Universidades para el Bienestar, tan cerca de la opacidad y tan lejos de la matrícula esperada

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Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ) es el proyecto educativo que se creó por decreto del presidente López Obrador el 30 de julio de 2019 con la finalidad de ofrecer oportunidades universales de educación superior a las y los mexicanos, ya que no requiere aprobar un examen de admisión y son gratuitas.

Este proyecto que imparte materias sobre seis principales rubros académicos en 140 sedes distribuidas en toda la República ha sido fuertemente criticado por los docentes que forman parte de la planilla de las UBBJ por la inconsistencia en los planes curriculares y por la falta de certidumbre laboral.

Docentes sin seguridad social ni contratos

Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García han estado en una serie de controversias principalmente por los derechos laborales de la plantilla docente, quienes acusan autoritarismo y precariedad laboral.

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Sin contrato ni prestaciones, una maestra que actualmente labora en una de las sedes -quien nos pidió no revelar su identidad por seguridad- nos contó que tuvo que soportar hasta el fin de curso para poder atenderse un problema grave de salud porque no le respetaron la incapacidad por estar registrada como beneficiaria, no como trabajadora.

La profesora reclama la falta de seguridad social y la intransigencia de las coordinaciones “si no fuera por mi familia que me ayudó en aquella emergencia médica, me muero”, acusó. 

“Se supone que estoy de tiempo completo y mi convenio es como prestadora de servicios, como si yo fuera becaria y me paga la Secretaría del Bienestar. Ese es el problema. No tenemos reconocimiento como trabajadores y en cualquier momento siento que me pueden correr con la mano en la cintura”, acusó la maestra.

La entrevistada nos explicó que las y los maestros de las UBBJ tienen que firmar cada mes un convenio semejante a una contratación por servicios profesionales, “llevo ya más de dos años trabajando en las UBBJ y no tengo correo institucional, ni credencial ni nada que acredite mi trabajo en la universidad. Es un outsourcing disfrazado”, reclamó.

La académica nos dijo que se han enfrentando con una cerrazón al tratar de dialogar con la dirección de la Coordinación de las Universidades del Bienestar Benito Juárez García (UBBJ) a cargo de Raquel Sosa Elízaga, quien ha desmantelado en estos tres años los organismos coordinadores permitiendo una administración “autoritaria, si no es que tirana”.

Al principio la oferta para participar como docente en las UBBJ parecía atractiva, aceptó la maestra, les dijeron que los iban a contratar conforme se regularizara la institución, que iba a haber nombramientos, pero cuando “surge el conflicto con los maestros despedidos cambiaron los términos del convenio”.

Yo sí defiendo el proyecto pedagógico, lo que no defiendo son las condiciones de los trabajadores docentes. Los chavos a los que les estamos enseñando sí leen, sí preparan sus temas, sí están comprometidos, pero tengo miedo de que el proyecto no perdure más allá del sexenio de López Obrador porque no está consolidándose en su institucionalización”, nos comentó la maestra.

Ricardo González, estudiante de Enfermería y Obstetricia en Oaxaca, nos dijo que él se inscribió en las UBBJ por temas económicos y que considera que la educación que está recibiendo es de calidad.

“Contamos con médicos y enfermeros totalmente capacitados y con un buen desempeño laboral. Nos van a dar el título universitario, pero la información que nos ha confirmado la coordinadora Raquel Sosa es que en tres meses llegará el registro de nuestra universidad para así poder realizar nuestro servicio social”, nos explicó el estudiante.

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Sin embargo, para los maestros la situación es otra. Existen demandas individuales y en conjunto que se han interpuesto en diversas sedes del país, nos explicó una extrabajadora de las UBBJ que forma parte de una demanda conjunta de 41 maestros y maestras que fueron despedidos en 2021. 

Exigen la reinstalación de sus puestos de trabajo, el reconocimiento y respeto de sus derechos laborales.

“Tenemos el cálculo de alrededor de 100 profesores que fuimos despedidos desde el mes de marzo hasta agosto del año pasado. Nosotros ingresamos a las UBBJ en el 2019 y nos dijeron que íbamos a ser docentes, trabajadores. Esto no sucedió”, acusó la entrevistada quien pide anonimato debido al proceso de la demanda.

Ante los despidos, nos dijo que la directora de la Coordinación de las UBBJ, Raquel Sosa, argumentó que los docentes eran beneficiarios de un programa social y que no tenían las capacidades académicas para ejercer el trabajo en la institución, a pesar de que calcula que por lo menos el 30% de los demandantes cuentan con grado de doctorado y el resto tiene licenciatura o maestría.

“La directora incluso nos propuso recibir una gratificación para que ya dejemos el tema en paz. En realidad es una dádiva para que nosotros dejemos de evidenciar que hay muchos problemas dentro de la universidad. Es un proyecto súper importante para las y los jóvenes de nuestro país, pero no podemos pensar en una educación de calidad sin garantizar derechos laborales”, nos dijo la académica.

Opacidad, el otro problema de las UBBJ

La entrevistada señaló que no hay transparencia de los recursos utilizados, que hubo recortes salariales arbitrarios y que el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hizo una evaluación y extendió recomendaciones a la dirección de las UBBJ de las que han hecho caso omiso.

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No hay transparencia en el manejo de los recursos de la universidad y eso es preocupante porque es uno de los aspectos que se ha tratado de combatir en este gobierno”, nos dijo.

Las UBBJ -cuya sede principal se ubica en Pátzcuaro, Michoacán- fueron reconocidas como un organismo público descentralizado y autónomo, tiene destinados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 1,024,470,537 pesos para su ejercicio en 2022.

También cada alumno recibe una beca mensual de 2,400 pesos para estudiar en las áreas de Salud, Energía, Patrimonio Histórico y Cultural; Desarrollo Regional Sustentable, Procesos Agroalimentarios y Estudios Sociales.

“Es un insulto para los docentes de nuestro país, sobre todo cuando se han dado tantas luchas para que se reconozca y evidencie la precariedad con la que el trabajo docente se hace en todos los niveles. En nuestro caso no es la excepción”, finalizó la entrevistada. 

La matrícula no incrementa, sino todo lo contrario

A pesar de que la meta a final de este sexenio de las Universidades del Bienestar es de 256,000 alumnos inscritos, desde su apertura en 2019 su matrícula pasó de 

39,170 alumnos a 28,087 alumnos al final del último semestre de 2021.

Una de las docentes entrevistadas consideró que la reducción de la matrícula durante los dos años que ha durado la pandemia por la COVID-19, se debe en gran medida a las circunstancias económicas que las familias sufrieron tras el confinamiento por lo que muchos alumnos tuvieron que dejar sus estudios para ponerse a trabajar.

La docente indicó que ha visto una recuperación en el número de estudiantes en la última generación de alumnos y alumnas en la sede en la que da clases, donde el número de alumnos se recuperó pasando de 15 a 30 alumnos. Sin embargo, a mitad del sexenio, este número de estudiantes matriculados aún se encuentra muy lejos de llegar a la meta prevista para el 2024.

¿Logrará este proyecto darle a las y los estudiantes la educación gratuita y de calidad que prometió?

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