, pero no pueden ligarlas a fentanilo
Según el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas elaborado por la Comisión Nacional contra las Adicciones, el número de personas que había consumido fentanilo pasó de apenas 24 entre 2013 y 2018 a casi 100 entre 2019 y 2020, y ya para 2021 llegaba a 184.
En 2017 una sola persona buscó tratamiento para su adicción, fueron 184 en 2021, reveló. “Realmente no saben la magnitud del problema porque no han hecho un mapeo. El 90% de la gente que consume heroína y fentanilo vive en la calle”, afirmó Slim.
El experto nos comentó que aunque han detectado el incremento de muertes por sobredosis, no hay registro preciso de las sustancias que las ocasionaron.
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Un análisis de Insight Crime detalla que en 2020, se reportaron 1,735 muertes por sobredosis de drogas en México, según datos publicados este año por la Comisión Nacional contra las Adicciones.
Sin embargo, el trecho para determinar si una muerte por sobredosis está relacionada con el abuso de fentanilo es todavía largo.
Para tratar de conocer la magnitud del problema, el Semefo en Mexicali comenzó a practicar pruebas rápidas de uso de drogas, incluyendo el fentanilo, a los cadáveres que recibieron entre junio y agosto de 2022. De todos los casos, el 55 por ciento dio positivo a abuso de sustancias, 33 por ciento de estos era por fentanilo, que de acuerdo con el director del Servicio Médico Forense de Baja California, César González Vaca, ya es la segunda droga más popular en esa ciudad fronteriza.
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Pero a pesar de detectar el fentanilo, las muertes no se pueden catalogar como producto de sobredosis por esta sustancia, pues en las pruebas solamente se muestra la presencia de la droga, mas no la cantidad.
“Sin datos definitivos la magnitud del problema es incomprendida e ignorada”, alertó InSight Crime. Para Said Slim el problema ya es visible, pues comienza a volverse epidemiológico. “Hay un total desconocimiento de la situación en torno al consumo de sustancias”, nos dijo.
Uso libre de antídoto contra fentanilo es ilegal en México
También nos explicó que a pesar del aumento de casos de sobredosis por fentanilo y el incremento del consumo de esta droga en Mexicali y Tijuana, el gobierno aún no libera la naloxona, medicamento que ayuda a revertir los efectos en caso de una sobredosis de opiáceos como el fentanilo y que en México está controlado por considerarse psicoactivo.
El cofundador de Integración Social Verter nos dijo que organizaciones de la sociedad civil acceden a esta medicina que puede salvar vidas -y que en México es ilegal- a través de fundaciones u organismos del otro lado de la frontera, donde es de venta libre y cuesta apenas $2 dólares en comparación con los más de $500 pesos que cuesta en el país.
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Aunque ha habido intentos para liberar la naloxona, han sido infructuosos. En febrero de 2021 el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, presentó una iniciativa para eliminar al medicamento de la lista de sustancias psicoactivas de la Comisión Federal para Prevención y Riesgos Sanitarios, sin embargo fue rechazada. Desde entonces no hay avances en torno a este debate.
Abren en Mexicali primera sala de consumo seguro en AL
Ante este escenario, Verter está introduciendo acciones de reducción de daños para prevenir las sobredosis a los usuarios de fentanilo. La organización abrió la primera y única sala de consumo seguro de la sustancia en México y América Latina.
“El gobierno está dejando de hacer muchas cosas”, reprochó.
En este espacio, Verter brinda atención a personas que consumen drogas, analizando cuál es contenido de las dosis que utilizarán, dando resguardo y supervisión y con un equipo que tiene capacidad de reacción en caso de que se suscite una sobredosis.
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Al llegar a la sala de consumo seguro, nos explica, las personas usuarias de drogas deben firmar una carta responsiva para aclarar que lo hacen bajo su propia responsabilidad, se hace un análisis de las sustancias y se les asigna un espacio, donde pueden consumir la droga de manera anónima y segura.
“No hay venta de drogas, no pueden compartir inyecciones, no pueden molestar a otras personas. En caso de una sobredosis va a ver un staff que puede responder con naloxona e incluso se les puede asistir para colocar la sustancia en las venas de manera segura”, nos comentó.
Slim nos dijo que la sala tiene tres cabinas, donde los usuarios pueden permanecer todo el tiempo que quieran, pero regularmente la ocupan durante 30 minutos. En este lugar, nos explicó, tienen un promedio de 20 visitas a la semana, aunque cuentan con la capacidad para atender a 10 personas a diario.
“Buscamos que cambien las políticas de drogas. En México tenemos las mismas políticas que promovió Richard Nixon, que era la guerra contra las drogas y ver el tema del consumo de drogas desde el tema de la justicia y la criminalización y no desde la óptica de la salud pública”, observó.
