Un nuevo tiroteo en Nuevo Laredo con militares involucrados deja 5 muertos, muchas dudas y pocas respuestas

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La noche del 25 de febrero varios jóvenes salieron de fiesta en Nuevo Laredo, Tamaulipas. A eso de las 04:00 horas del domingo, Gustavo Pérez Berilos, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Gustavo Ángel Suárez, originario de EU, Alejandro Trujillo Rocha y Luis Gerardo emprendieron el camino de regreso a sus casas, pero nunca llegaron.

Los jóvenes fueron asesinados a tiros por militares que vigilaban la ciudad, donde el Cártel del Noreste, conformado por lo que queda de Los Zetas, intenta imponer su dominio.

Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, una organización de defensores y activistas que brinda asistencia en los cada vez más frecuentes tiroteos en esa ciudad,explicó que testigos dijeron que los jóvenes eran seguidos por elementos del Ejército desde que salieron del centro nocturno Mr. Pig, el antro de moda de esa ciudad fronteriza.

Sin embargo, en la esquina de la avenida Huasteca y Méndez, en la colonia Manuel Cavazos Lerma, los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional abrieron fuego contra la camioneta Silverado en la que se trasladaban los jóvenes. El resultado fue cinco muertos y uno gravemente herido

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Como testigos de la agresión quedan 80 orificios de balas en un domicilio cercano, nos dijo Raymundo Ramos. “Están falsamente intentando aparentar que en este crucero hubo un enfrentamiento o una agresión a militares y eso no ocurrió”, nos dijo.

El defensor de derechos humanos apuntó que de acuerdo con testigos los jóvenes todavía estaban vivos a las 05:00 horas, sin embargo los militares no solicitaron auxilio médico y, por el contrario, siempre según los testimonios recabados por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, dos de los jóvenes heridos fueron rematados con tiros en la nuca cuando estaban en el piso. 

De acuerdo con Ramos cuatro militares ya están identificados y reconocen su participación en los hechos, que derivaron en protestas de vecinos y familiares contenidas con tiros al aire, según consta en videos difundidos en redes sociales.

“El Ejército mexicano está fuera de control. La fiscalía tiene que aclarar lo que pasó y el presidente debe dejar de protegerlos”, señaló el abogado, que el lunes presentó una denuncia conjunta con los familiares de las víctimas.

“Estamos haciendo un llamado urgente al Presidente de México, a la Fiscalía General de la República y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que se ordene una investigación exhaustiva de esta nueva masacre que cometen elementos del Ejército mexicano, agravada por dispersar a balazos a un grupo de ciudadanos enardecidos por tanto abuso e injusticia”, indicó el Comité en un comunicado

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En tanto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos inició una queja de oficio por los acontecimientos. La CNDH afirmó que desde el primer momento se puso en contacto con autoridades del Ejército y con familiares de las víctimas para darles el acompañamiento necesario y la asesoría jurídica que requieran.

Respecto al tiroteo, el Ejército dio su postura oficial casi 48 horas después de los sucesos. De acuerdo con la versión de la Secretaría de la Defensa Nacional, personal militar de una Base de Operaciones desplegado en Nuevo Laredo realizaba tareas de reconocimiento cuando escuchó disparos de armas de fuego.

Los militares localizaron la camioneta en la que viajaban los jóvenes. Según el comunicado publicado por la Sedena, el vehículo iba a exceso de velocidad con las luces apagadas y sin placas. Al notar que personal del Ejército se les acercaba, los tripulantes de la camioneta aceleraron y se estrellaron contra otro vehículo que estaba estacionado. 

“De esta situación, al escuchar un estruendo, el personal militar accionó sus armas de fuego; suceso que actualmente diversas autoridades se encuentran investigando para determinar la veracidad de los hechos”, señaló la Sedena.

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Para enturbiar todavía más el caso, en redes sociales comenzaron a difundirse fotografías de Wilberto Mata Estrada, uno de los jóvenes muertos, con armas largas  y acusándolo de pertenecer al Cártel del Noreste.

El caso recuerda el tiroteo en el que murió Heidi Mariana, una pequeña de apenas cuatro años de edad que fue asesinada presuntamente por las balas de un grupo de militares que atacó la camioneta en la que viajaba cuando su cuidadora la llevaba al médico, y cuya historia te contamos en esta nota

En aquella ocasión, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se investigarían los hechos, sin embargo la muerte de Heidi permanece impune y no se registran avances en el caso. 

AMLO ha defendido a las fuerzas armadas y también ha rechazado que violen los derechos humanos como, sostiene, ocurría en el pasado.

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Diversos organismos de derechos humanos han pedido al gobierno de México retirar a los militares de las tareas de seguridad pública, una estrategia del mandatario para contener la inseguridad en el país. La ONU sostiene que, con los uniformados en las calles, han aumentado las violaciones a derechos humanos, incluyendo las ejecuciones.

A cuatro años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hay una involución en el respeto a los derechos humanos e incluso se corre el riesgo de que la militarización lleve al país a un régimen autoritario como se vivió con el PRI en los años 70, alertaron activistas humanitarios.

“El presidente Andrés Manuel López Obrador está cogobernando con las Fuerzas Armadas y esto significa un enorme riesgo para el sistema democrático. Lo que está ahora en juego ya no solo es el tema de si hay o no acciones contrarias en materia de derechos humanos, que las hay, sino que ahora está en riesgo el modelo de nación que queremos”, nos dijo Eliana García, integrante del colectivo Seguridad Sin Guerra.

¿Habrá justicia en este caso, o también será olvidado?

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