Krauzeleaks

Compartir:

- Advertisement -

En días recientes, el historiador Enrique Krauze ha estado involucrado en un escabroso asunto, referido a una “campaña negra” contra López Obrador, cuyo producto más destacado es un esperpento de nombre Pejeleaks.

Las acusaciones contra Krauze son tres. Una es el libro Juntos hicimos historia, de la coordinadora de campaña de López Obrador y diputada federal Tatiana Clouthier. Un reportaje publicado por Eje Central abunda sobre el mismo tema, añadiendo financiadores del sector empresarial y una sede para la operación en la calle de Berlín, en la Delegación Coyoacán. Finalmente, Aristegui Noticias remata con una entrevista a un señor Ricardo Sevilla quien, habiendo sido contratado para esta campaña negra, pone un nombre y un apellido a las acusaciones.

Si usted es de las 10 o 12 personas que alguna vez le prestaron atención a Pejeleaks, estará de acuerdo en que se trataba de un sitio con un claro interés en minar la imagen de AMLO. Quién tendría ese interés es difícil de saber, porque todo en Pejeleaks era anónimo.

Entonces, si “campaña negra” es un plan deliberadamente dirigido a difundir información negativa sobre un candidato, sea falsa o verdadera, y evitando la responsabilidad sobre dicho plan mediante el anonimato, entonces Pejeleaks es una campaña negra, la campaña negra más chafa de la que se ha tenido noticia jamás en la historia de las campañas negras, blancas y de todo el espectro cromático, pero campaña negra al fin y al cabo.

Lo que está mucho menos que claro es la participación de Krauze en el asunto. Si uno se atiene a la evidencia presentada en estas tres fuentes, en primer lugar habría que descartar el libro de Clouthier, que antes de tirar lodo avisa: “Se presume…”. En las otras dos fuentes se muestran recibos, correos electrónicos y chats telefónicos. Todo lo que vincula a Krauze con ellos es relaciones de amistad con sus autores. Es decir, pura especulación. Tan decepcionante como buscar en Pejeleaks información irrefutable contra el Peje.

Más que propiamente un historiador, Krauze es un divulgador de la historia mexicana. Sus libros no están pensados para otros historiadores, sino para un público lego, más amplio. También es un intelectual, que se dedica a opinar sobre los asuntos públicos y cuenta con un foro de personas que consume sus opiniones –al grado que existen medios dispuestos a pagarle para ser la plataforma donde divulgue sus opiniones.

A estos atributos hay que añadir uno más: es un empresario, y uno exitoso. Krauze ha convertido la divulgación histórica en un negocio rentable, en lo que ha sido central una relación prolongada con Televisa. Esto, a su vez, ha dado una resonancia poco frecuente a sus opiniones políticas.

En 2006, Krauze llamó a AMLO “mesías tropical”; desde entonces ha criticado lo que él considera que son sus tendencias autoritarias y su populismo. Tal vez está equivocado. ¿Eso lo convierte en un conspirador? Para algunos, la única razón aceptable por la que Krauze diría las cosas que dice es por recibir un beneficio de la mafia político-empresarial que domina al país. Si usted participa de este sentir, las “revelaciones” de Krauzeleaks seguramente reivindiquen su ligeramente arrogante punto de vista. Para el resto, incluidos los que no concuerdan con las posturas de Krauze pero aceptan que pueden ser producto de un pensamiento independiente, es preocupante cómo las opiniones libremente expresadas se convierten en “juego sucio”. Tal vez le preocupe lo suficiente como para irlas matizando, no vaya a ser la de malas.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.