Las cosas más raras que me dice la gente cuando saben que soy astrónoma

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Supongo que a cada quien su trabajo le resulta la cosa más “normal”. Y, supongo también, que hay oficios que para la mayoría de la gente resultan más familiares que otros, pero ¿realmente sabes qué hace una astrónoma? Generalmente, cuando yo menciono a qué me dedico, primero recibo una mirada de entre susto, seguida de alguna de las siguientes reacciones. No falla.

Reacción número 1: “¿En serio jamás has visto un OVNI? La verdad yo no puedo creer que seamos los únicos seres inteligentes del Universo. De hecho, no me vas a creer pero yo una vez vi algo muy extraño que nadie me ha sabido explicar…”. Y entonces, el sujeto o sujeta en cuestión comienza a narrarme una historia que involucra luces en el cielo moviéndose con un extraño patrón o sombras y/o sonidos en lugares en los que supuestamente no había nadie.

He escuchado historias muy ingeniosas, pero lo más sorprendente es que muchos me preguntan en tono un poco reclamón, como si las y los astrónomos ocultáramos una verdad a voces. Y yo me pregunto… Si realmente hubiera seres inteligentes entre nosotros (quiero decir inteligentes de verdad, capaces de viajar a la Tierra desde otro planeta, sistema solar o galaxia) o intentando hacer contacto con nosotros, ¿qué razón habría para ocultarlo? O peor aún: creen que si un grupito de personas se propusiera ocultarlo, ¿lo lograrían?

Hay muchas personas involucradas en proyectos para tratar identificar señales de inteligencia extraterrestre, incluso hay científicos muy importantes que han reflexionado acerca de si sería bueno o no tener un contacto con una civilización extraterrestre. En fin, que, los científicos, lejos de ser una comunidad cerrada, somos (o deberíamos ser) de las personas con mayor apertura y autocrítica en nuestro trabajo. Cuando uno va a un congreso o publica un artículo, queda expuesto a que los demás juzguen y cuestionen su trabajo. En mi opinión esto no es algo malo, al contrario, da mayor fuerza a nuestros resultados.

Reacción número 2: “¡Ohhh, qué lindo! Y entonces, ¿te pasas la vida mirando por un microscopio?”. ¿Microscopio? ¿En serio? Confundir un telescopio con microscopio es algo así como que alguien confunda a Jon Snow con Walter White… simplemente, no puede ser. Claro, ambos instrumentos usan lentes y nos sirven para ver cosas que no podríamos ver a simple vista. Pero mientras que un microscopio te permite ver objetos muy muy pequeños, como una bacteria, los telescopios sirven para ver objetos que están muy, muy lejos, como una galaxia que está a 50 millones de años-luz de nosotros.

Y no son poca cosa 50 millones de años-luz. Veamos. La luz viaja a 300,000 kilómetros por segundo. Esto significa que si pudiéramos lanzar un rayo de luz que diera la vuelta a la Tierra, tardaría unos 130 milisegundos en regresar al punto de partida. Rápido, ¿no? Ahora imagina que viajamos a esa velocidad durante 50 millones de años, ¿puedes creer hasta dónde llegaríamos en nuestro viaje espacial? Pues con los telescopios actuales podemos ver galaxias que están a esas distancias. Y mirar a esas distancias significa mirar hacia el pasado.

Por ejemplo, la luz que me llega en este instante del sol en realidad fue emitida hace 8 minutos, que es lo que tarda el rayo de luz en llegar hasta mí. Si se apagara el Sol justo ahora, yo tardaría 8 minutos en darme cuenta. Próxima Centauri es la siguiente estrella más cercana a nosotros, a unos 4 años-luz. Cuando yo la veo por la noche, estoy viendo la luz que emitió hace 4 años, que es lo que tarda el rayo de luz en llegar hasta mí. Y lo mismo con la galaxia a 50 millones de años-luz, cuando la observo con un telescopio estoy viendo cómo era esta galaxia hace 50 millones de años, que es lo que tarda el rayo de luz en llegar hasta mí. Dicho de otra forma, si hubiera seres inteligentes en una galaxia que está a 65 millones de años luz y miraran hacia nosotros con un súper telescopio, podrían ver todavía los dinosaurios en la Tierra. Entonces, un microscopio y un telescopio no son lo mismo.

Reacción número 3: “Seguramente mucha gente te pregunta lo mismo, en fin, me gustaría saber si me puedes decir algo acerca de mi signo. Soy virgo”. En ese momento me llevo las manos a la cabeza y me pregunto qué hice mal con mi vida, y por qué los astrólogos son más conocidos y apreciados que nosotros, las y los astrónomos. En fin, dependiendo de si la persona me cae bien o mal le digo simplemente que yo no sé nada de horóscopos o soy más cruel y le digo “¿virgo? ¿En serio crees que eres virgo?” y entonces los vuelvo locos explicándoles cómo los signos zodiacales –al menos como los conocemos– están equivocados.

La astrología y los horóscopos tienen su origen en el siglo V a.C. gracias a los babilónicos, que nombraron muchas de las constelaciones. Tu signo zodiacal está supuestamente definido por la posición aparente del sol en el cielo en la fecha de tu nacimiento. Es decir, si el día que naciste, el sol estaba aparentemente sobre la constelación de virgo, pues eres virgo. Hasta aquí todo bien, el detalle es que el sistema solar se mueve alrededor del centro de la Vía Láctea, la Tierra también se mueve y las estrellas también. ¿Resultado? Que con el paso del tiempo, el cielo va cambiando y ahora ya no hay sólo 12 constelaciones sino 14 incluyendo a Ofiuco y Cetus. En consecuencia, casi todos los signos se han desplazado hacia atrás.  Así que si crees que eres virgo, probablemente eres leo.

Paréntesis: con la nueva organización astrológica, tu signo zodiacal sería:

Seguramente, muchos están pensando que estoy loca, y que las predicciones de los horóscopos muchas veces aciertan, como las de una lectura de cartas. Esto está muy estudiado y se conoce como efecto Forer, parece que los humanos tenemos tendencia a creernos las descripciones y predicciones muy generales, pensando que están muy apegadas a la realidad. Pero, piensa, ¿no es extraño que para los más o menos 600 millones de personas que son acuario en el planeta hoy vaya a ser un día importante en el que si te dejas llevar por tu intuición tendrás éxito seguro?

Lo mismo para el acuario que viva en la Ciudad de México o en San Cristóbal de las Casas o en Kabul o en Corea del Sur. Como ya lo dijo Carl Sagan: “La astronomía es una ciencia: el estudio del Universo como tal. La astrología es una pseudociencia: una pretensión, a falta de pruebas contundentes, de que los demás planetas influyen en en nuestras vidas cotidianas. En tiempos de Tolomeo la distinción entre astronomía y astrología no era clara. Hoy sí lo es”.

Bueno, por si aún no ha quedado claro, soy astrónoma o astrofísica, me dedico a estudiar el universo, utilizando como herramientas la física, las matemáticas, la química, la computación… Para mí, la astronomía es una de las mejores formas de encontrar respuestas a mis múltiples preguntas. Pero así como me gusta investigar para entender mejor el universo, también me gusta hablar sobre ello y que otras personas puedan entenderlo y maravillarse. La ciencia no es algo tan alejado de nuestras vidas como muchos creen, mi tarea aquí es demostrártelo.

Sigue a la autora en Twitter: @glodeling

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