¿Qué está pasando en Sonora? Es el estado en el que más han aumentado los asesinatos desde 2018

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El 25 de noviembre pasado mataron a la activista feminista Marisol Cuadras enfrente del Palacio Municipal de Guaymas, Sonora, mientras protestaba en contra de las violencias hacia las mujeres en un estado que libra una batalla entre viejos capos del narcotráfico: Rafael Caro Quintero e Ismael Zambada.

Según el secretario de Marina José Rafael Ojeda, Marisol quedó en medio del ataque de un grupo de sicarios que tenía la intención de asesinar al secretario de Seguridad municipal, Andrés Humberto Cano, en el mismo lugar y a la misma hora que ella protestaba.

En Sonora gobierna el ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, desde este año y es el estado en el que más ha crecido el número de asesinatos entre 2018 y 2021, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

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Cifras alarmantes

De acuerdo con el SESNSP, entre enero y octubre de 2021 –última cifra disponible– ocurrieron 1,344 asesinatos en Sonora, 729 más que en el mismo lapso de tiempo de 2018. 

Es el incremento más grande de asesinatos, seguido de Michoacán (707), Zacatecas (497), Nuevo León (293) y Morelos (276).

Además, entre enero y octubre de 2021, Sonora presentó una tasa de 45.6 homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes, 24.8 puntos más que en el mismo lapso de tiempo de 2018, cuando presentó una tasa de 20.9.

En este sentido, el incremento en Sonora es el segundo más alto del país en estos tres años, solo detrás de Zacatecas, donde la tasa de asesinatos por cada 100,000 habitantes aumentó 30.6 puntos entre enero y octubre de 2018 y los mismos meses de 2021.

¿Qué está pasando entonces en Sonora?

El regreso de Caro Quintero

El 3 de junio de este año, cuando el presidente López Obrador fue a Caborca, Sonora, lo recibió una narcomanta que decía que Rafael Caro Quintero y sus sicarios “quieren arrebatar estos pueblos a sus contrincantes y la autoridad lo sabe y se hace de la vista gorda”.

Rafael Caro Quintero, conocido como El narco de narcos, fue uno de los criminales más icónicos de los años 80 y uno de los jefes del cártel de Guadalajara en esa época junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto.

Fue detenido en 1985 y sentenciado a 40 años de prisión acusado de asesinar al agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, y al piloto Alfredo Zavala. Existe la leyenda de que ofreció pagar la deuda externa del país –80,000 millones de dólares entonces– a cambio de que lo liberaran.

En 2013 un tribunal de Guadalajara le dio un amparo porque el asesinato de Camarena debió ser juzgado por el fuero común y no en el federal, y por lo tanto ordenó su liberación porque ya había cumplido la pena de 28 años que se le debió haber establecido en 1985.

El gobierno de Estados Unidos pidió de inmediato que se le detuviera de nuevo y se convirtió en uno de los hombres más buscados por la DEA desde 2014.

De acuerdo con un reportaje del periódico Milenio, Caro Quintero se escondió en Sinaloa gracias a Ismael El Mayo Zambada, pero en 2017 se fue hacia Sonora por miedo a que lo volvieran a arrestar las autoridades.

Así las cosas, ese mismo año convocó a una reunión con capos locales y sus sobrinos Juan Pablo y Saúl Quintero Navidad para fundar el Cártel de Caborca y recuperar los territorios de Sonora que fueron suyos en los años 80.

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Derecho de antigüedad

Una de las primeras acciones que tomó el Cártel de Caborca fue crear el comando armado La Barredora 24/7 en alianza con La Línea, otro grupo formado por ex sicarios del Cártel de Juárez.  

La misión de recuperar Sonora por una especie de “derecho de antigüedad” enfrentó a Caro Quintero con el Cártel de Sinaloa, es decir, contra El Mayo Zambada y los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.

El experto en temas de seguridad pública Víctor Sánchez Valdés dijo a Cuestione que el tema es un poco más amplio, ya que Sonora “es centro de varias disputas y no es un solo campo de batalla”.

En el sur, de Navojoa a Guaymas, tiene poder el cártel de los Beltrán Leyva, mientras que de Hermosillo hacia la frontera con Estados Unidos tienen el control Los Salazar, que son una facción del Cártel de Sinaloa.

A esto hay que agregar la región del oeste de Sonora, que va de Caborca hacia Baja California, y que está controlado por familiares de Caro Quintero y, de acuerdo con Sánchez Valdés, esto no necesariamente significa que el líder sea El narco de narcos.

Por último, en la zona de San Luis Río Colorado hay presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación. Entonces, “lo que sucede es que el Cártel de Sinaloa con Los Salazar tiene cobertura en todo el estado” y tiene conflictos en varias zonas de Sonora con distintas organizaciones criminales.

Los asesinatos de seis menores de edad y tres mujeres de la familia LeBarón en Bavispe, Sonora, según Milenio, podrían estar relacionados con la lucha del Cártel de Caborca por apropiarse de tierras ricas en litio. Aunque Sánchez Valdés considera que Los Salazar serían quienes estarían detrás de estos crímenes.

Abel Murrieta, el candidato de Movimiento Ciudadano a presidente municipal de Cajeme, Sonora que fue asesinado 20 días antes de las elecciones intermedias del 6 de junio de este año, era consejero jurídico de la familia LeBarón.

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Panorama sombrío

El politólogo José Andrés Sumano Rodríguez escribió en Nexos que “Sonora es hoy particularmente estratégico para las organizaciones criminales”, por el tráfico de personas, armas y drogas hacia Estados Unidos, pero también debido a “la disputa por los recursos naturales del estado, como las minas de oro y litio”.

Además, según Sumano la zona sur de Sonora es el puerto de entrada de precursores químicos de fentanilo y metanfetaminas que provienen de China.

“El gobierno federal decidió desplegar a la Guardia Nacional ante la incapacidad de las autoridades locales (…) Sin embargo, el despliegue de la Guardia Nacional en la entidad tampoco ha dado resultados, pues los homicidios y desapariciones en la zona se siguen acumulando”, escribió Sumano. 

Sánchez Valdés considera que el panorama es sombrío porque “no se ve un escenario en el que baje la violencia” ya que es una de las zonas más estratégicas para el crimen organizado.

El 13 de septiembre de este año Alfonso Durazo tomó posesión como gobernador de Sonora, después de ser el encargado de la seguridad pública a nivel federal. ¿Le hará justicia a Marisol Cuadras? ¿Logrará detener el aumento de violencia en ese estado?

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