Carta a una mujer del futuro

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Sigue luchando por las próximas mujeres

De todas las cosas que podría escribirte de mi presente – que para ti ya es pasado – quería que supieras que te envidio muchísimo… Es terrible empezar una carta así, pero es la verdad.

Envidio el hecho de que no necesites exigir que te traten con respeto e igualdad en tu hogar o trabajo… Parece obvio, ¿no? Por si no sabes, no siempre hubo equidad en los sueldos, división de tarea en los hogares o paridad en los sectores públicos y privados.

Envidio la libertad que sientes al caminar sola por la calle, vestida como quieras y a la hora que quieras. Aún no lo puedo hacer. Aún tengo miedo cuando tengo que hacerlo.

Como me parece hermoso el hecho de que mires a una mujer como una compañera y a un hombre como un igual. Me emociona la idea de que no uses expresiones como “pareces una niña” para hablar de debilidad y que para ti “tener cojones” hace mención a una parte del cuerpo masculino y no signifique ser valiente.

Tuvimos que pelear por eso… Mucho y en todos los sentidos que íbamos descubriendo en el camino. Leyes, jurídicas y gramaticales. Marchas y muertes. Y más marchas por esas muertes. Y sí, la lucha era contra el sistema impuesto, pero éramos parte del sistema. Y ahí empezaba el proceso más delicado: extirpar el pedazo de mí misma que había aprendido a ser mujer por el manual de los hombres.

Si te contara cuantas veces me miré en menos y vi el hecho de ser mujer como un problema te parecería espantoso, pero era tan difícil no hacerlo…  El mundo susurraba en mi oído que no lo iba a lograr y que ser ambicioso era para los hombres.

Soy del tiempo en que el espejo de mi baño, todas las mañanas, me enseñaba defectos (que no eran defectos) y se burlaba de mí, para que yo, sintiéndome humillada, pasara a odiarme.

Era tan complejo el cambio, ya que aprendí, como todas las chicas al rededor mío, que ser “perfecta” para otros era más importante que sentirse feliz con una mismo. 

Pero tú, mujer del futuro, existes y yo existí antes de otras que también lucharon para que pudiera votar, trabajar, casarme o no, tener hijos o no… Las mismas mujeres que estarían encantadas con el simple hecho de usar bikini en la playa y algunas escandalizadas si les dijera que estoy varios hombres lejos de casarme virgen. 

Tal vez haber tenido más posibilidades de lo que tuvieron ellas y muchas menos de las que tienes tú, signifique que estamos avanzando en la dirección correcta.

Por favor, hermana, sigue luchando por las próximas mujeres, como yo lo hice por ti.

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