¿Qué hay detrás de la violencia en Tulum? Corre el riesgo de ponerse aún peor

Compartir:

La semana pasada, la influencer hindú Anjaly Ryot subió una fotografía a Instagram en la que se ve disfrutando de Tulum con el mar Caribe de fondo. Luego fue a cenar al restaurante La Malquerida y la mataron en medio de un tiroteo.

Se trató de “un enfrentamiento a balazos entre grupos delictivos dedicados a la venta de drogas”, según dijo la Fiscalía de Quintana Roo, el cual provocó la muerte de otra turista de origen alemán y lesiones en otros cinco visitantes extranjeros.

De acuerdo con el especialista en seguridad pública Víctor Sánchez Valdés, la balacera “para nada es una sorpresa”, ya que en los últimos cuatro años la región está en medio de una guerra de cárteles y la estrategia de seguridad del gobierno se quedó solo en el discurso.

Más sobre el tema: Tulum, el infierno feminicida donde policías municipales asesinaron a Victoria Salazar

Tulum no es como en Instragram

A pesar de que Tulum luce como un destino paradisíaco en redes sociales, Víctor Sánchez nos contó en entrevista que este no es un hecho aislado porque las autoridades -ni locales ni federales– han podido contener una escalada de violencia que lleva al menos tres años.

Para el experto, Tulum ha tomado relevancia últimamente pero en realidad la violencia ha subido en todo el norte del estado de Quintana Roo, que es la parte más atractiva para el turismo: Cancún, Playa del Carmen, Riviera Maya e Isla Mujeres

Y agregó que detrás de este incremento de violencia está la presencia de muchas organizaciones criminales en un mismo espacio de alta demanda de drogas.

La Ciudad de México y el norte de Quintana Roo son los lugares con mayor número de grupos de narcotraficantes operando, según Sánchez, que durante algún tiempo coexistieron pero desde hace cuatro años están en una guerra abierta.

“Ya hace muchos años estaba documentada la presencia de operadores del Cártel de Sinaloa y del Cártel del Golfo. Después llegaron los Caballeros Templarios, los Beltrán Leyva y los Guerreros Unidos. Los últimos que se sumaron y que han sido quizá los más beligerantes son el Cártel Jalisco Nueva Generación”, dijo el especialista.

Esto se debe a que es un mercado muy importante incluso a nivel global, de acuerdo con Sánchez Valdés, ya que recibe un flujo relevante de extranjeros que buscan diversión y acceso a productos ilegales, “no solo drogas sino redes de prostitución”, lo cual lleva a que todas las organizaciones criminales quieran su rebanada de pastel.

“La violencia aumentó a partir de la entrada del Cártel Jalisco Nueva Generación a la zona, pero no quiere decir que solo ellos son los responsables. Simple y sencillamente que desde que llegaron se desataron enfrentamientos entre las distintas bandas”, dijo el experto.

Te recomendamos: México está en los últimos lugares en índices de Estado de derecho y de seguridad

De paraíso a infierno

El especialista en temas de seguridad pública Víctor Sánchez Valdés aseguró que las autoridades no pueden decir que no vieron venir este aumento de violencia, o que los tomó por sorpresa, ya que no se necesita mayor labor de inteligencia para ver cómo ha ido incrementando los enfrentamientos.

Apenas el 12 de septiembre pasado mataron a dos personas en el restaurante Rosa Negra de Tulum. Por cierto que uno de los dueños del lugar, Eduardo Beaven, fue una de las personas heridas en el atentado del 15 de octubre afuera de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Para colmo, las autoridades municipales no solo no han destacado por contener esta violencia sino que tomaron relevancia en marzo de este año por asesinar a la migrante salvadoreña Victoria Salazar.

También en marzo de este año, un hombre fue asesinado mientras andaba en bicicleta en el Parque Nacional de Tulum, hubo otra balacera afuera del Hotel Bagatelle y hallaron el cuerpo decapitado de una mujer en un camino de terracería.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Quintana Roo es el décimo estado más violento del país, con una tasa de 23.8 asesinatos por cada 100,000 habitantes entre enero y septiembre de este año.

Los mismos números ponen a este estado como el tercero más feminicida, con una tasa de 2.17 mujeres asesinadas por cada 100,000 solo detrás de Colima y Sonora.

Seguramente te interesa: ¿La reforma eléctrica dividirá a Morena?

¿Qué le espera a Tulum?

Tulum corre el riesgo de dejar de ser uno de los destinos turísticos de moda en el mundo, ya que hay países como Alemania, Holanda, Canadá y Estados Unidos, que ya activaron una alerta de viaje para que sus ciudadanos no visiten esta zona del país.

Es decir que está en peligro una importante derrama económica en Quintana Roo. Por ejemplo, en 2019, antes de la pandemia, el estado recibió 22 millones de visitantes y recaudó 14,000 millones de dólares.

Ahora que las organizaciones criminales han ido en aumento, de acuerdo con Sánchez Valdés, la violencia es más visible porque mueren turistas, esto pega a la percepción seguridad y reduce el turismo, que es algo que ya le pasó a Acapulco.

Una vez que las bandas se adueñaron de Acapulco, ahuyentaron a los turistas y “esto impactó de manera negativa en los ingresos de un altísimo porcentaje de la población que depende de estos servicios”, lo cual hizo que este puerto entrara en un círculo vicioso de más pobreza y más violencia.

Para el especialista este es un riesgo latente para Tulum si las autoridades tanto federales, como del estado –gobernado por Carlos Joaquín González de la alianza PAN y PRD–, como del municipio –en el que gobierna Marciano Dzul de la coalición “Juntos Haremos Historia”–, no le ponen atención.

Tal vez te interese: Miscelánea fiscal 2022: sin más impuestos, pero con refuerzos al sistema tributario que pueden afectar a las empresas

¿Y el Ejército en las calles?

Reducir la violencia era la razón principal por la que se modificó la Constitución para que las Fuerzas Armadas hicieran tareas de seguridad pública, sin embargo, para Víctor Sánchez Valdés esto no está generando buenos resultados.

“¿Qué tiene de diferente mantener al Ejército en las calles de lo que hicieron Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto? A lo mejor el presidente López Obrador intenta plantear en el discurso  que es algo totalmente distinto, pero en esencia es lo mismo”,  dijo Sánchez Valdés.

Y concluyó que se deben plantear otro tipo de estrategias, si no las buenas intenciones se van a quedar solo en el discurso, como “apostar por el fortalecimiento de las policías locales, ya que apostar por el uso de una fuerza mayúscula como el Ejército “termina convirtiéndose en parte del problema”.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.