23 días y contando

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Estamos, a partir del 13 de mayo, a 23 días de las elecciones más importantes del país desde 1910. Este 6 de junio definiremos el rumbo del país para las futuras generaciones, como la elección de Francisco I. Madero cambió a México para siempre.

La encrucijada para México es tan clara como lo es estremecedora.

Una opción es optar por deslizarnos hacia una dictadura lopezobradorista, destruyendo cualquier asomo de institucionalidad democrática y del ejercicio de libertades plenas, además de eliminar la alternancia política y de convertir a la Constitución en letra muerta

La otra opción significa recuperar las instituciones que consagra la Constitución, respetando la división de Poderes y los contrapesos institucionales, asegurando la alternancia del poder en las elecciones y el respeto pleno a la libertad de expresión.

Así de claro es el dilema mexicano.

En los próximos 23 días veremos a los gobiernos federal y de la Ciudad de México agresivamente creando distractores para enrarecer deliberadamente el ambiente político, pensando que con ello los resultados electorales les serán más favorables. Les gana la idea de que, en la medida en que promueven mayor polarización y encono entre la sociedad, mejor les irá en las urnas pues razonan que les reditúa más votos. Se equivocan porque quienes reaccionan favorablemente a su estrategia son precisamente sus votantes seguros y más comprometidos, pero no atrae a nadie más, que son la mayoría de los electores.

Morena ya perdió el voto de la gran mayoría de las clases medias. Y está activamente logrando que capas sociales populares, víctimas del desempleo que generaron sus políticas de NO ayudar a mantener el empleo, votarán contra sus candidatos. Esos candidatos aprobaron construir una refinería, un tren y un aeropuerto y se negaron a ayudar a las familias sufriendo por la pérdida de sus empleos, changarros y puestos en tiempos de severa crisis económica.  

Las encuestas hablan de un cambio en el estado de ánimo social generalizado en el país. El apoyo al partido oficial de Morena decrece mientras el apoyo a otras opciones, principalmente de la oposición, crecen significativamente. Esto es positivo en tanto sugiere que crece la convicción entre grupos cada vez mayores de electores que la defensa de la Constitución, el Estado de derecho y la democracia son valores que merecen ser defendidos, por encima de cualquier otra consideración. 

Pero el camino para asegurar la primacía de esa concepción sobre un futuro democrático del país está lejos de haberse consolidado. El partido oficial resistirá este resultado empleando todos los recursos del Estado a su disposición, incluso utilizando la persecución política y jurídica a candidatos que considera representan un peligro para su proyecto.

Es fácil deducir que, una vez conocidos los resultados electorales y partiendo que no serán del  agrado del presidente, éste se empeñará a fondo para desconocerlos, dentro y fuera de las normas legales establecidas para casos de impugnación.

Los pocos días que quedan previos a la jornada electoral dictarán cómo afectará el estado de ánimo social al resultado global de las elecciones. Y esos resultados dictarán si México opta por caminar hacia una dictadura unipersonal o resuelve defender su carácter de república democrática y constitucional. Esa es la decisión que habremos de tomar, en 23 días. 

ricardopascoe@hotmail.com

@rpascoep

Otra colaboración del autor: Desconfianza bilateral

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