Primero se puso a analizar cosas que duelen mucho en la ciudadanía y se arriesgó a que la ciudadanía se molestara.
Esto, arropado por paleros que lo envalentonaron para hacerlo.
También se atrevió a decir que era mentira, cosa que al día siguiente desmintió él mismo, luego de que el presidente lo aceptara.
Luego presumieron que habían llegado medicamentos, pero en sus fotos solo había paracetamol.
Como siempre, el mensajero es quien tiene la culpa (o sea, yo).
Por lo pronto, me preparé para atender a todos los que me visitaron.
Que por cierto, ya nadie puede decir mentiras (solo él), porque se inauguró el quién es quién.
Aunque, para su mala suerte, lo hicieron cometiendo fake news.
Esta semana también hubo informe, uno muy gris y serio.
Parece que cada vez se pone más de malas.
Y es que ya chole con sus mismos discursos.
Mientras el país está mostrando muchos malos síntomas.
Que ya bien podría presumir cualquier cosa (cualquiera) que pueda.
Porque de lo que prometía, mejor ni hablamos.
En la CDMX por fin destituyeron a Florencia Serranía.
Justo con la persona que esta, su muy humilde cuenta, les informó.
Y vaya que le urgía, porque los problemas no se acaban.
Y mientras Sheinbaum sigue en su campaña presidencial, se da tiempo para apretar un poco algunos tornillos sueltos que le estorban.
Como siempre, haciendo todo bien.
Los dejo con un meme.
Otro texto del autor: El Todopoderoso AMLO
