La batalla por Florida

Compartir:

- Advertisement -

En la última semana, el caso del estado de la Florida, en EU, ha concentrado parte de la atención de los medios y no por casualidad. 

El peso político que el estado representa para la elección presidencial en ese país, con 29 votos en el Colegio electoral, y el hecho de que esté actualmente declarado como “indefinido” –debido a que ninguno de los candidatos tiene una ventaja clara en las preferencias electorales– ha generado que ambas campañas vuelquen allí acciones y recursos con el objetivo de amalgamar la ventaja posible de aquí al 3 de noviembre. 

Empatado con el estado de Nueva York, en tercer lugar, en número de grandes electores (detrás tan sólo de California y Texas), Florida es hoy un estado clave en la elección debido a la probabilidad de que Joe Biden se lo arrebate al presidente Trump.

En la última encuesta publicada por la Universidad de Quinnipiac, Biden lidera 48% a 45% sobre Trump (lo que es un empate técnico) entre posibles votantes. 

Sin embargo, no es extraño que la elección en Florida sea tan cerrada; sin entrar en los macabros detalles de la elección del año 2000 entre George W. Bush y Al Gore, podemos apuntar que en las elecciones de 2004 el mismo Bush ganó el estado a John Kerry con una diferencia de 381 mil votos; en 2008, Barack Obama ganó el estado a John McCain con diferencia de 236 mil votos y, en 2016, Trump obtuvo tan sólo 112 mil votos más que Hillary Clinton (diferencia de 1.1%).

Hay que notar que la atención que la campaña de Joe Biden ha dedicado en las últimas semanas al estado de Florida se debe a la presión generada por parte de líderes hispanos del partido Demócrata, quienes acusan al candidato de negligencia hacia el voto latino.

Cierto es que, en Florida, Biden sólo aventaja a Trump con un 20% entre el voto latino mientras que Hillary Clinton lo aventajó por 38%; y también es cierto que, según encuestas de salida, Clinton obtuvo 63% del voto de las latinas y 60% de los latinos en 2016. 

Sin embargo, la importante ventaja de Clinton entre la población hispana no le bastó para ganar la elección en el estado, entre otras cosas porque dicha minoría representa sólo alrededor del 18% de los votantes. Esto quiere decir que el voto latino en Florida es relevante para Biden sólo y precisamente por el reducido margen histórico de diferencia de votos entre candidatos.

Aún más, el voto latino en Florida es importante para el partido Demócrata porque la ley en ese estado priva a más individuos de su derecho de votar que los estados de Alabama, Georgia, Louisiana, Mississippi, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Tennessee juntos. 

En Florida el 10% de la población adulta no tiene derecho al voto por tener antecedentes penales, y esta limitante aplica al 20% de residentes de raza negra en el estado. En 2018 se aprobó la enmienda 4 a la constitución estatal que restauró los derechos electorales de la mayoría de los ex-convictos, sin embargo, el Gobernador Ron DeSantis proclamó una ley que requería a aquellos pagar multas y cuotas, que debían cubrir como parte de su sentencia, para poder votar. 

La medida del gobernador fue llevada a juicio, pero la decisión de una corte federal en Atlanta mantiene hasta hoy sin derecho a voto a alrededor de 1.4 millones de ex-convictos en Florida.

Por ello, la Florida seguirá siendo foco no sólo de la atención sino de una batería de recursos financieros y humanos que ambos partidos dedicarán a ganar el voto latino. No descartemos escuchar pronto a Joe Biden pronunciando algunas palabras en español durante sus próximas presentaciones en público. Puertorriqueños, más que cubanos, serán su audiencia objetivo.

También puedes consultar otro tema del autor: Una Convención Nacional Demócrata poco convencional

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.