La cenicienta moderrrrna

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Puedes escuchar este texto narrado por L’amargeitor dándole click aquí:

Muchas veces, cuando tengo un evento jetsetero y ya no sé qué diablos ponerme (aunque mi clóset opine lo contrario) busco a mi hada madrina Raquel Orozco para que me ponga una de sus espectaculares creaciones.

Hoy fue uno de esos días, porque esta semana tengo dos de esos eventos. Me pasé un buen rato ahí poniéndome y quitándome lo que ella me iba diciendo y finalmente estuvimos de acuerdo en los atuendos correctos para cada ocasión. Nos quedamos platicando un rato más hasta que le dije:

– “Ya me voy porque tengo que escribir mi columna y no tengo idea de qué diablos voy a hablar hoy porque como mi principal fuente de inspiración para escribir es lo que me está pasando en ese momento, últimamente mis columnas andan también, un poco bajoneadas, y ya he de traer a la gente hasta la madre de mis tristezas…”.

-“Escribe de algo superficial y ligero, como la moda (me dijo una de las reinas del gremio en este país) “o algo que nos de risa porque a todos nos hace falta reírnos” (¿por qué será que la gente piensa que soy standupera y lo mío es hacer reír? ¡Lo mío es sorrajar verdades y el hecho de que les de risa me parece digno de revisar! jajaja).

Como siempre, me fui de ahí sintiéndome la cenicienta transformada en princesa y me quedé pensando en que además de que, efectivamente, a todos nos hace falta reírnos y que el mundo de la moda nos pueda parecer a todos un poco -o un mucho, banal- qué importante el rol que juega en nuestras vidas sentirnos bien con nuestro cuerpo, sin duda, pero también con las cosas que le ponemos encima. 

¡Como algo te puede hacer sentir una diosa y otra un esperpento. O un color te puede dar luz en la cara y hacer que te veas radiante y otro te apaga totalmente!

Creo que una cosa que uno va aprendiendo con los años y que sin duda hace toda la diferencia, es conocer tu cuerpo, tus formas, tus cosas a resaltar y las otras a ayudar y saber qué cortes le quedan y cuáles: amiga date cuenta. 

Entender que no te va a quedar lo mismo que a todas las demás ¡porque no eres todas las demás! y que sufrir todo tu evento porque el disfraz te aprieta y no puedes respirar simple y sencillamente ¡no.pinches.vale.la.pena!

Sí, el outfit perfecto puede hacer maravillas por nuestro ánimo y nuestra autoestima, pero definitivamente tener amigas que te digan: ¡noooo te pongas eso, pareces chile relleno! (aunque estés entercada en ponértelo) o ¡wow, claaaaro que ponte eso, se te ve increíble! (aunque no te atrevas, porque es cero tu look habitual) es una enorme bendición (#blessed).

Saber qué usar para cada ocasión es sin duda un arte (la regla de mi papá era: más vale over dressed, que under dressed, por si les sirve) y definitivamente otra básica en la lista es entender que por más cuerpazo que tengas: hay edades para todo… no mamen. 

A ver, me van a decir que “cada quién es libre de hacer lo que quiera” y sí, sí es totalmente cierto peeeeero es igual de cierto también que vestirte de acuerdo a tu edad (que por supuesto no tiene que querer decir: anticuada o sin onda) y a tu cuerpo, te hará verte infinitamente más joven (y digna) que disfrazarte para tratar de aparentar 20 años (o 10 o 5 o 15 menos) y adoptar el look oficial de las chavitas pensando que te lo puedes plantar perfecto porque la juventuttt es una actitud. No. No es.

La edad es la edad, punto final. Y siempre se nota. ¿Y… saben qué?: ¡eso está bien! ¿En qué parte de la historia vernos de la edad de la que tenemos se volvió un motivo de vergüenza? Los jeans embarrados, con el zapato de ultra tacón, con la camisa pegada y súper escotada, con las extensiones, con las cejas, con las uñas de gel, con las pestañas, con los fillers y todo el botox de la comarca, lamento decirles, no engañan a nadie y en la enorme mayoría de los casos ¡el resultado es incluso envejecedor!… entonces, efectivamente cada quien puede hacer su pinche santa voluntad pero aprender a buscar cosas que te favorezcan, te veas y te sientas cool y te permitan mantener tu dignidad, para mí, es siempre mejor opción.

No hay que tragarse, nunca, la caca a puños.

Pero creo que lo más importante en cuanto a la moda es sin lugar a dudas y asumiendo totalmente que no estoy descubriendo ningún hilo negro: que lo más importante de la moda… es que te acomode.

Cuando vas a una de estas pruebas con Raquel, te hace que te sientes. te pares, te des vuelta, te muevas y casi casi te agaches y hagas una maroma (además de siempre recomendar a sus clientas que no.te.compres.cosas.embarradas.eveeeer) para asegurarte que estés absolutamente cómoda en el outfit; porque puedes estar vestida de princesa, pero si te pica, te aprieta, te saca lonjas, te sientes que vas a explotar o simplemente no te sientes a gusto con el color, o no te gusta lo que ves, francamente, no vale la pena. 

Lo más importante de un look es que se note que te sientes bien con él y no que parezcas perico comprado agarrado de su ramita y todo tieso.

Para verse bien hay que sentirse bien (y no olvidar usar el sentido común). Se puede uno atrever a muchas cosas, verse sexy, moderrrrna, actual, elegantísima, original, o como quieran verse, sin tenerse que vestir de menos años. Hay que atreverse a probar cosas diferentes y darnos una refrescadita siempre que haga falta, obvio sí, pero lo primero, lo primero, lo primero: es apropiarnos de nuestros años y decidir rockearlos con lo que tenemos aprendiendo a sacarnos el mejor provecho. 

Y, finalmente, como me dijo Raquel hoy en cuanto a la importancia y la urgencia de reírnos más seguido, me van a disculpar el lugar común, pero es común porque es real: el mejor accesorio que puedes ponerle a lo que te pongas hoy es una sonrisa y la paz de sentirte bien dentro de tu piel, y eso aplica para unos jeans, o para uno de los trajes de sueño de mi amiga Raquel 

PD si quieren asomarse al mundo maravilloso de @raquelorozcog hagan click aquí https://raquelorozco.com/  #lamargeitorrecomienda

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