La visita de AMLO

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Antesala de primera luna de miel al exterior

Nuestro presidente despertó con el ánimo en alto, estaba en la antesala de su primera luna de miel al extranjero. Se arregló, se puso tapabocas, se sometió a la prueba del COVID y emprendió el camino.

A su llegada visitó el memorial de Abraham Lincoln, creando una postal impresionante. Frente a frente, un presidente que unió a una nación y otro, que la dividió. Pocas palabras, muchos silencios.

Trump y López Obrador jugaban sus cartas diplomáticamente, en un espacio protegido y sin preguntas abiertas de la prensa. Un guión bien preparado y un diálogo dirigido a sus bases. Una especie de nube mágica, llena de fantasías y contradicciones. El nacimiento de un romance, una competencia de piropos. El encuentro esperado, que dejaba a un lado las heridas del pasado y las tormentas más allá de la Casa Blanca. Por encima de las ideologías estaba el pragmatismo.

AMLO arriesgó el desdén del prometido norteamericano, apostó y ganó.

Es verdad que el margen de acción era limitado: no está la economía mexicana para despreciar tan directo coqueteo. Se trataba de la invitación del “galán” del norte, el ricachón del barrio, el único neoliberal amado.

No olvidemos que nuestra economía depende del país vecino. Según datos de Banxico durante este 2020 la participación de las exportaciones totales hacia Estados Unidos supera el 80%. Las empresas estadounidenses tienen una inversión total de 87 mil millones de dólares en México. Y las remesas, después de las exportaciones de automóviles, representan la segunda fuente de divisas del país.

El pretendiente merecía nuestra atención. Y ese cálculo estaba en la mente del canciller Marcelo Ebrard, nuestro estratega. Sabía que si jugaban bien la partida y mantenían el interés de Mr. Donald, la 4T podría navegar un poco más tranquila, [2] por lo menos 6 meses más.

 Y así fue, cada uno regresó a difundir su “éxito” y a tratar de distanciarse de la tragedia del COVID.

Así llegó López Obrador, extrañamente entre porras de una “izquierda” antiimperialista, aludiendo diferencias conciliables.

Un nuevo amigo. 

Lincoln diría que “Un amigo es aquel que tiene los mismos enemigos que tú”. Me pregunto si realmente comparten enemigos.

Es importante mencionar que nos trajo un gran souvenir del viaje, al exgobernador chihuahuense prófugo César Duarte. Este hecho es relevante porque, en voz del actual gobernador de Chihuahua, Javier Corral su captura es mérito, en gran parte, de la actual administración.

En fin, más allá de las sumas y restas que se pueden sacar, hay realidades que no se callan. Los muertos se entierran y destapan verdades. El muro en la frontera continuará construyendo un discurso “migrante”. Un discurso de humillación, gritos de auxilio y desesperanza. Un conjunto de palabras que se decantarán en el tiempo. Y sólo el tiempo sabrá acomodar en la historia el oportunismo, el ingenio o las jugadas estratégicas de cada presidente.

Porque hay encuentros que reditúan políticamente, pero lastiman la dignidad.

Mientras tanto en México, la sociedad seguirá buscando a un presidente perdido y a una oposición, que no aparece.

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