¿Y dónde están las vacunas?

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Durante su conferencia de prensa y tras la pregunta de una reportera que le cuestionó si el ritmo de vacunación había disminuido por la falta de disponibilidad de las dosis que han llegado a México o si hay algún otro factor que esté provocando esta situación, el presidente López Obrador admitió que sí ha bajado el ritmo, pero negó que se trate de un problema de disponibilidad.

“Sí bajó en el número de vacunados, pero es porque no hemos tenido disponibilidad suficiente de vacunas”.

El presidente negó que se trate de un problema político electoral, incluso dijo que el periódico El Financiero habría calumniado al publicar esa información: “De mala fe (…) dijeron de que como ya habían pasado las elecciones ya no estábamos vacunando”, añadió el presidente.

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Sin embargo, la disminución en el ritmo de vacunación coincide exactamente con las elecciones: el número de dosis aplicadas por semana alcanzó su máximo nivel en la semana previa a la elección del 6 de junio, cuando se pusieron 4.1 millones de dosis. Las dos semanas que siguieron se pusieron solo 2.7 millones de vacunas en promedio.

Pero además, lo preocupante es que los propios datos del gobierno desmienten al presidente. De acuerdo con las cifras de embarques que han llegado a México más las que se han envasado en Querétaro, hasta el 22 de junio se tenían un total de 50,578,275 vacunas, de las cuales se han aplicado 41,368,066 y 56,340 que se reportan como perdidas. Por tanto, tendría que haber un inventario de 9,153,869 dosis guardadas en los almacenes del gobierno.

¿Por qué no se han usado?

La falta de información gubernamental no nos permite saberlo a ciencia cierta y solo nos permite hacer hipótesis. Una es la que propone Alejandro Cano, doctor en Ingeniería Química: las brigadas de vacunación no están siendo suficientes ni efectivas y se tendría que aprovechar el potencial del sistema de salud para tener vacunas disponibles por más tiempo. Otra hipótesis es que la Cofepris estaría tratándose mucho tiempo en aprobar el uso de las vacunas después de que son envasadas en México, particularmente las chinas (Cansino y SinoVac) y la rusa Sputnik.

Al final, lo peor que puede hacer el sistema de salud es retrasar un proceso que puede salvar la vida de miles de personas. El aumento de 11% en el número de casos en el país durante la última semana tendría que prender los focos rojos de las autoridades sanitarias para continuar atendiendo la pandemia en estado de emergencia.

Sabemos que las vacunas están en México, ¿por qué no se están aplicando?

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