Derribando globos del cielo estadounidense

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Nos encontramos esperando a que nos informen a detalle qué eran, quién construyó y qué uso tenían los objetos voladores semi-identificados que la fuerza aérea estadounidense derribó durante la semana pasada. 

La atención se ha centrado en dos elementos de alto impacto publicitario: el primero es el intercambio de acusaciones, a nivel aún diplomático, entre los gobiernos de China y los Estados Unidos (en donde China insiste que el primero de los objetos era de investigación de tipo civil, que había quedado a la deriva y no representaba riesgo alguno por lo que era innecesario derribarlo con un misil aéreo). 

El segundo elemento es la enorme especulación sobre si alguno de los objetos era de procedencia extraterrestre (cosa que inicialmente no fue confirmada o negada pero que la oficina de la Casa Blanca ha tratado de desmentir desde el fin de semana). Insisto, aún nos deben detalles.

Sin embargo, aquellos no son los únicos objetos flotantes de gran altura que han recibido impactos en la última semana. 

El martes Nikki Halley, ex gobernadora de Carolina del Sur y ex representante de los Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas, anunció su candidatura presidencial en desafío directo a la del expresidente Donald Trump. La candidatura de Halley es el primer misil lanzado en contra de la campaña de Trump iniciada desde el año pasado y que, por supuesto, se considera a una altura inalcanzable.

Es aún de esperarse que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también lance su campaña presidencial incrementando el número de suspirantes a la candidatura republicana. No obstante, la de DeSantis estaría aún dentro del perfil trumpista que ha dominado o predominado sobre la agenda política del Partido Republicano. 

Mientras DeSantis podría significar el rejuvenecimiento del trumpismo con un cariz socialmente mucho más conservador, Halley representa un republicanismo testarudo, pero también uno situado en su ala moderada, capaz de atraer a electorado del llamado “independiente”.

Tanto en el video de lanzamiento como en el primer acto de campaña llevado a cabo ayer, Nikki Halley se ha presentado como la potencial líder de la renovación de  los republicanos, reconociendo la falta de competitividad del partido en lo que respecta al voto popular y llamando a sus correligionarios al cambio, sí, sorpresivamente al cambio.

¿Cuáles son las probabilidades de éxito de la candidatura de Halley? Moderadas. Su popularidad dentro del Partido Republicano y su capacidad de dialogar y atraer votos del centro del espectro político estadounidense puede no ser suficiente para desbancar la cargada trumpista o los renovados bríos y vientos que soplan desde el estado de Florida. 

Aun así, es un error descartarla de primera instancia porque no, no se trata de un intento fallido para impactar el dirigible trumpista.

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