Hay de peones a peones en el tablero internacional

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Los juegos olímpicos de invierno en Beijing se encuentran en plena actividad y, desde México, el joven Donovan Carrillo recibe merecidas carretadas de aplausos y reconocimiento por su actuación. Pero el evento deportivo sirve también de escenario político para el tablero de poder internacional. 

De importante cobertura ha sido la reunión entre Vladimir Putin y Xi Jinping el viernes pasado, como pista alterna a la alarma por posible invasión de fuerzas rusas a Ucrania. Una larga serie de acuerdos entre China y Rusia denota el afianzamiento de una alianza estratégica, del tipo que los estadounidenses siempre temieron durante el periodo de Guerra Fría.

También aprovecharon la ocasión los presidentes de Argentina y Ecuador para, a pesar del amplio boicot diplomático a los juegos, negociar sus propias agendas. En el caso de Argentina como el más nuevo de los miembros de la “ruta de la seda” en América Latina.

El gobierno mexicano, sin participar del boicot, decidió mantener un perfil bajo frente a las agendas pendientes con su contraparte estadounidense. En una reunión la semana pasada, los gobiernos mexicano y estadounidense acordaron el Plan de Acción del Entendimiento Bicentenario para la disrupción de redes criminales y tráfico de armas.

Este miércoles 9 de febrero de 2022, el Canciller Marcelo Ebrard recibió a John Kerry, enviado especial para el cambio climático del gobierno Biden, quien –en el mismo tono que el embajador Ken Salazar– afirmó comprender la necesidad de las reformas sugeridas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y reiteró el interés de su gobierno en que se fortalezca un mercado abierto en el sector. 

El encuentro Ebrard/Kerry fue hábilmente antecedido tanto por el anuncio que dio el Canciller en Puebla el pasado 2 de febrero sobre colaboración internacional para la transición eléctrica del sector automotriz como por la presentación, el pasado 8 de febrero, de un grupo binacional para la electrificación del transporte (ambos en conjunto con la Universidad de California); ambos eventos fueron una señal clara para que el señor Kerry supiera que las intenciones para con las energías limpias del actual gobierno son serias.

El gobierno estadounidense ya sabe que si quiere que su contraparte mexicana transite al uso intensivo de energías limpias va a tener que cooperar financieramente. Seguramente lo que Salazar y Kerry quieren asegurarse es que la transición se realice en una alianza binacional que garantice el uso de tecnología y capital estadounidense. 

El gobierno de López Obrador va a usar la presión estadounidense para contrapesar su desencuentro con el gobierno español y las compañías Iberdrola y Repsol

En pocos casos un peón puede movilizar piezas más importantes a su favor. El arriesgado movimiento podría rendir frutos si el gobierno estadounidense no se opone a la reforma obradorista.

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