Fue una noche triste para la oposición. Perdió gubernaturas e incluso en las que ganó, perdió votos. Y todo, según expertos, porque no logra encontrar un discurso que conecte con la gente, ya que no tiene un eje que articule a los distintos partidos más allá de su propia supervivencia.
En las elecciones de este 5 de junio pasado, la alianza Va por México (PAN, PRI y PRD) retuvo la gubernatura de Aguascalientes y de Durango, pues ahí ya gobernaban el PRI y el PAN, respectivamente. Pero el PRI y el PAN perdieron dos estados cada uno. El PRI gobierna en Hidalgo y Oaxaca, pero los perdió en estas elecciones. El PAN perdió Tamaulipas y Quintana Roo (en este último gobernaba en coalición con el PRD).
En conjunto, la alianza Va por México obtuvo participaciones bajas, según los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), en Oaxaca quedó en segunda posición, pero con 25% de los votos, frente al 60% que obtuvo la coalición ganadora liderada por Morena.
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En Quintana Roo, el PRI compitió solo y quedó en último lugar de las preferencias con 2.9% del total de votos emitidos, lo que pone en duda su registro en esta entidad. Incluso, Movimiento Ciudadano, que también presentó candidatura propia, obtuvo 13.1% de sufragios. Y la alianza del PAN y el PRD logró 16.1% de la votación.
En Hidalgo, la alianza PAN-PRI y PRD tuvo 31.3% de los votos, ante el 61.5% de Morena. Y en Tamaulipas, la votación de Va por México sí fue alta, pues logró 44.2%, frente al 49.9% de Morena, resultados muy cerrados que inclusive el PAN busca impugnar.
Alianza que pierde votos aunque gane
Pese a que Va Por México ganó en Aguascalientes, obtuvo 100,000 votos menos que hace seis años. En cambio, Morena sacó 130,000 votos más que hace seis años, por lo que la votación de la Alianza sigue siendo negativa, señaló Rodrigo Galván de las Heras, director general de la Casa Encuestadora De Las Heras Demotecnia, en Ibero Radio, el pasado 8 de junio.
Lo mismo en Durango, donde hace seis años el PAN y el PRI sumaron alrededor de 600,000 votos. Y este 5 de junio, su coalición alcanzó 350,000 votos -casi la mitad de los votos de hace seis años-, indicó Galván De las Heras.
Coordinación para intentar salvar su registro
Para el doctor en Ciencia Política René Torres Ruiz, profesor-investigador de la Universidad Iberoamericana, Va por México se mantiene “casi de manera milagrosa”, pues no tiene un eje articulador político que los estructure de tal forma que “pueda convertirse en una fuerza política viable e interesante para la ciudadanía” más que el esfuerzo por mantenerse unidos y de esa manera “quizá salvar su registro y poder tener cierta capacidad de competir en elecciones”.
Cada partido integrante de Va por México se encuentra debilitado, nos dijo, “sin propuestas, con plataformas electorales débiles, con ausencia de personajes a nivel nacional capaces de poder erigirse como figuras ética y políticamente viables, que puedan resultar del agrado de la ciudadanía”.
Por un lado, el PRD “está prácticamente deshecho, sin candidaturas”, con la corriente Nueva Izquierda como eje, que tiene mucho desprestigio al interior y al exterior del partido. Tras las elecciones de 2021 perdió su registro en 15 estados, pues no alcanzó el 3% de la votación requerida para mantenerlo.
El PRI con un representante nacional, Alejandro Moreno, como reflejo de lo que es el partido a nivel nacional: “un personaje desprestigiado, sin una estatura ética que le permita ser crítico del gobierno López Obradorista”.
De los tres partidos, el que mejor estructurado está o sigue manteniendo una base electoral “más o menos estable” es Acción Nacional, pero sin ser una fuerza política suficientemente sólida, dijo René Torres.
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Nada qué ofrecer, solo es AntiAMLO
Frente a los grandes problemas estructurales por los que atraviesa el país: la violencia, la pobreza y la desigualdad, la oposición no tiene propuestas para revertirlos. Para pensar en que la ciudadanía puede volver a confiar en esos partidos y votar por ellos en las elecciones que siguen, las de 2023 y las presidenciales del 2024, nos expuso.
