La Ciudad de México se está convirtiendo -y será cada vez más- en el coliseo romano de la política nacional. Ya sea porque es la capital de los poderes y la mayoría de las y los aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador operan desde aquí.
Ya sea por los vínculos políticos, clientelares y económicos del propio presidente, pero también de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Ricardo Monreal, Santiago Creel y hasta Gerardo Fernández Noroña tienen en la capital.
O, simplemente, por la resonancia nacional que tienen las cosas que ocurren en la ciudad.
El hecho es que es aquí donde, desde ya, se comienzan a registrar las primeras batallas de cara al 2024.
Es bajo esa lupa que debemos observar muchos de los escándalos políticos que ocurren un día sí y otro también en el Valle de México.
El despliegue de la Guardia Nacional en el Metro responde a una lógica electoral de largo plazo: si el sistema de transporte colapsa, lo hará junto con las aspiraciones de Claudia Sheinbaum, pero golpea a Ebrard, al presidente y también a Mancera, pues en sus manos estuvo la operación y mantenimiento de ese sistema de transporte desde el año 2000. En todo caso, todos son corresponsables.
Por eso es una locura insistir en que son Mancera y el senador priista por Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, las mentes perversas y criminales detrás del supuesto boicot al Metro porque difícilmente el senador perredista decidiría darse esa clase de balazo en el pie.
El extrañísimo operativo en el que habrían encontrado propaganda contra Sheinbaum en la alcaldía Cuauhtémoc, gobernada (es un decir) por Sandra Cuevas, es en realidad un llamado de atención a Ricardo Monreal, quien rápidamente ha tomado nota y ya anunció que no dejará Morena si no le benefician los resultados de la encuesta para elegir candidato o candidata presidencial.
El hecho mismo de que se haya incluido a Fernández Noroña de manera oficial en el listado de precandidatos presidenciales de Morena ha permitido no solo ampliar el abanico y fingir algo de pluralidad, sino que permitirá al diputado federal negociar posiciones en caso de no resultar beneficiado por las famosas encuestas.
¿Y cuál es el centro de operaciones de Gerardo? La Ciudad de México.
Parece que es mucho tiempo, pero para que conozcamos los nombres de las o los candidatos a la presidencia del oficialismo y la oposición faltan escasos 8 o 9 meses. Podría ser antes.
Pocas semanas en donde veremos a la Ciudad de México convertida, como dijimos, en la arena donde se disputará la primera batalla de 2024.
Esperemos que las disputas no cuesten vidas, esperemos que en el camino no se pisoteen las leyes y que las y los contendientes saquen lo mejor y no lo peor de sí mismos. Porque entre las patadas debajo de la mesa y la guerra sucia que hemos visto hasta ahora, quien realmente sale perdiendo es la ciudadanía.
Esperemos que, por fin, tengamos unas precampañas de ideas, de soluciones. Unas precampañas de esperanza.
