¿Conversar para perder?

Compartir:

- Advertisement -

Una amiga una vez me dijo que conversar con alguien era estar dispuesto a perder… Perder la idea que tenías antes de ese encuentro, perder la seguridad en tu certeza, perder una parte de lo que eras para construir algo nuevo con alguien. De las conversaciones más profundas a las más básicas: conversar para perder y perder para reconstruir. 

Yo la escuché con duda. Debo admitir que soy una devota conversadora con conocidos, desconocidos, niños, viejitos y perros. ¡Todos! 

Me acuerdo de presentir que una relación amorosa estaba al inicio del fin, cuando mi novio en la época me confesó: “Sé que para ti eso es importante, pero tengo que admitir que no me gusta conversar tanto. Nunca me ha gustado”. 

Pero por más buena conversadora que fuese, yo jamás vi en este acto, la definición que ahora me decía mi amiga: “perder”. Me di cuenta de las miles de veces que para mí la conversación era justamente el verbo opuesto: Quería ganar el argumento, ganar el espacio con mi idea, ganar del otro

Me percibí varias veces escuchando con el único propósito de crear rápidamente la respuesta que daría después. Entendí, con vergüenza, que yo no era una buena conversadora y sí, una hocicona profesional. ¿Pero era la única? 

En el mundo polarizado en que nos encontramos, entrar a conversar con la disposición real de escuchar y, además, reconstruir una idea con el otro es poco común. Ya que hoy, consideramos el lugar de “perder” para encontrar con el otro una señal de debilidad o ignorancia. Y lo puedo entender, ya que una certeza genera más likes que una duda. Pero una certeza es una idea cristalizada sin posibilidad de alteración. Y cuando la compartimos sin la abertura de repensarla, cualquier comentario sobre ella será considerado un ataque. Te pregunto: ¿Cuál es el sentido de querer dividir lo que pensamos si no vamos a abrir una posibilidad de repensar con el otro? 

Podría responder a esa pregunta diciendo palabras que ya conoces como: ego, auto afirmación, necesidad de validación social. Pero me gustaría pensar en otra pregunta: ¿Cuántas posibilidades encontramos cuando entregamos al otro una idea abierta a cambio?  

No vengo aquí a decir que no debemos tener certezas en nuestra vida. Además, porque creo que parte de nuestra conducta ética se basa en ciertas verdades que llevamos con nosotros. 

Pero te invito a darte la oportunidad de conversar para perder y con eso sumar a tu historia, la historia de otros. 

Otro título de la autora: El especialista en la pandemia eres tú

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.