A la fecha, el PRI ha perdido casi las 15 entidades que gobernaba antes de 2018. A partir de las elecciones de este 5 de junio conservará solo tres: Durango, Coahuila y Estado de México, dos de las cuales estarán en disputa el próximo año.
El año pasado, PAN, PRI y PRD lograron impedir que Morena obtuviera la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. Y este año consiguieron detener la Reforma Eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la Cámara de Diputados.
René Torres considera que no es “muy positivo” para la alianza simplemente erigirse como una oposición que obstaculice las distintas propuestas del Gobierno, ya que no basta con “oponerse a lo que el Gobierno proponga o haga, sino hay que ser propositivo y lo suficientemente sensible para tener una agenda que resulte interesante para la ciudadanía”.
¿PRI en camino a la extinción?
Antes de las elecciones locales del 5 de junio, la encuesta de Buendía&Márquez registraba al PRI con 17% de la intención de voto a nivel nacional. Niveles de preferencia a la baja que ya señalaban “el derrotero del PRI que lo está llevando a la extinción, más que al crecimiento”, nos dijo el académico.
De acuerdo con su análisis, el PRI todavía mantiene “cierta base en algunos estados de la República y a nivel nacional que le pueda permitir conservar su registro algún tiempo”, pero no lo considera como una alternativa, ni con capacidad de regenerarse o de reconstruirse lo ve más bien “enfilado hacia la desaparición” y “sin posibilidad de volver a repuntar”.
“No sé cuánto más les alcance para sobrevivir. Lo veo más bien como un partido que quizá terminará cambiando de nombre, de membrete y seguirá siendo lo que fue el PRI, pero como un partido minoritario”.
Porque, según nos dijo, el PRI ha perdido liderazgo y la capacidad de generar nuevos cuadros, pues no da la oportunidad al grupo más joven de priistas de tomar cargos de importancia.
Muchos de los cuadros priistas se han pasado a Morena, como los candidatos ganadores a gobernar Hidalgo, Julio Ramón Menchaca, y Tamaulipas, Américo Villareal Anaya, como lo reportamos en esta nota.
Morena está reciclando a políticos desprestigiados de otros partidos que “por oportunismo político” se alinean con Morena, lo que “no me parece muy positivo para el partido en el Gobierno”, señaló Torres Ruiz.
“Buscan la militancia morenista como una alternativa de conservar la posibilidad de mantenerse vivos en la vida política”.
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Apartidismo y abstencionismo
La participación electoral en comicios locales generalmente llega al 50%, de acuerdo con el analista José Paoli Bolio. Pero según los datos del PREP de las elecciones pasadas revelan que el abstencionismo en los seis estados fue mayor: 54% en promedio. Es decir, más de la mitad de las personas que integran las listas nominales no votaron por Morena y sus partidos aliados, ni por las opciones opositoras: PRI, PAN, PRD o Movimiento Ciudadano.
Oaxaca registró la participación ciudadana más baja para elegir al nuevo gobierno, apenas fue de 38.7%. El candidato ganador, Salamón Jara, obtuvo el 60% de esa baja participación. Es decir, en Oaxaca menos de la cuarta parte de la población con credencial para votar eligió al gobernador entrante.
El apartidismo y el abstencionismo se van ensanchando a nivel nacional. Sobre todo “vemos que los jóvenes se están alejando tanto de Morena como de los partidos opositores”, puntualizó el investigador de la Universidad Iberoamericana.
“Cualquier democracia necesita de una oposición sólida, confiable, propositiva e inteligente para consolidarse” y para resolver los graves problemas de México. Por tanto, que Morena termine convirtiéndose en un “fuerza hegemónica” no le hace bien al país ni a la democracia, sostuvo René Torres.
Finalmente, precisó, México necesita “un mosaico de posibilidades, de alternativas políticas, pero hoy, claramente, el PAN, el PRI y el PRD no están siendo eso”.
