Pasó lo impensable, una celebración en la mañanera tan solo una semana después de la tragedia.
El presidente decidió que su luto había concluido, así que trajo un poco de circo.
Unas tlayuditas y a seguir adelante.
Lo del “incidente” del Metro lo llevaron muy lejos.
Está en nosotros que no se olvide.
Y si querían hacer distractores, nada les salió mejor que meterse en las elecciones de Nuevo León.
Al viejo estilo de la mafia del poder.
Siendo ciego ante las anomalías de su propio partido.
Que hace trampas como ningún otro.
Solo que ahora, un sector de la gente lo aplaudió.
Esperemos que más gente despierte pronto.
Este sexenio se ha hecho eterno, pero no para todos.
En fin, a gritarle a las nubes.
Y a celebrarse solos.
Que ya no saben ni qué más inventar.
“Sonríe, ya ganamos”, solía decir.
Otro texto del autor: No es incidente, es tragedia
