Entre que sí y que no, así nos tiene todo el sexenio.
Y es que la simulación es la base de este gobierno.
Con medidas ultraderechistas que ni los de la derecha en México se habían atrevido a implementar.
Fingiendo de todo, ecología, por ejemplo.
O que son diferentes y pura mamarrachada.
En fin, allá ellos fingiendo que no.
Mientras, sigan peleándose con el Nintendo.
Dándoles atributos que ni al caso.
Porque es más fácil culpar a otros, siempre.
Quizá sería mejor confrontar al origen del problema en lugar de a uno de tantos medios.
Y como realmente él tampoco es confrontado, la estrategia no parece cambiar.
Lo peor es que puede continuar incluso más allá del sexenio. El mismo desenfado para romper las reglas está presente en su sucesora.
Quien olvida lo malvada que ha sido en el pasado.
Por lo que pueden hacer ver a cualquiera como mejor opción.
Lo que los hace enojar.
El chiste es que el cambio no llegó, ni llegará.
