Trabajo informal, sobrecarga en hogar y brecha de género: razones del alto desempleo de mujeres durante la pandemia

Compartir:

La crisis por la pandemia por la COVID-19 tuvo un grave impacto en los puestos de trabajo ocupados por mujeres en México, quienes al cuarto trimestre del 2021 ocuparon el 44.7% contra un 76.4% de los hombres de personas de 15 y más años, económicamente activas, según indican datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOE-NE) del INEGI.

El estudio Efectos de la pandemia en circunstancias de teletrabajo en México que elaboró el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló que el nivel de ocupación de los hombres en agosto de 2021 se encontró 3% por debajo de lo registrado en enero de 2020 y para las mujeres, ese nivel era 7%.

Te puede interesar: ¿Cómo buscar empleo en CDMX después de la contingencia sanitaria?

Además, de acuerdo con el mismo estudio, las mujeres invierten 30.8 horas semanales en trabajo doméstico no remunerado para sus propios hogares, contra 11.6 horas de trabajo doméstico invertidas por los hombres a la semana.

Y también las mujeres destinan 12.3 horas semanales de trabajo no remunerado de cuidados a integrantes del hogar contra 5.4 horas semanales que destinan los hombres, pero además, de cada 10 pérdidas de puestos de trabajo, siete fueron de mujeres durante la contingencia sanitaria por COVID-19.

Al cierre de 2021, 28.7 millones de mujeres mayores de 15 años no se encuentran económicamente activas, de las cuales 4.6 millones de mujeres se encuentran disponibles para trabajar.

Estas cifras, comparadas con los 11 millones de hombres en esta misma situación, nos habla de una brecha de género preocupante en el ámbito laboral, pues de los hombres inactivos económicamente solamente son 2.8 millones quienes se encuentran disponibles, pero sin empleo, una cifra que para las mujeres era 4.6 millones.

Siete de cada 10 pérdidas de empleo fueron de mujeres

Al inicio de la pandemia la pérdida del empleo fue brutal. Se estiman alrededor de 12.5 millones de empleos perdidos entre marzo y abril de 2020. Uno de los sectores más golpeados fue el de servicios -educación, turismo, hotelería, salud, etcétera- que está principalmente ocupado por mujeres, nos explicó la economista Carolina Rivas Herrera.

Aunque la recuperación laboral ha avanzado de manera positiva en sectores como agricultura, comercio, construcción, transporte, comunicaciones y electricidad, la reintegración de las mujeres al mercado laboral ha sido más lenta que la de los hombres.

“Una de las cosas que más agrava la situación para la reinserción de las mujeres al mercado laboral son precisamente los roles de género, los estereotipos de maternidad y cuidado de los hijos”, advirtió Rivas.

La especialista resaltó que es muy importante que las políticas públicas laborales estén encaminadas a brindar a las mujeres las oportunidades, medios y herramientas para reinsertarse al mercado laboral de manera exitosa.

“Y con esto me refiero a guarderías, escuelas de tiempo completo y también una serie de bienes públicos como transporte seguro, infraestructura y alumbrado”, dijo.

Otro de los factores importantes es que el mercado informal en México absorbió el 63% de los empleos perdidos entre el primer trimestre del 2020 y el mismo periodo del 2021, sector en el que participan muchas mujeres en puestos como vendedoras, empleadas de pequeños negocios y empleadas domésticas, entre otros.

También puedes leer: 33 millones de mexicanos sin empleo formal no tienen acceso a la salud

Además, hay que considerar que en el sector salud, de acuerdo con la CEPAL, el 73.2% de las personas empleadas en el sector salud son mujeres.

“Eso quiere decir que sí hubo una mayor exposición de las mujeres a tener que enfrentar una serie de condiciones laborales extremas, con jornadas laborales muy extensas y además que estuvieran en un alto riesgo de exposición a contagiarse de la COVID-19, esto es un factor directo en la pérdida de puestos laborales”, explicó la economista.

De acuerdo con cifras del INEGI, entre marzo y abril del 2020 se perdieron 12.5 millones de puestos de trabajo, siendo el trabajo informal el más afectado, pues la pérdida inicial de los puestos de trabajo informales fue de 10.4 millones y 2.1 millones de empleos formales.

La brecha salarial se amplía más del 40% tras el primer año de maternidad

El informe del PNUD también acusa que existe una penalización por parte del mercado laboral contra las mujeres con hijos e hijas y que aproximadamente la mitad de las mujeres que se encuentran trabajando de forma remunerada dejan de hacerlo al tener hijos o hijas. 

Lo preocupante es que esta penalización también se observa en términos salariales: en los hombres se muestra en promedio “un incremento en sus ingresos laborales del 11% un año después de convertirse en padres, mientras que en el caso de las mujeres madres, se observa una reducción del 33% de sus ingresos”.

Otro de los aspectos relevantes que revela la PNUD en México es que a pesar de que las mujeres mexicanas cuentan con una educación y formación mayor a la de los hombres, su participación en el mercado laboral no es proporcional.

La tasa de matriculación de educación media superior es del 80.9% para mujeres y del 76.7% para hombres; de educación superior es del 29.6% para mujeres y del 29.2% para hombres. 

Sin embargo, la participación en el mercado laboral es del 44.7% para las mujeres y el 76.4% para los hombres, lo que indica una brecha significativa que urge cerrar, nos explicó Carolina Rivas.

El estrés económico provoca violencia con los hijos e hijas, depresión y ansiedad

Las carencias económicas debido al desempleo durante la pandemia, sumado al incremento de responsabilidades del hogar y cuidado de las familias llevó a las madres incluso a violentar a sus propios hijos, nos explicó la psicóloga Patricia Ortega. Además, las madres en América Latina asumieron en un 74% el apoyo a la educación a distancia en el hogar y en un 87.7% la comunicación con las escuelas.

Esto trajo consigo importantes repercusiones emocionales y mentales que dispararon episodios prolongados de depresión, ansiedad y trastornos del sueño, sobre todo en mujeres con niveles educativos y socioeconómicos bajos que no cuentan con una red de apoyo familiar o social.

“Las mamás de los estratos económicos más favorecidos, que tuvieron recursos económicos y familiares, pudieron tener opciones para disminuir la ansiedad y la angustia, pues las escuelas privadas se conectaban efectivamente (a clases remotas), los niños podían tener sus clases en línea todos los días e, incluso, en algunos casos se contratan maestros personalizados para que la mamá no estuviera ahí haciendo la tarea con los niños”, ejemplificó Ortega.


Sin embargo, explicó la psicóloga, en las familias más pobres que no tuvieron estas facilidades, se presentaron situaciones de violencia intrafamiliar que fueron desde gritos hasta golpizas a los hijos, todo a causa del estrés y angustia con la que las madres sin recursos suficientes tuvieron que hacer frente a esta crisis a nivel mundial.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.